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ES HORA DE PREOCUPARNOS

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*México es de los pocos países en donde las autoridades decidieron subestimar la gravedad de la pandemia.

“Los nuevos acontecimientos en Alemania me tienen muy preocupado”, admitió Lothar Wieler.

El célebre veterinario y microbiólogo, cabeza del prestigiado Instituto Robert Koch, hablaba, el martes, sobre el repunte de casos de covid-19 en su país.

“El aumento tiene que ver con que hemos sido negligentes”, apuntó Wieler, en conferencia de prensa. En poco tiempo, los casos diarios de contagio en Alemania se habían duplicado… de 300 a 600.

Visto desde México, la advertencia del funcionario alemán parece exagerada. Aquí todos los días registramos miles de casos acumulados nuevos. Un buen día es cuando el dato sale debajo de 5 mil. Sólo hemos tenido cinco jornadas semejantes este mes: los días 5, 6, 12, 13 y 27 de julio.

Pero justo por eso, Alemania ha tenido buenos resultados en el manejo de la pandemia. De acuerdo con los datos más actualizados de la Universidad Johns Hopkins al momento de escribir estas líneas, el país europeo tenía 208 mil casos acumulados (2 mil 490 por millón de habitantes) y 9 mil 211 fallecimientos (110). En cambio, México tenía 402 mil casos (3 mil 211) y 44 mil 876 decesos (348).

México es de los pocos países del mundo donde las autoridades han decidido subestimar la gravedad del problema. Tenemos más de tres meses escuchando decir al presidente Andrés Manuel López Obrador y al subsecretario Hugo López-Gatell que la situación está controlada. Y, sin embargo, casos y decesos se siguen acumulando rápidamente.

El 31 de mayo, día que terminó la Jornada Nacional de Sana Distancia, nuestro país llevaba 90 mil 664 contagios y 9 mil 930 defunciones. Los primeros se acumularon en 94 días (desde el 28 de febrero) y los segundos, en 74 (desde el 18 de marzo). En los siguientes 58 días, a partir del inicio de la llamada “nueva normalidad”, se agregaron a la cuenta 312 mil contagios y casi 35 mil decesos.

Como le digo, hoy en día, a seis meses de la declaración de emergencia sanitaria por parte de la OMS, prácticamente ningún gobierno trata de interpretar las cifras como lo hace el de México. Los que todavía tienen ese instinto son los de Estados Unidos y Brasil, lo cual no resulta sorprendente porque se trata de las dos naciones más afectadas por la enfermedad. México está a punto de convertirse en el tercer país del mundo con mayor número de muertos. Lo será cuando rebase a Reino Unido, probablemente hoy mismo.

Por cierto, México y Reino Unido comenzaron a atender la pandemia con un enfoque similar: sin decirlo, ambos apostaron por dejar que la gente se contagiara –al cabo todos nos vamos a ser portadores, era la lógica en ambos países– y que se diera la llamada inmunidad de rebaño. Sin embargo, el primer ministro Boris Johnson se dio cuenta del error y modificó su estrategia.

Los primeros casos de coronavirus en Reino Unido se conocieron el 31 de enero, cerca de un mes antes que en México. El 28 de marzo, acumuló su primer millar de muertes; el 6 de abril llegó a 5 mil; el 12 de abril a 10 mil; el 25 de abril a 20 mil; el 6 de mayo a 30 mil y el 5 de junio (día 127 de la pandemia) a 40 mil fallecimientos.

En México, el primer caso llegó el 28 de febrero; el primer millar de decesos, el 24 de abril; los 5 mil, el 16 de mayo; los 10 mil, el 1 de junio; los 20 mil, el 19 de junio; los 30 mil, el 4 de julio, y los 40 mil decesos, el 21 de julio (día 145 de la pandemia).

Es decir, Reino Unido tardó 18 días menos que México en llegar a las 40 mil muertes, pero demoró 30 días en pasar de 30 mil a 40 fallecimientos, mientras que México lo hizo en 17. En los últimos 53 días, el país europeo acumuló 5 mil 961 muertes, en tanto que el nuestro ha sumado 31 mil 706.

Londres comprendió duramente la necesidad de aplicar todas las medidas recomendadas por la OMS (pruebas, rastreo de contactos, aislamiento de posibles contagiados y uso masivo de cubrebocas, etcétera) y enmendó el camino. México se está quedando solo en su obstinación de pretender que puede dar lecciones al mundo, como presumió López Obrador el pasado 8 de mayo.

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