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Los Charrez, sinónimo de cacicazgos que se niegan a morir en México

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La agencia internacional de viajes, parapeto para dilapidar recursos públicos

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 *  Los habitantes del Valle del Mezquital han soportado por más de una década a este clan de políticos oportunistas que han brincado de un partido a otro en su ambición de poder, manejado discrecionalmente recursos federales y estatales, haciendo de lado la atención a los graves problemas sociales  que enfrenta  esa región

 

Especial de Expediente Ultra

Por Antonio Ortigoza Vázquez

Fotos especiales

Mientras en el país los viejos  cacicazgos políticos agonizan ante los cambios democráticos,  en el municipio hidalguense de Ixmiquilpan parece que el tiempo se ralentizó  y desde hace años su ayuntamiento es el escenario de una grotesca imagen del poder, donde la  familia de los Charrez Pedraza  usufructúa diputaciones y  puestos edilicios, preservándose en sus cargos  mediante el uso de la violencia y el terror.

Cipriano, un «master» en la manipulación

Para este clan sumido en la barbarie, la transparencia, la ética y las leyes anticorrupción resultan un cero a la izquierda lo mismo que el respeto al estado de derecho.

Cobijados primero a la sombra del PRI para más tarde emigrar al PRD, al PT  y ahora al PAN, los hermanos Pascual, Cipriano, José y Vicente Charrez Pedraza, han protagonizado en los últimos diez años una serie de encuentros y  desencuentros familiares mostrando el grado de descomposición política a que han llevado al ayuntamiento asentado en el corazón del Valle del Mezquital.

Apenas en noviembre pasado el ex alcalde y ahora diputado local, Cipriano Charrez Pedraza, la emprendió contra su hermano Pascual, actual munícipe  de Ixmiquilpan, al que acusó de irresponsable por el retraso en el inicio de diversas obras; antes como oposición y ahora como parte institucional, el estilo “porril” de los Charrez no ha cambiado,  acompañado de diversos incondicionales, Cipriano entró por la fuerza para  ser escuchado por su hermano, repitiendo la escena de años atrás cuando Pascual era quien tumbaba puertas a patadas para hacerse oír.

Los Charrez, trapecistas del poder (Foto especial La Crónica)

Años atrás quedó registrada la causa penal 7/II/352/2011, en la que pormenorizaba el enfrentamiento a golpes entre su Cipriano y sus hermanos, a unas semanas de que el primero asumió el cargo de alcalde. Ahora, el diputado local pagó con la misma moneda. No hay nadie nuevo sobre el cielo de Ixmiquilpan, si acaso nubarrones de violencia que comienza a gestarse.

En este municipio no hay más ley que la de los Charrez que en la más absoluta impunidad exhiben su prepotencia como trofeo en las redes sociales como aconteció en mayo del pasado año cuando el hijo del ex presidente municipal, apareció en su Facebook mostrando armas de alto poder y de uso exclusivo del ejército. Ya con antelación, su padre Cipriano había mostrado a los habitantes de un municipio donde en su mayoría son indígenas que luchan  por salir de la pobreza,  parte de su riqueza personal y sus excesos al aparecer con bellas mujeres en costosos autos último modelo.

En ambos casos, los líderes del PAN  que le ha prestado sus siglas para que este miembro del clan Charrez actúe en la total impunidad, guardaron mutis, porque estaban cercanas las elecciones de junio del pasado año y no quisieron dejar en evidencia su complicidad con el entonces candidato a diputado local; tampoco hicieron olas al candidato a alcalde, Pascual Charrez, pero ahora las cosas parecer distintas pues a finales  de enero pasado, el Presidente del Comité Municipal de Acción Nacional en Ixmiquilpan, Eder Daniel Ramírez Ángeles, hizo pública una carta donde pide la renuncia inmediata de Pascual, por “adoptar doctrinas completamente  contrarias a la ideología panista”.

