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¿Otra vez al cubrebocas y gel?

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*La desinformada diputada Ana Lilia Guillén

*Trinidad Contreras, el masón golpeador

Por Martha Elba Torres Martínez/@losperiodistas

Apenas la Secretaría de Salud federal pidió a la población del país que no se apanique ante la eventual entrada a México del virus chino, y ayer, que se descartó el caso de Tamaulipas, ya se informaba en redes sociales de tres posibles en Jalisco y uno en Yucatán. Y lo peor, las bajas temperaturas no ayudan, por lo que un resfriado mal atendido y que termine en neumonía, ya genera sospechosismo.

Así que tranquis y solo estar atentos a la información formal y verificada y el autocuidado.

El caso que el virus chino, que supuestamente tendría relación con el consumo de especies como el murciélago y la serpiente, que acostumbran en Asia, nos recordó lo que vivimos con el H1N1. Que aun cuando no es lo mismo, los entornos parecen similares.

A finales de abril de 2009, México se convirtió en epicentro del brote de influenza H1N1 que se extendió a 187 países y obligó a la Organización Mundial de Salud (OMS) a declarar la primera pandemia en más de 40 años.

Desde el segundo semestre del 2008, se había desencadenado la más grave crisis financiera y económica en Estados Unidos desde la Gran Depresión, que colapsó el mercado inmobiliario de y por tanto el sistema bancario suspendió de taja los flujos crediticios lo que afectó producción y empleo en ese país.

Pero a México le pegó por todos lados: volatilidad financiera, en el tipo de cambio frente al dólar y en los precios del petróleo, desplome del turismo y todas y todos, con cubrebocas y gel desinfectante por miedo a enfermarse.

A 11 años, sin ser nuestro país el origen de una nueva cepa de virus respiratorio, la confirmación esta semana del primer caso clínico en Tamaulipas de virus chinos de Wuhan, ha prendido la alerta sanitaria. El fenómeno, junto con la mareada colectiva en el vuelo del avión, sigue dejando al margen el tema de la recesión con que arrancó México este año y la violencia galopante.

Las proyecciones negativas retomaron fuerza la última semana de 2019, después de que el Inegi reportó que el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) tuvo un retroceso mensual y anual de 0.5% y 0.7%, respectivamente, al cierre de octubre pasado.

El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, indicó que la caída mensual en la actividad económica del país es generalizada, con disminuciones de 1.6% en la agricultura, 1.1% en la industria y 0.1% en los servicios y comercio.

El director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz, explicó que el retroceso mensual y anual del IGAE en 2019, confirma que la economía mexicana se mantiene en una fase recesiva; “el promedio de crecimiento económico, tanto del sexenio como de los primeros 10 meses del año ya es negativo: menos 0.1%. Además de que el ciclo del IGAE muestra que la economía mexicana se encuentra en recesión y que aún no se ha tocado fondo”.

La estimación de crecimiento para este 2020, se ubica -si bien nos va- en 1.3 por ciento, pero dependerá de varios factores, el principal e interno: la inversión. El gobierno de López Obrador se centra en tres frentes: Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya, todos proyectos sexenales.

Del virus chino, poco sabemos. Lo elemental. Pero conforme evolucione su desplazamiento del país más poblado a un mundo globalizado, nos toca mantenernos atentos y que no cunda el pánico. Del H1N1 mucho se habló que fue inventado por el gobierno calderonista, una conspiración para ufanarse de que en México logró controlar la epidemia, como planteó Proceso con el reportaje “Los engaños virales de Calderón”, en su edición del 14 de noviembre de 2012, dos semanas antes que el panista dejara la Presidencia.

La realidad, fueron los datos duros de la OMS: en 6 meses, el virus ya se encontraba en 187 países con más de 302,427 casos y 4,058 defunciones. La mayor parte se concentraron en la región americana, que para entonces había acumulado 137,446 casos y 3,078 defunciones. El país con más muertes fue Brasil, con 899. En Estados Unidos se reportaron 593 personas fallecidas y en Argentina 53,814 contagiados. En México se habían confirmado 31,594 casos de infección y 231 defunciones.

Así las cosas, sin exagerar, y seguir las recomendaciones preventivas que han dado a conocer las autoridades de salud y lo principal: por si las moscas, no viajar a China…

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Pero para enfrentar una eventual contingencia sanitaria, México requiere de un sistema de salud al tiro, pero en los hechos, no lo hay.  

Escuchamos la entrevista de López Dóriga al doctor Carlos Federico Arias Ortiz, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien señaló que el diagnóstico de las infecciones virales es muy limitado en el país. Esto es, en las enfermedades respiratorias atendidas, el 60 por ciento de los casos se descubre el patógeno, pero el otro 40 por ciento no se sabe. Y a hí queda, que por un milagro el enfermo se cure solito o cuelgue los tenis.

