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PEÑA NIEGA LAS ACUSACIONES DE LOZOYA

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*Morena: el problema, las internas, no las elecciones constitucionales

Por Martha Elba Torres Martínez

Sobre las contracolumnas a lo revelado ayer por Carlos Loret en sus “Historias de reportero” en El Universal, la versión (indirecta) de Peña Nieto sobre los sobornos de Odebrecht para su campaña de 2012, es el presidente López Obrador el que valida la narrativa del periodista: “Emilio ´L´ esta obligado a probar (…) pues en caso de ser acusaciones sin pruebas, “no tendrían valor legal ni social”, dijo el miércoles 12, en su mañanera.

A Loret le contaron sobre una comunicación, a través de un intermediario, que le hizo llegar Peña Nieto al presidente actual. Si lo llama a declarar la Fiscalía General de la República, se presentará. Obviamente niega las imputaciones que le hace Lozoya: si su ex colaborador le sacó lana a la empresa brasileña, fue a título personal.

“Que la relación de Peña Nieto con Odebrecht y sus dueños siempre se dio a través de Lozoya. Que él lo presentó con ellos porque eran sus amigos, y que quien los promovió para hacer negocios en el sexenio fue el propio Lozoya”, escribió Loret.

Que en el caso Agro Nitrogenados, Peña “ni amigo era de Alonso Ancira, que esa operación fue fruto de la relación de Lozoya con el expresidente Carlos Salinas de Gortari” -casualmente el ex director de Pemex no llega a la cárcel y se recuperan los 200 millones de dólares-.

Que para qué dinero del extranjero, si tenía el apoyo de los empresarios mexicanos y de los gobernadores de su partido. El lobbying legislativo para la reforma energética, la condujeron Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong y no Emilio Lozoya.

Como siempre, Federico Arreola lanzó la contracolumna, para poner en duda, de lo que se enteró Carlos Loret. “Es chisme”, escribió.

“¿Es cierto lo anterior? No lo sé. Desconfío mucho de los periodistas que cuentan con lujo de detalles conversaciones privadas entre dos personas importantísimas —en este caso se supone que fueron tres: hubo un intermediario. No me parece creíble que sea tan chismosa la gente con tanta relevancia política o social, que por lo demás ha escalado la cumbre del poder porque practica, entre otras, la virtud de la discreción. ¿En serio Loret se enteró de todo lo que supuestamente EPN le mando decir a AMLO?”.

La ex estrella del firmamento televisero ha demostrado por sus investigaciones, que sus fuentes son confiables. Y por lo menos, al cierre de esta entrega, ni el Presidente ni su vocero, habían salido a desmentir esa eventual comunicación a través de un interlocutor.

Escribir con el hígado a veces nos lleva a perder la perspectiva, y le sucede mucho a Arreola, que se esmeró tanto en desacreditar la historia del reportero, que no escuchó al ex presidente, rechazando las acusaciones de Lozoya. De primer semestre de Periodismo, esperar una rueda de prensa virtual, tuitazos desde su cuenta personal, la entrevista exclusiva.

Atenida a la historia del reportero, Peña Nieto ya dijo lo que tenía que decir y cómo lo tenía que decir. Quién lo entendió, lo entendió. Otra cosa sería ante un juez. Todo depende de las pruebas concretas y contundentes que tenga en su contra, su ex colaborador.

Es posible que Peña haya querido dar su versión sobre los supuestos recursos ilícitos a su campaña, y que el Presidente aceptara escuchar. Por eso, su exigencia anteayer a Lozoya de presentar las pruebas.

Reitero, hasta que López Obrador no niegue esa posible comunicación indirecta con EPN, la revelación de Carlos Loret, es válida…

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Entre el 23 y 24 de agosto, la dirigencia provisional de Morena, que encabeza Alfonso Ramírez Cuéllar, tendrá que hacer del conocimiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), de la falta de condiciones para cumplir el mandato de reposición total del proceso electivo de dirigentes y darle certeza y confiabilidad a su padrón de militantes.

El ordenamiento se dio en octubre de 2019, y ni quien imaginara al Covid.

A todas luces imposible. ¿Cómo diablos realizar 300 asambleas distritales con cuando menos un millar participantes? Es más, este fin de semana correspondería a Michoacán y tampoco.

Entonces la encuesta, sea abierta o cerrada a los militantes -estamos hablando de 3.1 millones de inscritos-, los escenarios siguen siendo los mismos: el coronavirus rige nuestras vidas.

El mecanismo se tendrá que realizar entre el 25 y 27 de agosto en los 300 distritos, bajo una muestra de 4,500 cuestionarios y el día 30, se instala la nueva dirigencia. ¿Es posible? Por lo menos muy difícil, porque no hablamos de un sondeo, pato, por redes sociales. Tiene que realizarse con toda seriedad, cara a cara, que deje contentos a sirios y troyanos, lo que esta más dificilísimo.

Y lo que son las cosas, finalmente resultó el microorganismo un aliado de Ramírez Cuéllar, pero también el mejor antiviral a las pugnas internas que traen Yeickol Polevnsky, Ricardo Monreal y su golpeador Alejandro Rojas, y Mario Delgado representando los intereses de Marce Ebrard.

Morena es un caldero hirviente que esta a punto de derramarse y quemar hasta al líder moral, porque si mete mano, el dedito apuntará, irremediablemente, al 2024.

En Michoacán, siguen apareciendo apuntados al 2021, como hongos en el temporal. Igual las encuestas ratoneras para supuestamente posicionar a tantos querendones.

Pero con posibilidades reales para la gubernatura, no hay más que Cristóbal Arias y Raúl Morón; de las mujeres, Selene Vázquez, Blanca Piña y Ana Lilia Guillén. Fuera de ellas y éstos, los electoreros, que pegan arriba para ver qué cachan abajo.

Seguirá privilegiando Morena las encuestas, y abiertas. Se pulsará no solo la popularidad, sino también los positivos y negativos que tengan, y habrán de firmar con tinta de sangre, su compromiso con la 4T para no repetir las pifias que resultaron gobernadores como Miguel Barbosa, de Puebla, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos y Jaime Bonilla, de Baja California. O sea, de los 8, estos salieron de agüita. Ensayo, error. A corregir. El caso de Cuitláhuac García, lo consideran los propios morenos, un problema de inexperiencia no de falta de compromiso.

Pero aun así, se sienten en las nubes y que el BOA y todos los demás, fuera de los 30 millones que sumaron en 2018, les hacen los mandados.

Así las cosas, el problema en Morena, no son las elecciones constitucionales, sino sus procesos internos. Porque quien sea, va a ganar. Así de seguros y así de confiados…

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