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FRACASO INOBJETABLE: MORENA PERDIÓ MEDIO MILLÓN DE VOTOS EN HIDALGO

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*  En tanto los líderes de Monera endosan su derrota a supuestas compras de votos, las cifras hablan de un abrumador castigo en las urnas, donde los morenistas  se derrumbaron con relación al 2018

SILOGOGIMOS

Por Antonio  Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010

Los números no mienten y evidencian la enorme catástrofe que sufrió Morena en los comicios municipales en el estado de Hidalgo: en las elecciones de 2018, «la magia» de Andrés Manuel López Obrador les procuró un total de 606 mil 754 sufragios en 17 distritos para la mayoría en el Congreso estatal. El domingo 18 de octubre sus votos se comprimieron a 105 mil 543, una pérdida redonda de 500 mil a manos del PRI, que se quedó con la capital Pachuca y las otras ciudades importantes de la entidad.

¿Qué sucedió? ¿Por qué un fracaso tan estrepitoso? En los primeros análisis, se observa que los dirigentes del partido hicieron todo lo necesario para perder, con reyertas de tipo estudiantil, tanto a nivel nacional y replicadas en el estado; ineptitud, muy corta visión política y lo sustancial: confiar todo en el peso de la figura presidencial, en «la magia» de AMLO… pero falló. La responsabilidad del desastre local recae ahora, con toda justicia, por cierto, en el senador Julio Menchaca, quien nunca estuvo a la altura de la responsabilidad.

Además, en la euforia del gran triunfo de 2018, no hubo empacho en replicar vicios típicos del PRI en sus tiempos de gloria: el candidato postulado para Pachuca, Pablo Vargas, fue por vínculos con la madre del secretario de Hacienda, pero lo peor, que en la «campaña» tuvo tal torpeza, al grado que el mismo nominado mostraba que no era conocido por los habitantes de la capital estatal.

Eso contrastó con la campaña propositiva del candidato del PRI, Sergio Baños, quien triunfó con un margen de más de 2 mil votos de ventaja. Hubo estrecha comunicación con los votantes, con la imperceptible pero eficaz participación de Benjamín Rico Moreno, quien desplegó una atinada estrategia para llegar a las comunidades del municipio, atender sus demandas, quejas, prestar oídos a sus airadas reclamaciones por promesas incumplidas de políticos subidos a un ladrillo. Sí, Rico Moreno echó mano de su valioso capital político, su enorme aceptación entre los habitantes de Pachuca y claro, su excelente relación con el hoy alcalde electo, Sergio Baños.

En Morena, en cambio, hasta el último minuto se daba por descontado el triunfo y, al mismo tiempo, hubo mucho descontento interno por los procedimientos para candidaturas, lo que condujo a una situación totalmente surrealista: No hubo candidatos en nueve municipios, por bloqueos entre ellos mismos, lo que les llevó a rebasar el límite legal para registro y quedaron en nada para nadie.

«NOS FUE DE LA PATADA»: PATIÑO

El PRI se llevó 32 municipios, casi dos decenas más que hace tres años; Morena, que esperaba arrasar, se quedó con seis, superado por el PRD con siete. En tanto se finalizaba el recuento al caer la tarde del viernes 23, los morenistas volteaban a mirar al senador Julio Menchaca, el dirigente responsable del derrumbe de Morena en la capital hidalguense, por los amarres con el Grupo Universidad, al que le tienen los días contados en el comité estatal. Vienen los días de las acusaciones, de la búsqueda de culpables, del ajuste interno de cuentas, pero todo en un pesado clima de derrota terrible.

Significativo fue que Francisco Patiño, fundador de Morena en Hidalgo y figura política en la entidad con muchos años de militancia en el PRD hasta que se fue al nuevo partido, ofreció el día de ayer una conferencia de prensa donde confirmó las cifras preliminares y concluyó ante los reporteros: «Como pueden ver, nos fue de la patada, situación que adquiere especial relevancia por el hecho de que somos, precisamente, el partido gobernante, con la presidencia de la República, lo que obviamente nos deja muy castigados en cuanto a las perspectivas del proceso electoral del 2021, cuando se renueva la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas».

El veterano político no dejó pasar el hecho de que «los líderes estatales hicieron muy mal papel, un pésimo trabajo en Hidalgo… hubo malas jugadas de la dirigencia, muchos candidatos no eran bien aceptados…»

 Lo sucedido en Hidalgo se añade a los impresionantes resultados del proceso para diputados locales en Coahuila, donde el PRI se llevó los 16 distritos con votaciones abrumadoras, en algunos casos, la suma de votos de todos los demás partidos, Morena incluido, no empataban con las cifras del tricolor.

En estas circunstancias, algunos comentaristas políticos hicieron esfuerzos -muy curiosos- por minimizar la paliza recibida por Morena, con el argumento de que «se trata de dos estados donde el PRI se ha mantenido» añadiendo insinuaciones de «uso de los recursos del poder».

Pero en rigor, en esos estados el PRI también padeció el tremendo golpe de Morena en 2018, y en Hidalgo lograron la mayoría en el Congreso, con lo que han tenido en buena medida bloqueado con los presupuestos al gobierno estatal.

Ambos casos evidencian que «la magia» de AMLO no es todopoderosa, por lo menos, y si para 2021 los conflictos internos de Morena no se resuelven con una dirigencia unificadora y eficiente, se podrán repetir las palizas.

A Morena y al gobierno de la 4T ya les daña severamente la prepotencia, la soberbia, la indiferencia, la obsesión por concentrar el poder y la idea absurda de reinventar el país, con una soberbia delirante.

Dentro de ocho meses, por lo menos, veremos hasta donde quieren llegar… y a dónde llegan.

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