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Por Arturo Cruz Flores/@arturocruz_
Hace unos días una noticia lamentable se expandió como reguero de pólvora en las redes sociales, una luchadora japonesa de la empresa internacional Stardom había cometido suicidio, esto debido a que recibió acoso cibernético.
La luchadora había participado en un talk show, de ahí comenzó a recibir comentarios ofensivos, que fueron demasiado y en un aliento destructor que fue legal, brutal y fatal, para está gladiadora de trayectoria reconocida a nivel mundial.
Con 22 años ella había terminado con su vida, ella decidió escapar por la puerta falsa, y debido a todos los comentarios con discurso de odio.
El ciber acoso es sin duda una problemática que tiene un gran impacto en todo el mundo, afecta de manera brutal a los usuarios, y estos dependiendo de la fortaleza interior a su estabilidad mental obviamente pueden o no seguir con la tendencia y hacer caso a lo que les escriben.
Las figuras públicas no siempre soportan los estragos de ser personas muy conocidas, pero el problema básico que aquí se desarrolla es el acoso, no debería darse en ninguna manifestación.
Ni por escrito en redes sociales
Ni en la realidad, ya sea colegios o en el lugar donde vivimos.
Esta se ha convertido en una problemática social que nos ha causado estragos, nos ha demostrado que la gente es mala, que la gente no es prudente al momento de aplicar sus comentarios en las publicaciones.
¿Somos realmente tan toxicos? Cómo para arrancarle la vida a las personas jóvenes. Que tenían un futuro prometedor, y por leer el odio manifestado en estos discursos, no soportan la presenión.
Los usuarios de mucha crueldad pueden llegar a pensar que hasta es divertido, sin embargo existe un morbo encubierto para saber cuáles serían las acciones que tomaría la agente víctima de acoso cibernético.
Esto no puede seguir asi, como sociedad y como familias, como personas, deberíamos de estar aprovechando el tiempo y nuestros, no en hacer del Internet un hábitat donde la fauna sea tan toxica como se ha proyectado hasta estos tiempos.
Vale mencionar que por alguna razón social Japón se ha convertido en una de las naciones con mayor cantidad de estadísticas, sobre el suicidio y los números no se detienen, vemos con tisteza como aumentan los números rojos de está problemática de salud pública.
Es gran responsabilidad de los mayores de edad enfocarnos sobre cosas que no maten, que no hagan daño, que no sean de efectos brutales.
Otro caso de ciber acoso que se dio estás semana aquí en nuestro país, tomo como protagonistas a las canciones de un cantante, cuyas letras tenía mensajes se odio, necrofilia, pedofilia entre otros «encantos»
Una usaría de internet, solicitó primero a una plataforma que bajara las canciones de dicho músico, después varias agrupaciones pro mujeres se unieron y entonces la Secretaria de Gobernación realizó el acto de bajar estás canciones.
No todos los jóvenes en nuestra sociedad tienen educación musical, no han sido selectivos por qué escuchan lo primero que ven en los medios y no hacen un filtro como para darse cuenta que tal música les afecta o cuál no.
Inclusive se ha visto también que muchas jóvenes cantan esas canciones de letras cargadas de sexo en los centros de entretenimiento, solo por ser moda, o tendencia o por qué todo mundo habla de esa canción en redes sociales.
Los medios de comunicación y la industria de la música somos en gran medida responsables, de lo que la sociedad consume en esta materia de entrenamiento y existen infinidad de opciones.
Amable lector le agradezco su atención, en la lectura de esta columna El Escenario Escarlata, y espero nos encontremos la próxima semana sin duda seguiré hablando de este tema en entregas posteriores, agradezco como siempre a Expediente Ultra por el espacio siempre