El líder local lo acusó además haber adoptado actitudes “prepotentes y de nepotismo” y presumir ser un “gobierno perredista”. Además, lo responsabilizó de la muerte de un vecino de la localidad de El Calvario en un acto de protesta organizado por  Pascual en la Ciudad de México. “Es de nuestro conocimiento—relató la carta pública–, que el día viernes 20 de enero con un aproximado de 80 personas se manifestó en la Ciudad de México con pancartas de protesta, cerrando instituciones y avenidas de manera irresponsable y con falta de una estrategia, en donde lamentablemente falleció un vecino de este municipio”.

Pascual buscaba ganar consensos y apoyos, acudiendo a la CDMX,  pues luego de las violentadas manifestaciones surgidas por el gasolinazo en su municipio y que cobró la vida de dos jóvenes, muchos grupos sociales exigían su renuncia, lo mismo que su hermano, el diputado local, Cipriano; de hecho, en las redes sociales los Charrez fueron responsabilizados de haber sido los promotores de los saqueos registrados en su región.

¿Ferviente seguidor de AMLO?

Días después el alcalde de Ixmiquilpan dio respuesta a la misiva del líder local panista al señalar abiertamente: “me declaro ferviente perredista el cual representa y coincide con mis ideales políticos de servir”(sic), según Pascual el PRD había votado en contra de la Reforma Energética por lo cual, y a su parecer, lo colocaba del lado de las protestas sociales en contra del gasolinazo.

Pero dijo aún más sobre las elecciones del 2016: “Me vi obligado a aceptar la candidatura del  PAN para ayudar al abanderado de ese instituto político a una diputación local, Cipriano Charrez Pedraza, quien no hubiera obtenido la victoria de haber sido por los votos que proporcionó el PRD”.

Sobre la muerte del vecino de la comunidad de El Calvario, agregó que fue atropellado por un Metrobús en la ciudad de México cuando se dirigía al baño, y dijo que había apoyado económicamente y moralmente a su familia. El asunto es que, en efecto, y como había criticado Eder Daniel Ramírez, Pascual llevó irresponsablemente, “y sin estrategia”,  a gente humilde a sus “protestas” para conseguir –de acuerdo a sus palabras–, mayores recursos al campo; empero, el fatal accidente del poblador de Ixmiquilpan sucedió frente a las instalaciones de la Conagua, en la avenida de los Insurgentes;  es la SAGARPA y no esta institución la que canaliza los recursos al campo. Además, otros “apoyadores” de Pascual estuvieron a punto de ser también atropellados pues nunca nadie les advirtió sobre  los sentidos en  contraflujo del Metrobús.

Así, y arropado en un acto público por el senador perredista, Isidro Pedraza, Pascual dijo adiós al PAN, como años atrás abandonó al PRI y al PT, para brincar en chapulinesco salto de nueva cuenta al PRD. Ante el asombro de propios y extraños, el senador asintió: “Pascual  cuenta con un perfil valioso para ser reincorporado al PRD”.

Acostumbrados a la superlativa  demagogia, a su llegada al cargo  Pascual dijo tener recursos por mil 200 millones para iniciar la transformación integral del municipio y sus comunidades; a la fecha tales fondos no aparecen por ningún lado peor todavía, ha intentado culpar al gobierno del estado de retenerle recursos en los primeros meses de su gestión.

Lo que si puso en marcha, y de inmediato, fue la aplicación de su desatado nepotismo colocando a su esposa, Susana Paz García,  nada menos que como Secretaria de Obras Púbicas; a su hermano José, como Director de Gobierno y su hermano Vicente, como Secretario de Desarrollo Social. Al trascender esta situación sancionada por los Códigos de Ética y Transparencia que rigen en el estado. Ante tal situación,  el secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar, advirtió que el presidente municipal de Ixmiquilpan,  actúa contra la ley al emplear en su gabinete a dos hermanos y su esposa.

Pero como ya es costumbre, Pascual se defendió al decir que había colocado en tal puesto a su esposa para “tenerla cerquita”; “es la única michoacana en mi gabinete, no tengo otros michoacanos como anda diciendo en su pasquín Eder Daniel Ramírez Ángeles”. Al final y con un cuerpo edilicio a modo la removió al igual que  su hermano Vicente, pero a José lo mantuvo como Director de Gobierno, situación que han constatado quienes acuden el ayuntamiento a  solicitarle audiencia.

