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AMLO, AL RELEVO DE GATELL

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«No he fallado; he encontrado 10,000 maneras que no funcionan»

Thomas A. Edison

Por Samuel Cantón Zetina/@SamuelCanton

Hugo López Gatell terminó -porque ya acabó- siendo un fraude por sus fallidas proyecciones, y un lastre para la 4T, porque la pasó de tener en la pandemia un magnífico relato, a uno barato.

De charlatán de carpa.

Llegó a estar tan bien aceptado, creyendo la gente que era un genio, que en algunas encuestas de la temporada viral, superó al mismísimo Obrador.

Y claro, empezó a ser candidateado hasta para presidente en el 2024.

Él empezó a acariciar la idea, a juzgar por el viraje que dio, pasando de ser el mero responsable médico en la batalla contra el COVID-19, a un rockstar, y a conquistar Las Mañaneras abordando cualquier tema.

Su carisma personal lo llevó a revistas del corazón, y su pasado musical a programas de chismes.

Un fenómeno…

Ya en la política, se enfrentó primero al grupo de gobernadores rebeldes en defensa del semáforo epidemiológico, y de que su aplicación, y la de la desescalada, se hicieran en base a las directrices de Salud federal, y no dispuestas por cada estado.

Ganó.

Gatell ha seguido en el espacio presidencial defendiendo, como gato boca arriba, que sí “aplanó” la curva e impidió el colapso hospitalario, pero a estas alturas, con 27 mil muertos y casi 217 mil casos, no solamente nadie le cree sino que sirve para burlas.

Fue hasta no hace mucho -ya ni eso- el Rey del Meme.

Sin embargo, por lo errado de sus predicciones, y la inimaginable cifra de muertos -faltan los que se vayan agregando al conteo oficial, y cientos de defunciones sospechosas que no pasaron por laboratorio-, resulta ahora un proyecto agotado (camino de ser apestado) de la 4T.

Al fracasar, Gatell obligó al proyecto alternativo de nación a retomar la agenda pública, montándola a la pirámide de defunciones, y aquel no tuvo otra que regresar al montículo de los lanzamientos a su pitcher estrella: el brazo de oro de Tepetitán.

La ruina del subsecretario -borró del mapa al jefe Jorge Alcocer- es la de los demás jefes sanitarios fracasados de tres continentes, desenlace que se repite con los presidentes: Donald Trump ve -sin poder evitarlo- como pierde la reelección con Biden, abrumado por el peso de ¡127 mil 410 muertos!; Boris Johnson tampoco levanta cabeza con ¡43 mil 815! vidas perdidas en Gran Bretaña, y Bolsonaro arrastra pavorosamente la cobija en Brasil cargando ¡60 mil! difuntos.

¡Cadáveres políticos!  

Con las estadísticas a mano, recuperan relevancia señalamientos en contra del subsecretario que en sus “5 minutos de fama” fueron ignorados, como que fue obligado a renunciar como director general de Epidemiología de Salud, en que se desempeñó mientras Felipe Calderón habitó Los Pinos, por el fracaso de México en la crisis del AH1N1.

O el del conductor Javier Alatorre, de TV Azteca, que al aire llamó a los mexicanos a no hacer caso de sus recomendaciones, y a cuestionar la veracidad de los datos que presentaba en las conferencias matutinas.

El derrumbe de Gatell, de su relato, de la imagen de invencibilidad que por meses creó a la 4T frente al virus, explica la fuerza del regreso de AMLO, y que volvieran también a escena los otros temas.

El presidente tabasqueño dio entonces por concluida la tregua que pidió a los “conservadores”, y que éstos –el referee COVID es testigo- nunca le dieron.  

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