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#8M2020 México ¿Punto de quiebre?

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Por José Saúl Bautista González/@JOSABAGO

Obviando la importancia de la fecha por su gran significado en la lucha histórica de las mujeres, permítanme abordar el tema desde el contexto político actual en el país. Lo considero especialmente trascendente porque, evidentemente, no se trató de un Día Internacional de la Mujer como cualquiera de los anteriores. El nivel de crispación tan elevado que mostraron corresponde sí a las vejaciones, discriminaciones y violencia letal que sienten, con mucha razón, en aumento, pero también porque descubrieron que el gobierno federal no entiende su problemática.


“El más grande error de la 4T, no fue el aeropuerto, tampoco la falta de crecimiento, ni el desempleo, ni la inseguridad, el más grande error fue haber menospreciado y haberse burlado de las mujeres” tuiteó el economista Mario Di Costanzo. Coincido, el Presidente se metió con el sector equivocado.

Hasta ahora, la administración del Presidente López Obrador venía resistiendo, extrañamente, muy bien los efectos de sus controvertidas decisiones: la cancelación del aeropuerto de Texcoco que espantó a las inversiones, paró la economía y creció el desempleo; el desabasto de gasolinas provocado por la reducción de importaciones y justificada como combate al huachicol que costó 137 muertos en Tlahuelilpan además de los propios de la actividad; crisis migratoria originada por su invitación “al país de puertas abiertas” y que ahora persiguen y reprimen migrantes; crisis de salud caracterizada por desabasto general de medicinas que afecta principalmente a enfermos de cáncer, niños y mujeres entre ellos; una fracasada venta del avión presidencial que derivó en una bochornosa rifa del avión que no entregará como premio el avión y, alza alarmante de feminicidios.

Este último tema, es el que puso en jaque al gobierno federal por su pésimo manejo de crisis. Todo empezó en una mañanera con un “No quiero que el tema sea nada más el feminicidio; Lo mas importante, a ver, pásame el cheque” tácitamente menospreció el tema y grupos feministas de inmediato expresaron su enojo en redes sociales porque consideraron que el Presidente sobreponía su rifa del avión presidencial a los asesinatos de mujeres.

Gobernación trató de controlar los daños publicando un penoso “Decálogo contra la violencia hacia las mujeres”, improvisado, vacío, más una lista de buenos deseos que acciones de Estado concretas.

El Presidente se hundía más entre más hablaba, acusó a las mujeres de obedecer intereses neoliberales y conservadores. Echaba leña al fuego y la irritación crecía.

Su gabinete femenil debió cerrar filas en torno al Presidente y, en reunión en la SEGOB, se dijeron “Miembras de un gobierno feminista” y que, por primera vez, la mitad del gabinete era dirigido por mujeres, lo que poco vale cuando no tienen autonomía y sufren la centralización de las decisiones en Palacio Nacional.

Lo cierto es que las prioridades de un gobierno se reflejan en el presupuesto. En el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, 20 programas relacionados con la igualdad y equidad de género, estancias infantiles, protección de los derechos humanos y prevención de la discriminación, obtuvieron 2 mil 707 millones 618 mil 900 pesos. Éste año, se asignaron solo 835 millones 54 mil 400 pesos los 11 programas que no desaparecieron, lo que representa una disminución de casi 7 de cada 10 pesos.

Hay que recordar, que el año pasado también se trató de cancelar el financiamiento a la Red Nacional de Refugios que reciben a mujeres violentadas, muchas veces, acompañadas de sus hijos. Esta red se mantiene en operación pese a la importante reducción de presupuesto que le aplicaron.

Lo anterior ha contribuido a la acelerada pérdida de confianza y popularidad del Presidente, quién ha perdido casi 20 puntos porcentuales en el último año, 8 de los cuales se perdieron en lo que va de este 2020 principalmente por la crisis de salud y feminicidios.

Y es que el movimiento feminista viene de lograr varios avances como la paridad de género en cargos de elección popular en 2013 y un progresivo empoderamiento en la administración pública de los 3 niveles de gobierno. Cualquier iniciativa que apunte a una pérdida de sus derechos logrados será defendida decisivamente como hemos visto.

Así las cosas, las marchas de miles de mujeres por el territorio nacional y el #UnDiaSinNosotras o el #El9NingunaseMueve, expresan el enojo acumulado durante muchos años y ponen a prueba a un gobierno que no atina a responder eficientemente a sus demandas. Hay que celebrar la movilización y visibilización de las mujeres y sus problemas, aunque las formas no siempre sean las idóneas, el fondo es siempre loable.

Si atendemos a la sabiduría popular que pregona que “No hay nada más peligroso que una mujer engañada”, más valdría que el gobierno afine su oferta de políticas públicas que redunden en beneficios concretos para ellas y, sobre todo, que implemente estrategias para disminuir sostenidamente el número de asesinatos de mujeres.

Así que esto no ha terminado y podríamos estar frente al movimiento que, junto con otros factores económicos que ya asoman, lleven al proyecto del Presidente a su punto de quiebre.

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