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EL CHARRO SINDICAL Y LUPITA “LA MILAGROSA”

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*  Los apenses no olvidan muchos de los agravios cometidos por Artemio Vázquez, mejor conocido como el “Charro Sindical”, y su esposa Lupita “La milagrosa”, en contra de la gente de a pie y los obreros del municipio; a ésos últimos el también apodado como “El Pájaro”, sigue engañándolos con una indemnización que nunca llega y no olvidan cuando les vendía sus plazas y los esquilmaba con sus cuotas sindicales

Por Antonio Ortigoza Vázquez

Especial de Expediente Ultra

En Apan, todos conocen al sempiterno líder del Sindicato de la DINA, Artemio Vázquez Peña, “El Pájaro”, esposo de la ex alcaldesa, que al casarse muy jóvenes abandonaron sus estudios en el nivel de secundaria, situación que no obstó para que Artemio lograra llegar a Secretario General a finales de la década de los 70s y desde entonces, como el desaparecido Fidel Velázquez, se ha reelegido infinidad de veces, enriqueciéndose a costillas de los trabajadores.

Viejos apenses entrevistados por Expediente Ultra, aseguran que este “charro sindical”, a diferencia de los charros auténticos, no usa espuelas, pero ni falta le hacen para acicatear y amedrentar a los obreros que aún esperan se reabra la planta para recuperar su fuente de empleo o, en su defecto, les reintegren parte de su ansiada indemnización, siempre escamoteada por el “Charro Artemio”.

De hecho, dicen que durante años se dedicó a vender las plazas; nadie que deseaba ingresar a DINA se salvaba de entrarle con su “módica aportación” para el líder, y ya estando adentro, además de pagar sus cuotas, debía rendirle pleitesía y ponerse a sus enteras órdenes.

Su fuerza era tal que hace 30 años, cuando un alcalde intentó medir sus fuerzas políticas con el poderoso charro sindical, éste hizo traer de México un importante número de agitadores y golpeadores profesionales, encabezados por el abogado Juan Ortega, mismos que azuzaron a muchachitos de una secundaria local para que quemaran la alcaldía. Apan ardió para demostrar el poder que el cacique sindical tenía en la región.

Cuando DINA cerró, los únicos que quedaron a la deriva económica fueron los obreros porque su líder se dedicó hábilmente a engatusar a los probables compradores haciéndoles creer que podían invertir sin riesgo alguno pues él tenía controlados a los trabajadores, claro que tal “asesoría” llevaba implícita una jugosa recompensa a su favor. Sólo que cuando todo supuestamente iba bien, “El Pájaro”, aleteaba para alborotar a sus agremiados impidiendo la reapertura.

Tan ventajoso método les ha funcionado a las mil maravillas, permitiéndole tener el control de los agobiados obreros que ansían volver a trabajar. De esta forma mantiene un ejército de corifeos a la disposición de su.

LUPITA, LA MILAGROSA

Cuando Fernando Vázquez Muñoz renunció a su cargo de Secretario Municipal,  la ex líder de la Organización de Mujeres Priístas (OMPRI), mandó llamar a su ejército de incondicionales para anunciarles que la candidatura de su “Pirrurris” ya estaba amarrada, pero que en caso de que el partido “no les hiciera justicia”, tenía otro as bajo la manga en la figura de su amigo Moisés Jiménez Sánchez del cual fue su suplente cuando éste ocupó la diputación federal en la LIX Legislatura.

De acuerdo a Lupita, el ex  líder moral del SNTE y del Partido Nueva Alianza  en Hidalgo –ahora cobijado en las Redes Sociales Progresistas RSP–le ofreció entonces un plan “B” para que bajo las siglas del PANAL su amado vástago la jugara en contra del PRI. En la búsqueda del poder por el poder, el clan Vázquez Muñoz, como se ve, nunca ha reparado en gastos, en mañas ni en traiciones partidistas. No cabe duda que Lupita es previsora, no por algo, algunos ya le llaman: Lupita, La Milagrosa.

La cuestión que puede atravesarse en el camino de la ex alcaldesa en su intención por retornar de nueva cuenta el poder, es que problemas como el de la vieja estación del ferrocarril no han podido ser subsanados ni olvidados, y si se empieza a promocionar o  insiste en meter con calzador su candidatura, la oposición le va a sacar a la luz viejas cuentas pendientes, lo que podría derrumbar la imagen del PRI en los comicios por venir.

Los agravios cometidos durante su trienio, y ocultados a los apenses, son muchos y, además, otros precandidatos priístas, saben que los electores se preguntan con justa razón: “El papá de Lupita, Daniel Muñoz Gas, fue alcalde en los 50s, luego en los 70s; Lupita ya lo fue hace varios periodos y ahora quiere regresar, ya nada más falta que también “El Pájaro” quiera volar al Palacio Municipal”. Reflexión que ubica de manera justa y exacta las ambiciones de un clan de “charros” que intenta ahorcar nuevamente con su reata a los agraviados apenses.

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