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LOS JUEGOS DEL HAMBRE

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«No hay mayor dolor que recordar la felicidad en tiempos de miseria..»

Dante Alighieri

*Si las enfermedades fueron compañeras de viaje del COVID desde un principio -la mala salud, y las desigualdades oportunidades de acceder a medicina de calidad, marcan diferencia-, al andar del virus se unirá ahora el recuento de los terribles daños económicos.

Por Samuel Cantón Zetina

Si las enfermedades fueron compañeras de viaje del COVID desde un principio -la mala salud, y las desigualdades oportunidades de acceder a medicina de calidad, marcan diferencia-, al andar del virus se unirá ahora el recuento de los terribles daños económicos.

En tiempos del coronavirus, no hay buenas noticias.

Vamos a ver pronto cuántos empleos se perdieron y a qué cantidad de personas más arrojó a la pobreza.

Aquí, donde un millón 320 mil habitantes -la mitad- fueron colocados en ese rango por el CONEVAL.

En todo el país, de acuerdo al presidente Obrador, iban 700 mil plazas perdidas.

Si los pronósticos del Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES) son correctos, el COVID añadirá 12 millones a los mexicanos que viven en precariedad material.

A menos que la 4T lo impida.

La franja de personas en pobreza extrema pasaría entonces de 20.2 a 26.8 millones, y la de pobreza moderada, de 25.5 a más de 31 millones.

Regresando al estado, el Consejo Coordinador Empresarial vislumbra que el 30% de las compañías podría desaparecer.

Las propias restricciones que impone el combate al virus: aforos reducidos, menos ingresos para los negocios, y ocupación de trabajadores al mínimo, impactan de pilón sobre la estabilidad y la economía de las familias. 

¿Cuántos de quienes laboran en Villahermosa podrán continuar en ella? ¿A cuántos la crisis obligará a refugiarse en “el interior del estado”, o a regresar al campo?

En ese mismo contexto, habrá que ver cuántos de los tabasqueños que por años han trabajado en EEUU y en la Riviera Maya intentar reinsertarse en el mercado laboral choco, y cuál será el comportamiento de los flujos migratorios de centroamericanos al norte, si se producen, porque el Tío Sam ha perdido ¡más de 20 millones de empleos! por la pandemia.

¿Podría ser Tabasco una opción para ellos?

No es muy probable, pero complicaría más nuestra situación, como también, en proporción minúscula, la eventual demanda de trabajo de algunos de los presos liberados por miedo a que las cárceles se cundieran.

¿Se ampliará el periodo de los beneficios que Adán consiguió en la emergencia, como el subsidio de 50% en las tarifas eléctricas y el apoyo alimenticio?

¿A cuántos tabasqueños favorecieron los créditos con que el presidente respalda a pequeñas y medianas empresas? (la entidad cuenta con casi 85 mil de esas unidades).

En el ámbito nación, representan el 52% del PIB y generan cerca del 72% del total de los empleos formales.

Por otra parte, ¿qué ajustes hará la administración pública en su presupuesto 2021? En su ámbito de competencia, Obrador adoptó un nuevo y agresivo programa de austeridad y racionalidad.

El gobernador, por cierto, tendrá que dar la pelea por Tabasco para que la revisión del Pacto Fiscal que AMLO ya aceptó -se dará una vez que el enemigo se rinda-, no nos dañe más.

COVID-19 provocará el mayor empobrecimiento del último siglo; funciona como una gigantesca y despiadada fábrica de miseria.

Y DE MAÑANA

CADA QUIEN sabrá cómo toma “el mensaje” que Obrador manda (¿) al reiniciar giras. Si salen, porque él lo hace, muy su derecho. Lo que sí, es que tal vez los trabajadores de la salud, que no se pueden quedar en casa y exponen sus vidas, podrían protestar…

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