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ENCUENTRO NACIONAL SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO POR UNA CULTURA DE LA PAZ

Presencia del estado de Hidalgo

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Presencia del estado de Hidalgo

Elvira Hernández Carballido

“La violencia de género y, su máxima expresión, el feminicidio son una realidad en México. Las cifras, testimonios y eventos que se observan de manera cotidiana a lo largo del territorio nacional dan cuenta de ello. Conscientes de la situación que aqueja a la mayoría de las mujeres y niñas, resulta imperativo propiciar un Encuentro Nacional de todos los sectores involucrados en este tema. Fue de esta manera que la Universidad de Guanajuato, a través de la investigadora Ma. Aidé Hernández García, organizó durante los días 25, 26 y 27 de marzo un escenario de reflexiones y debates en torno a este tema.

 Voces expertas

La primera conferencia magistral estuvo a cargo de la Dra. Elizabeth Ballén Guachetá, Delegada en México de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz. Ella hizo referencia a un contexto internacional donde se han tomado acciones muy concretas para que las mujeres puedan no solamente vivir en paz sino realizar acciones para lograrlo. En la segunda conferencia, la Dra. Alicia Elena Pérez Duarte, cuestionó la clásica representación de la justicia, y consideró que ya era urgente quitarle esa venda de los ojos y tratar que la justicia mire, observe, vea lo que pasa para que sus decisiones se inclinen a favor de las víctimas y personas violentadas, en su mayoría mujeres.  Laura Martínez, fundadora de ADIVAC (Asociación para el Desarrollo Integral de las Personas Violadas) hizo posible un recuento de las organizaciones que han trabajado en México casos de violencia y feminicidios. Consideró que en el ámbito civil hace falta sensibilizar más pues los jueces siguen exponiendo a las mujeres con su agresor a pesar de que han sido maltratadas y hasta violadas por ellos. A su juicio no existen medidas apropiadas y eficaces para combatir la violencia sexual basada en el género, por lo tanto se sigue revictimizando.

La última conferencia la dio el doctor Juan Carlos Ramírez quien reiteró que la violencia no es sinónimo de la masculinidad. Consideró que hay muchas formas de construirse y establecer vínculos, en las que puede o no incorporarse la violencia como un elemento identitario. Concluyó que la violencia es un elemento relacional como lo es el género.

 Líneas temáticas

En las mesas de Violencia de género, destacaron los trabajos que expusieron la forma en que sus propias universidades no solamente se estudian sino que también se enfrenta esta problemática. Martha Guerrero Ortiz describió que en la Universidad de Zacatecas existen casos de discriminación y violencia. A través de una investigación cuantitativa presentó que el 56 ´por ciento de las alumnas ha sufrido violencia física de parte de sus compañeros, mientras que el 31. 3 considera que han sido agredidas por el sector docente, y el 6.3 han sido intimidades por autoridades o trabajadores.

Sobre Legislación en materia de género y feminicidio, Denise Pérez Camacho presentó el siguiente caso: “La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sesionará este miércoles para determinar las omisiones en las que incurrió la PGJEM en el caso de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio en Chimalhuacán, luego de cinco años de que su madre Irinea Buendía denunció que el asesino fue su propio esposo, un policía ministerial del Estado de México. El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), estableció que la sentencia que dicte la Primera Sala de la SCJN será de gran importancia no sólo por ser el primer pronunciamiento que realice la corte sobre el tema, sino por ser la primera sentencia que ayude a implementar los estándares internacionales en materia de feminicidio. Dijo que esta sentencia sentará precedente para establecer criterios para investigar las muertes violentas de mujeres y feminicidios.”

Finalmente, otra de las temáticas abordó las vivencias de las organizaciones dedicadas a defender los derechos de las mujeres. Al respecto, Fabiola Chávez Bermúdez, concluyó que “la ayuda de las asociaciones civiles defensoras de derechos de mujeres es invaluable, pues ellas tienen la cercanía de la problemática regional, y representan un contacto más afable con las mujeres violentadas, contrario a lo que en muchas ocasiones obtienen de las autoridades (indiferencia, corrupción, malos tratos) que ocasionan una doble victimización. Las personas que abogan `por los derechos humanos de las mujeres, a menudo reciben ataques, porque su actuación representa un atentado al sistema patriarcal que ha imperado durante tantos años, un sistema de desigualdad no sólo para las mujeres sino también para otros hombres, porque los beneficios personales de esa elite son aplastantes de los derechos de la demás población.”

 El feminicidio en los estados

De la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Josefina Hernández Téllez y Elsa Ángeles Vera, informaron que en el país son siete los estados que aún no tipifican el feminicidio: Baja California Sur, Chihuahua, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Zacatecas.

Ellas reconocieron el esfuerzo que se hace en el estado de Hidalgo, pero advirtieron la existencia de un elemento adverso a la atención y prevención de la violencia contra las hidalguenses, pues apenas en 2013 se tipificó la figura de feminicidio en el Código Penal Estatal, es decir, seis años después de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que exigía la armonización legislativa de los instrumentos legales estatales. Lo que implicó es que hasta hace poco más de un año los criterios anteriores ocultaran y no sancionaran cabalmente la violencia contra mujeres. “Pues si bien se mantiene por un lado la figura de violencia familiar, por otro, en el delito de homicidio, se conserva como atenuante el estado de emoción violenta, en cuyo caso al agresor se le impondrán tan sólo de tres a 10 años de prisión. También se conserva el delito de rapto, por lo que a quien sustraiga, retenga o se apodere de una mujer, por medio de violencia física o moral, para realizar un acto erótico sexual se le impondrá una pena de uno a seis años, mientras que el castigo para el delito de violación va de siete a 18 años; en Hidalgo conviene a los delincuentes retener a sus víctimas, en vez de solamente violarlas, pues tendrán una penalidad inferior”

Reconocieron que aunque actualmente se incorporó el feminicidio al Código Penal, las costumbres e inercias son difíciles de erradicar. El secretario de Gobierno, Fernando Moctezuma Pereda, por ejemplo, descartó que los homicidios de mujeres estuvieran relacionados con el crimen organizado y arguyó que se debían sobre todo a “riñas familiares”. Bajo estos argumentos y perspectiva es característico el subregistro y la insensibilidad y ceguera social impiden ubicar el problema en su justa dimensión.

Finalmente, Elvira Hernández Carballido hizo un recuento de lo ocurrido en Tula, Hidalgo donde siete mujeres fueron asesinadas durante el periodo 2013-2014. Aseguró que la forma en que las autoridades han intentado resolver los siete asesinatos está muy lejana de una perspectiva de género y de un compromiso sensible y respetuoso de los derechos humanos de las mujeres que sufrieron esa violencia. Por ello, resulta muy representativo difundir en la región la importancia de informar, prevenir, investigar y sancionar.

 Fue así como durante los últimos días de marzo la Universidad de Guanajuato permitió el debate en torno a la violencia de género y permitió advertir en este sentido, que la democracia en México no está logrando estar presente en la vida de las mujeres, las cuales no gozan de las mismas condiciones que el hombre en los diversos ámbitos de la vida social. Lo anterior deja ver como las mujeres tienen menores oportunidades y condiciones para desarrollarse que los varones.

 

 

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