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Por Rodolfo Sosa Cordero
Reiteradamente López niega que esté fracasando con el problema de la violencia que todos padecemos, afirma, como siempre que son ideas de sus “adversarios”, de los periódicos “conservadores” como Reforma que no va a repetir la guerra contra el crimen, que está atacando el problema por sus causas “sociales”, y que los resultados se van a ver poco a poco.
¿Atacando el problema por sus causas sociales? Seguramente se refiere a su programa insignia de “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Sin embargo, los datos más recientes proporcionados por la titular de la ST, Luisa María Alcalde, hacen previsible que el balance de “Jóvenes construyendo el futuro” quedará muy lejos de las metas planeadas.
De acuerdo con Alcalde, hay un millón 3 mil becarios, de los cuales únicamente 15 mil han podido obtener una plaza laboral, cifra que representa 1.5 por ciento de jóvenes que han logrado el objetivo de ocuparse. Esto es UN FRACASO, si esto es en lo que confía López para abatir la violencia, también aquí está fracasando ROTUNDAMENTE.
Esta opacidad y la expectativa de una baja eficiencia terminal de “Jóvenes construyendo el futuro”, seguro fue calculada por el Secretario de Hacienda Arturo Herrera, por lo cual el presupuesto de la ST durante la próxima anualidad será un 33 por ciento menor. Ante el inminente fracaso de estas becas, Alcalde ha afirmado que en 2020 apenas piensa en becar medio millón de jóvenes.
El programa que le da a los jóvenes que ni estudian ni trabajan $ 3,600 pesos mensuales cuesta 43 mil 269 millones de pesos. Mismos que como la realidad evidencia, y como casi todas las ocurrencias de López son un dispendio mayúsculo.
Pero hasta aquí las cosas dejaría todo igual, el programa es dilapidar el dinero, no resuelve en nada las “causas sociales” de la violencia, y en consecuencia López está equivocado que las está atacando.
Pero yo escribí, que las está exacerbando, y este es el punto importante.
Las está exacerbando porque ha tenido a bien primero aumentar el salario mínimo primero 16 por ciento, y después otro 20 por ciento. Los de la izquierda socialista no más no pueden reconocer que el salario mínimo es un arancel que impide la contratación de precisamente los ninis que lo son porque en su mayoría no sabe hacer nada útil para ninguna empresa, y que, si la empresa no considera que su productividad es por lo menos igual a su salario, no lo va a contratar porque esto implica perder dinero y ninguna empresa se pone para perder dinero. En consecuencia, el salario mínimo, independientemente de si pueda o no ejercer presiones sobre los precios al consumidor genera desempleo.
También y no menos importante y que ahora en estos momentos se discutirá en legislatura abierta las intenciones de prohibir el outsourcingo tercerización. Independientemente que el outsourcing proporciona la flexibilidad laboral que es imprescindible para las empresas y más en un país como México que tiene una Constitución progresista léase marxista, en donde el costo de despedir a un trabajador es altísimo, lo que impide en buena medida la flexibilidad laboral que requieren las empresas. Son de entre 7.5 a 8 millones de trabajadores los que se encuentran en este esquema, si se prohibiera perderían sus empleos, y vaya que si que estaría exacerbando la violencia. En un país con ambiente económico recesivo muy difícilmente encontrarían trabajo, serían lanzados a la precariedad a la ilegalidad de la economía informal, y a, sí, la violencia.
También, y no menos importante, parece que López está empeñado en terminar con la inversión privada, y lo está logrando. Al tipificar la evasión fiscal como crimen organizado, y que sin que medie juicio alguno se pueda aplicar la extinción de dominio, la congelación de cuentas y cárcel cancelando la presunción de inocencia y de procedimiento justo, pues sólo quiero que me digan quién es su sano juicio va a querer invertir un centavo en este país. Terrorismo fiscal su más elevada expresión.
Destruyendo la confianza, desde la cancelación del NAIM, terminado con la Reforma Energética, no hace más que dar pasos en la dirección opuesta a la que un estadista debiera de cuidar para que el país mejorara materialmente y tuviera crecimiento económico. Estamos ya en recesión, auto infringida, y no obstante que afirma López que hay más bienestar, por el dinero que con fines clientelares reparte esto traerá mayores consecuencias en el empleo, más gente será despedida, y todo porque López no puede entender que el empleo, tener un salario seguro, es el mejor programa social que pueda existir. Si eso se pierde vamos al abismo. Al abismo violento.