Lo cierto es que el Congreso Local no sólo su hermano Cipriano –su jurado rival–, sino muchos diputados le tienen guardadas algunas cuentas pendientes como cuando el pasado 19 de enero  un grupo de habitantes del Valle del Mezquital, sobre todo de  Ixmiquilpenses, irrumpieron de manera violenta en el Congreso secuestrando por unas horas a los diputados del PRI, Ernesto Vázquez Baca, Alberto Marroquín Moraro, Erika Saab Lara y Horacio Trejo Badillo, a quienes  procedieron a retenerlos en la batea de una camioneta para más tarde intercambiar opiniones con los legisladores.

El antecedente directo fue la apatía mostrada por Pascual al momento de surgir la inconformidad social en su municipio por los gasolinazos, la que fue incapaz de controlar y redireccionar por la vía del diálogo, mostrando que no tienen los consensos sociales que dice presumir. Esto, aunado al conflicto de intereses que mantiene con su hermano, el diputado local, es el combustible que ha hecho arder a Ixmiquilpan y amenaza hacerlo estallar.

Así, con la mitad de la familia en las filas perredistas y la otra mitad en las panistas, Ixmiquilpan vuelve a ser presa de las ambiciones personales  de este clan que pese a sus marrullerías ha acumulado ya el descontento de la ciudadanía, a la que como cuando estuvo en el cargo Cipriano, nunca es consultada.

En septiembre  del 2012, los seis regidores de oposición de los 18 que integran el cabildo, abandonaron la sesión donde Cipriano rendía su primer informe de gobierno, acusándolo de gobernar en “forma autoritaria” y despótica. El entonces alcalde buscó arroparse en la “autonomía” municipal para exigir respeto a su administración la cual, al decir de la oposición, careció siempre de “rumbo y visión política”. Ya ni qué decir de los consensos sociales.

En el verano de 2014, el hoy diputado local, dio una muestra de la falta de respeto a las tradiciones de un municipio compuesto por una población mayoritariamente indígena; durante las fiestas del Señor de Jalpan pasó por alto los reclamos de la gente sobre los artistas que participarían en las fiestas patronales de la región. Por sus merititas pistolas, llevó como invitado principal a El Komander, cantante que ha sido vetado en varias partes del país por cantarle a las hazañas de muerte y devastación de los narcotraficantes.

Lo peor vino cuando la alcaldía anunció que para salvaguardar la estancia del juglar de la muerte, serían desembolsados 300 mil pesos para su seguridad personal. Llegando al exceso de nombrarlo “embajador cultural del municipio”. Y aunque Cipriano Charrez y su clan nieguen nexos  con el crimen organizado, la foto subida a las redes por su hijo, en mayo del pasado año refleja de qué manera ha permeado a la familia que se siente dueña absoluta del Valle del Mezquital la cultura del narco. Esos recursos que bien pudieron emplearse a rubros como la educación y la salud, terminaron llenando las cuentas bancarias de otros  artistas como los integrantes de la Banda R-15.

Además, para los Charrez,  el tema de la transparencia no es lo suyo. En las campañas del 2012 Pascual no logró ser postulado al distrito II por Acción Nacional por lo que buscó refugio en el Partido del Trabajo, entonces aliado en la coalición de Izquierda con el PRD y Movimiento Ciudadano para llevar a la presidente a Andrés Manuel López Obrador.

Más interesado en llegar a la diputación federal que en velar por  el beneficio de la gente ni se inmutó cuando su antes mecenas y protectora que le otorgó infinidad de apoyo a su paso por la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, y promovió su ingreso al PAN, le acusó públicamente de que “la SION y Pascual quieren enturbiar el ambiente político en el Valle del Mexquital”¸ además,  y con pleno conocimiento, acusó a su ex correligionario de “tener denuncias en la procuraduría estatal por desvió de recursos”. Y apuntaló la hoy delegado de Miguel Hidalgo en la CDMX: “ha sido su estilo: bajar recursos y engañar a la gente, se le han entregado más de trece millones de Sedesol y no los ha comprobado”, dijo entonces la candidata al golondrino abanderado del PT. (Expediente Ultra, junio 2012)

En  un mitin realizado en la plaza pública del ayuntamiento, Pascual llenó de lisonjas a Obrador que sin sospechar quién era realmente el candidato petista, no tuvo objeción en alzarse la mano. En esos días, Pascual se soñaba en el Congreso como legislador federal pues según, confesó a sus cercanos, “es evidente que vamos a ganar la presidencia”. ¿Qué pasó después para retornar al amparo de las siglas panistas, a la que ahora niega? En el argot político la definición es clara: oportunismo político.

