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Por Rodolfo Sosa Cordero
Trump llegó a la presidencia de EU y entre sus discursos, el más importante era regresar a aquel pasado grandioso de los EU de los 50’s – 60’s época de los Baby boomers, y de la grandeza de GM, Ford, Chrysler United States Steel, Alcoa, una potencia industrial, la mayor del orbe sin duda alguna.
Sin embargo esto se dio bajo condiciones que hoy en día son imposibles, y que son irrepetibles. Me explico.
La gran depresión que inició en 1929, no terminó con Franklin Delano Roosevelt, por el contrario, este la exacerbó, gastó mucho dinero a lo keynesiano pero el desempleo y la recesión siguieron tercamente montadas. Tampoco terminó con la 2da Guerra Mundial, pensar que las guerras alientan las economías es una aberración.
Aunque sí fue la guerra la que la terminó, pero no por las causas que se manejan (auge de la industria armamentista), sino porque el público durante todo ese tiempo fue forzado a ahorrar, y no por voluntad, porque no había mucho que consumir. Los soldados recibían salarios que normalmente guardaban sus familias y la mujeres ni medias de nylon podía comprar era material estratégico para hacer p.e. paracaídas. Así que se acumuló un inmenso capital.
Y, lo más importante su capacidad industrial quedó intacta, aún más mejoró por el apoyo que necesitó para construir, tanques, aviones, jeeps, barcos, armas….
Mientras que sus hoy competidores estaban con su industria completamente destruida, principalmente Alemania y Japón, Corea ni pintaba en aquel entonces.
Así que si querías un auto tenía que ser Chevy o Ford o Chrysler, de lujo Cadillac, Lincoln, Chrysler no había de otra. Si querías construir tenía que ser con acero de USS. Si comprar un avión Boeing, McDonnell Douglas, Lockheed Martin.
Esto mismo se repitió en los países escandinavos principalmente Suecia que no sufrieron gran daño por la guerra, por esto, se hicieron ricos y pudieron después establecer su «Estado de Bienestar», que ya va en reversa.
La caída de EU empieza con USS y sus sindicatos de AFL-CIO, que establecieron una huelga que duró mucho tiempo, y como la industria de EU requería a gritos acero, importaron por primera vez de Suecia, y ¿Qué pasó? Qué se dieron cuenta que el acero sueco era de extraordinaria calidad y mejor precio, siguió el acero japonés, así hasta ahora el chino. Así fue como un sindicato le rompió en su madre a su propia fuente de empleo y bienestar.
Algo similar pasó con la industria automotriz, esta vez el UAW se encargaron de destrozar a las automotrices, reduciendo enormemente los margenes y también la calidad. Y llegaron los autos japoneses el Corona de Toyota fue el primer intento, pero el carrito popular entre los taxistas japoneses no dio el ancho en EU, su motorcito no aguantaba se calentaba. Toyota lo retiró y ya para entonces con la influencia de Deming crearon el Corolla, que fue y es un éxito, y el auto de mayores ventas en el mundo, el Camry y el Avalon como los sedanes que destrozaron a los Impalas, Monte Carlos, Cutlass, y el Lexus en el segmento de lujo, acompañados por las automotrices alemanas.
Por más aranceles que ponga Trump, las empresas industriales norteamericanas sucumbieron ante la codicia de sus sindicatos (alentados por el Partido Demócrata). Ya han quebrado, General Electric está a un paso de la quiebra.
Las cosas, no podrán ser jamás igual que como en los 1950’s y America nunca podrá regresar a ese pasado industrial glorioso que añora Trump.
Debido a su Reforma Fiscal, la economía bajo Trump se sigue viendo fuerte, el problema es que no le bajan al gasto público y siguen acumulado déficit y deuda.
Que no es de preocupar mucho excepto por Michigan, Illinois, y Ohio, hoy EU es líder en tecnología, y si no comenten los errores que cometieron en la industria metal mecánica, seguirán siendo líderes mundiales, Microsoft, Google, Apple, Amgen, por mencionar algunas son el reemplazo.