Y no miente el investigador.

De acuerdo al más reciente informe sobre la salud de los mexicanos que data del 2015, y cuando pensábamos que México ya había superado las enfermedades del tercer mundo, resulta que las infecciosas ocupan las primeras tasas en morbilidad.

Entonces, a ver. Pegamos el grito en el cielo por tanto muerto a balazos, pero se mueren los niños de chorrillo o bronquitis o neumonía, y pues ni modo, se fue el angelito. Ahí no hay delito qué perseguir, aunque la responsabilidad del Estado es garantizar la salud. Y gratuita. Y universal. Dice Amlo.

Por ejemplo -citando las estadísticas del Informe-, se registran unas 300 mil picaduras de alacrán, que es la décima tercera causa a nivel nacional de padecimientos infecciosos y lo curioso es que sigue sin estar incluida en las prioridades en materia de prevención.

Las infecciones respiratorias agudas afectan en promedio, a más de 27.5 millones de mexicanas y mexicanos; las intestinales por otros organismos y “las mal definidas”, a 5.6 millones; en las vías urinarias, a 2.7 millones de mujeres mientras que a hombres a un millón. (Fuente: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/64176/INFORME_LA_SALUD_DE_LOS_MEXICANOS_2015_S.pdf)

Como sea, aunque todavía enfermos pagan cuotas de recuperación en la atención médica, el proceso de los estados a la incorporación del Insabi continúa, de acuerdo a lo que informó el lunes, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.

Son ya 18 entidades adheridas -Tabasco, Yucatán, Ciudad de México, Baja California, Oaxaca, Sonora, Puebla, Guerrero, Estado de México, Chiapas, Veracruz, Colima, Hidalgo, Quintana Roo, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango y Querétaro- y 14 en proceso -Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Morelos, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Aguascalientes.

Y dentro del sistema IMSS-Bienestar se encuentran Yucatán, Baja California, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Estado de México, Chiapas, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Nayarit, Sinaloa, Tamaulipas y Michoacán.

En esta última entidad, el pasado 17 del mes, Juan Antonio Ferrer, director general del Insabi, vino a enterarse cómo está trabajando en el estado el sector, y recorrió junto con la titular de Salud estatal, Diana Carpio, el Hospital General y los Centros de Salud de Lázaro Cárdenas. Entonces, ya es cuestión que se defina fecha para que se firme el convenio.

Pero la que nunca se enteró que Ferrer ya había esta en Michoacán, fue la diputada federal Ana Lilia Guillén que salió dos días después, echando pestes contra el gobierno del estado por no aplicar el Insabi desde el 1 de enero.

Pues ¿dónde vive? Megabroncotas en hospitales generales e institutos en la Ciudad de México por falta de las reglas de operación y la diputada diciendo sandeces -se están muriendo niños por falta de atención- ante medios y todos calladitos, con la grabadora encendida para reproducir sin mayor razonamiento crítico a lo que decía.

Cito un párrafo de la nota del sitio Contramuro, del 19 de enero: “Además, la legisladora recriminó que el recurso federal que se ejecutará para la operatividad del INSABI en Michoacán está “parado” en la Ciudad de México, ante la falta de formalidad de la administración pública estatal que dirige, Silvano Aureoles Conejo”.

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LA COMIDILLA

Es increíble tanto pinche contubernio cuando se trata de violencia contra la mujer.

De lo sucedido el pasado sábado 18 en la plaza Benito Juárez, donde una joven masona dijo abiertamente sus verdades al nefasto y misógino de José Manuel Mireles y a los masones que lo acompañaban, resulta que ningún medio, incluidos los demandados por el subdelegado del ISSSTE por “dañar su imagen”, publicaron el nombre del que la golpeó en la cara.

Pero sí hubo un columnista que lo identificó. Se trata de Trinidad Contreras Castañeda.

El periodista Juan Manuel Belmonte compartió algunos datos en su columna “Temas de Café” del lunes 20: “Trinidad Contreras Castañeda es un viejo masón, que tiene una larga historia nada agradable por lo que fácil se le debió haber expulsado, desde hace varios años pero ha sido protegido seguramente por personas similares a él. Lamentablemente para el Movimiento Masón michoacano, tiene el grado 33 y pertenece a la Gran Logia del Oriente de Morelia, Lázaro Cárdenas del Río por lo que no le auguramos mucho éxito a Mireles. Y la Masonería ha perdido simpatías con este desagradable suceso”.

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