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De flautas y fusiles

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El sábado pasado, de gira por la Mixteca oaxaqueña, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a una petición de los habitantes de la zona para ayudar a los músicos a conseguir instrumentos.

“Quiero informarles que se logró un presupuesto para comprar instrumentos. Es mejor un tambor o una flauta que un arma. Ya se tienen esos fondos, los tiene la Secretaría de Cultura del gobierno federal. Le voy a pedir a Alejandra Frausto que venga acá y se dé cuenta por qué se necesitan, y que no se vaya a burocratizar el programa. Que se haga una compra general de instrumentos y se entreguen de manera directa a las escuelas y a las bandas que hay en los pueblos de Oaxaca. Es mi compromiso”.

Imposible reñir con la declaración del Ejecutivo. Invertir en la cultura es una manera de evitar que los jóvenes se involucren en actividades delictivas. Y, sin duda, siempre será mejor una flauta que un fusil.

Por desgracia, dedicarse a la música popular no es garantía de evitar los peligros que acechan en los caminos rurales de México, los mismos que recorren los intérpretes para que se escuchen sus canciones.

El viernes 17, mismo día que el presidente López Obrador llegaba a Oaxaca para inaugurar caminos construidos por las propias comunidades, en el vecino estado de Guerrero, diez integrantes del conjunto Sensación Musical, del pueblo nahua de Alcozacán, municipio de Chilapa, viajaron a Tlayelpan, otra localidad de la misma demarcación, para apoyar en una tocada, en la que la actuación estelar corría a cargo del grupo Conquistadores.

En el trayecto de vuelta, cerca de las dos de la tarde, fueron detenidos en un retén, a la altura de Mexcalcingo, por miembros de un grupo delictivo, que los asesinaron y luego prendieron fuego a una de las dos camionetas de redilas en las que viajaban, con todo y cadáveres. En cada una de ellas había cinco cuerpos. Uno de los vehículos fue encontrado en un barranco de más de cien metros de profundidad. Entre las víctimas hay un joven de 15 años de edad. Era el baterista de la banda. 

El asesinato masivo, atribuido al grupo criminal Los Ardillos –que pelea, desde hace años, el control de la zona a Los Rojos–, dejó ocho viudas y 23 huérfanos.

La ruta que tomaron los diez hombres está sembrada de peligros. Ha sido escenario de ejecuciones y desapariciones, que ha llevado a los pobladores a armarse para defenderse del grupo rival. Uno de esos poblados, Plan de Chautla, se volvió mundialmente famoso hace un año porque allí entrenaban a los niños para ser parte de la policía comunitaria.

Es una desgracia, pero en esos lugares, donde la muerte se puede aparecer en cada curva del camino, un arma resulta más necesaria que un instrumento musical, y saber tocar la batería no es garantía de mantener la vida, aunque se tenga 15 años.

 BUSCAPIÉS

*En la investigación sobre la masacre de miembros de las familias LeBarón y Langford, la Fiscalía General de la República detuvo a dos hermanos de Janos, Chihuahua, a los cuales –como le conté la semana pasada– no ha podido vincular con el caso (fueron acusados por otros delitos). En cambio, sigue libre y haciendo de las suyas Francisco Arvizu Márquez, alias El Jaguar, presunto líder del Cártel de Sinaloa en la región, cuya célula, Los Jaguares, habría sido la responsable del ataque del 4 de noviembre, pero también, según la Fiscalía de Chihuahua, de haber arrasado el jueves pasado con el poblado de Las Pomas, en el municipio de Madera, ubicado a sólo 294 kilómetros del lugar de la emboscada contra las tres camionetas que transportaban a mujeres y niños. En el incendio de las casas en Las Pomas participó un comando semejante al que, según un video que conocieron los LeBarón, se encargó de matar y quemar a sus familiares.

https://www.excelsior.com.mx/opinion/pascal-beltran-del-rio/de-flautas-y-fusiles/1359405

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