Pascual rehúye a los medios cuándo le cuestionan dónde están los mil 200 millones de pesos anunciados y la ciudadanía ya pide su cabeza por el estilo autoritario que en nada lo diferencia de su hermano Cipriano.

Éste último, hasta hace tres años, andaba muy entusiasmado montando oficinas en Houston, Texas, con el fin, según mencionó a su ignorado cabildo, “de promover el turismo en el país vecino y asumir la defensa de los connacionales que emigrar a los Estados Unidos”.

Una investigación de la DEA sacó a flote que Cipriano, ni estaba interesado en vender paquetes turísticos de los balnearios de la región a los estadounidenses, y menos en asesorar y apoyar a los hidalguenses que cruzaban la frontera norte de manera ilegal. El amigo de El Komander parecía no ser sólo una mera parafernalia de los nexos con el crimen organizado, sino presuntamente era parte de ella.

Como lo publicó Expediente Ultra en su edición de agosto de 2014, Cipriano Charrez tenía nexos en Houston con Abel Treviño Junior, un empresario del transporte al que las autoridades americanas habían detenido el 23 de abril del 2008, al desmantelarse una red de trasiego de droga de nuestro país a diversos estados americanos. Junto con él, cayeron 17 cómplices, pero a su retorno a la actividad delictiva parece  que encontró en el ex alcalde el aliado idóneo para reclutar gente que sin saber a qué se iba a dedicar –les decían que serían capacitados como soldadores–, podría hacer las veces de burreros o choferes de camiones para proseguir, bajo otra apariencia, con el lucrativo negocio.

Las empresas involucradas entonces en los estados de Nuevo León y Tamaulipas, eran: Neptune Tours , Los Primos, USA-Mex y Ameri-Mex. En el operativo que condujo a la captura de Treviño, se decomisaron 66 kilos de cocaína pura y una cantidad importante de marihuana que era transportada en los compartimientos de los autobuses.

Como se ha visto en los últimos años, la Agencia Internacional de Viajes: Promoción turística y artesanal, nunca funcionó como tampoco la pantalla empleada por Cipriano para montar su costosa y fantasmagórica oficina de atención a migrantes.

Fue Andrés Peña, dirigente de la asociación Estamos Unidos Mexicanos, quien se percató de los fines aviesos del alcalde. A pesar de haberse firmado un convenio de colaboración, el activista terminó dándose cuenta de que todo era una farsa y lo que Cipriano realmente deseaba. “era usar la sede de nuestra agrupación en Houston para poner una pancarta y hacerla pasar como una oficina de promoción turística de Ixquimilpan, con la finalidad de decirles a los contribuyentes que andaba  trabajando por acá y justificar la erogación de miles de dólares del erario público, a lo que me negué”.

Hizo bien Peña en deslindarse del edil porque  no pocas las acusaciones que pesaron en su contra, en su momento, por el tráfico ilegal de personas a los Estados Unidos. Y por cierto, se preguntan en el Valle del Mezquital, ¿ya se le acabó a Cipriano su preocupación y compromiso con los migrantes, sobre todo ahora que miles de ellos pueden ser deportados? ¿Dónde quedaron los recursos empleados en esta agencia ficticia cuyos objetivos nunca fueron los expresados con engeñados en el cabildo?

Seguramente que de esta opacidad, el nuevo edil, Pascual Charrez, echará cuando así lo requiera su tambaleante administración. El conflicto de familia, empero, puede devenir ahora no únicamente en golpes y sombrerazos sino en hechos de sangre. La gente de Ixmiquilpan tiene la palabra para exigir al Congreso Local, juicio político  a este clan de pillos que sigue haciendo de las suyas.

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