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PABLO, SE PONE EL SACO

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Por Antonio Ortigoza Vázquez

Dicen que en política «la derrota es huérfana», pero en Morena-Hidalgo la búsqueda frenética de paternidad ha desatado un conflicto interno que ya tiene visos de auténtica carnicería, despedazandose recíprocamente el candidato perdedor en Pachuca, Pablo Vargas y la virtual síndica electa Liliana Mera Curiel y los equipos de ambos, lo que ha desembocado en un patético espectáculo de reparto de culpas.

El lío comenzó con declaraciones de Mera Curiel en el órgano de propaganda de Morena-Hidalgo, «Regeneración», en donde señala, sin mencionar nombres, ser víctima de «amenazas, intimidaciones y violencia política de género», actos que inescapablemente se originan dentro del ya extinto equipo de campaña.

Empero, se insinúa el origen de esos ataques «por el hecho fundamentado en el tono del lenguaje utilizado en mensajes de texto».

En esos mensajes, señala la supuesta víctima, «se le conmina para que adopte posturas en beneficio de un grupo y no dentro de una representación popular, (en provecho de) cierto personaje que fue derrotado».

La síndica electa informó además que ya interpuso una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (¡Nada menos!) por «amenazas y violencia de género» y aclara que «los mensajes incluyen (amenazas) para otros miembros de su planilla y a su hermano».

Por otro lado, el comité estatal de Morena ha manifestado su respaldo a Liliana y al mismo tiempo, su claro repudio «a todo tipo de violencia y acciones contra la Cuarta Transformación».

Y VARGAS SE PONE EL SACO

El derrotado candidato de Morena para la presidencia municipal de Pachuca, Pablo Vargas, días después de la publicación del órgano oficial de su propio partido, «Regeneración Hidalgo», decidió ir en contra de la tradición de los políticos mexicanos de no darse por aludidos por denuncias en tono general y se puso el saco que ostensiblemente coincidía con sus medidas.

En entrevista para la revista «Líderes Políticos” manifestó preocupación «porque nos están atacando… hay acusaciones desde el mismo comité estatal de Morena-Hidalgo… en el periódico ‘Regeneración’ la síndica electa Liliana Mera Curiel me acusa con mucho dolo y mala intención… estamos enmedio de una lucha electoral (cuyo resultado oficial) buscamos anular y es muy preocupante que instancias del partido, en lugar de actuar contra el fraude electoral propicie un clima de enfrentamiento».

Lamentó que el comité estatal tome nota de un asunto que es materia del Ministerio Público, que debe esclarecer los hechos y todas las denuncias que haya lugar.

Consideró que «el artículo está mal orientado» porque señala hechos sin pruebas y me señala directamente (aunque no menciona su nombre) como culpable y lo peor que utilizan instancias de Morena para atacarme».

Se quejó del hecho que «Liliana formó parte del equipo de campaña, y ahora solo pido que respete la dignidad de las personas». Señaló como autor virtual de «los ataques» al «dirigente de facto» (como en muchos otros estados del país, en Hidalgo no hay dirigencia estatutariamente constituida) del partido, Carlos Mendoza, como probable impulsor de las denuncias, pero admitió: «No veo indicios, pero sí falta de apoyo, cobertura» y se preguntó: «¿Cómo es posible que este periódico ahora critique cuando no apoyó la campaña?».

Entre otras quejas, Vargas lamentó no haber tenido apoyo económico en la campaña electoral.

EL TEEH DIO PALO A IMPUGNACIÓN

Mientras en Morena se despedazan, el Tribunal Electoral del Estado de Hidalgo anunció que la queja interpuesta por Pablo Vargas en contra de los resultados de la votación para alcalde de Pachuca fue rechazada.

Entre los elementos presentados como «agravios», Vargas alegó de parte de sus rivales priistas, «una campaña negra de desprestigio de su persona» (un recurso de todas las campañas en todo el mundo, evidentemente) y el Tribunal de alzada resolvió con base en el acta final del escrutinio y cómputo de votos con 32 mil 759 para el PRI, con lo que superó a Morena y partidos aliados.

Pero el asunto no para ahí: ahora en Morena se arrancan tiras de piel con las uñas, en tanto que la oposición se reagrupa para la contienda «macro» del año próximo.

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