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PRI rumbo al 2018; todos los caminos llevan a Osorio Chong (II)

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(II: Bucareli: “Se desactivan bombas”)

Por Ignacio León Montesinos

Especial de Expediente Ultra

La tarde del 30 de septiembre del 2014, una multitud de 50 mil estudiantes del Politécnico marchaban del Casco de Santo Tomás a la Secretaría de Gobernación; sus pasos se encaminaban a Bucareli porque la interlocución con el titular de la SEP, Emilio Chuayffet, se había pasmado. El alumnado  exigía la salida de la directora, Yoloxóchitl Bustamante, por los cambios hechos de manera unilateral al Reglamento Interno y al Plan de Estudios y el titular del ramo no ofrecía alternativas de solución al conflicto.  Los jóvenes exigían que el gobierno federal les escuchara y no tuvieron otra opción más que dirigirse al Palacio de Cobián.

Entre ¡huelums!, salió a su encuentro el Subsecretario, Luis Miranda Nava, pero los politécnicos rechazaron la propuesta del funcionario de ser él quien  recibiera el pliego petitorio. “¡Que salga Chong!”, reclamaban al unísono los manifestantes al negarse además a ser representados por una comisión. “No queremos arreglos en lo oscurito, queremos diálogo público; que salga Chong”, exigían incesantes.

Grande fue su sorpresa cuando de pronto apareció por las puertas de la Secretaría de Gobernación su titular. “¿Neta, es Chong?”, se preguntaban quienes lo vieron pasar a su lado rumbo al templete. Y más grande fue su estupor cuando Osorio tomó el micrófono y les dijo: “No estamos de ninguna manera jugando a las fuercitas. Vamos a ver lo que se deba resolver y lo haremos juntos. Lamento que en algún proceso no hayan sido escuchados, el caso es que llegaron aquí y queremos solucionarlo”. El diálogo suplió a los toletes y las agresiones y los estudiantes se retiraron ante el compromiso pactado.

Apenas tres días antes, 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa habían desaparecido en Iguala, Guerrero y el país amenazaba  arder con otros problemas como la presunta ejecución de delincuentes en el poblado de Tlatlaya, Estado de México. Y no obstante en el complicado escenario nacional algunos funcionarios no realizaban su trabajo porque, como en el caso de los politécnicos,  fue Chong el que debió  tejer puentes en ausencia de  las autoridades educativas.

Sello distintivo de los últimos sexenios fueron los constantes cambios de los Secretarios de Gobernación; muchos de los cuales por incapacidad a enfrentar situaciones de menor calado a las presentadas en el actual gobierno, debieron abandonar el puesto. Osorio parece haber resistido ya los peores vendavales internos como también los misiles enviados a su persona por el consabido “fuego amigo” del compacto círculo presidencial. Y eso le ha elevado su capital político ante los priístas, pero también entre diversos sectores sociales. La personalidad del precandidato se ubica en la figura de un político sensato e institucional, no afecto a las alharacas ni estridencias de otros aspirantes, alejado de los escándalos y los innecesarios reflectores.

La historia contemporánea registra  a Manuel Bartlett Díaz, hoy senador por el PT,  como el Secretario de Gobernación sobreviviente de todo un sexenio en el gobierno de Miguel de la Madrid, pero al final de su encomienda asuntos como  el decomiso de miles de toneladas de marihuana en el Rancho El Búfalo, de Chihuahua; el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena; su tibia actuación  en el terremoto de 1985;  el velo del fraude electoral con la caída del sistema el 6 de julio de 1988 y las inconclusas investigaciones en torno al homicidio del periodista Manuel Buendía , sentaron un mal precedente de su paso por Bucareli.

En el gobierno de Carlos Salinas, desfilaron por el Palacio de Cobián, Fernando Gutiérrez Barrios, Patrocinio González Garrido y Jorge Carpizo McGregor; con Ernesto Zedillo ocuparon la cartera de la política interna Esteban Moctezuma Barragán (hoy adherente a López Obrador), Emilio Chuayffet, Francisco Labastida Ochoa y Diódoro Carrasco; con Fox, despacharon en  Bucareli Santiago Creel Miranda y Carlos Abascal Carranza (el censor de la obra Aura, de Carlos Fuentes); con Calderón la lista de titulares fue más amplia; el primer Secretario de Gobernación de su sexenio fue Francisco Ramírez Acuña y le sucedieron en el cargo Juan Camilo Mouriño, Fernando Gómez Mont Urueta, Francisco Blake Mora y Alejandro Poiré.

Y todo indica que Chong pasará a los anales de la  política nacional como uno de los secretarios de Gobernación  que a pesar de haberse echado a las espaldas la responsabilidad de atender entre sus funciones el manejo de las corporaciones policiales del gobierno federal, se dio tiempo para apagar fuegos de otras dependencias y enfrentar situaciones de crisis prohijadas en gobiernos de oposición como aconteció con el asunto de los 43 normalistas de Ayotzinapa en que surgió  el entonces alcalde perredista de Iguala, José Luis Abarca como hilo conductor en la desaparición operada por un cartel de la delincuencia organizada.

Abarca pertenecía al grupo político del gobernador de su partido, Ángel Aguirre Rivero. En la complicidad para el manejo de la zona de tránsito y  siembra de  amapola en esa zona de Guerrero  estaba contemplada la esposa del edil, María de los Ángeles Pineda, para sucederlo en el cargo con la venía de Aguirre. El asunto le tronó al gobierno federal pero sus orígenes residieron en la  corrupción de los gobiernos perredistas.

Por eso, cuando de temas de seguridad se refiere los gobernadores de oposición son muy cuidadosos en lanzar diatribas en contra del titular de Bucareli. Y las más de las veces le endilgan al gobierno federal una aparente irresponsabilidad con el objeto de aminorar la presión mediática que pesa contra ellos en sus estados. En Bucareli, lo saben, debía colgarse un anuncio con la leyenda: “Se desactivan bombas”.

En enero del 2016, en una entrevista al diario La Jornada, Miguel Ángel Osorio dejó bien claro que en el ámbito de su responsabilidad no han existido medias tintas hacia la federación. “Que me diga un  solo gobernador que no le hemos dado todo el apoyo. Y vemos tanto cosas del orden federal como asuntos del fuero común. Las vimos siempre y las hemos atendido siempre”, recalcó entonces.

La espinosa e irresuelta criminalidad en entidades gobernadas por la oposición como Tamaulipas, Michoacán, Morelos, Chihuahua o Veracruz, muestra que su combate es un asunto intersectorial que implica una necesaria transversalidad en los tres órdenes de gobierno. Por ejemplo, en su  campaña el ahora gobernador Miguel Ángel Yunes prometió abatir a la delincuencia en seis meses. El plazo feneció y  la violencia en su estado comprueba que la realidad rebasa con creces a la  oferta política simplista.

Osorio Chong es puntero en las encuestas de su partido no por carismático sino por eficiente. Y  ha permanecido en el cargo por méritos propios y no por afectos personales o de mera amistad con el Presidente. Circunstancias que no han pasado desapercibidas para la opinión pública pese al fuego amigo que por cinco años le han prodigado sus compañeros de gabinete y alguno que otro gobernador, enlistado como aspirante.

La labor de muchos de ellos en sus respectivas áreas  deja mucho que desear y no obstante se sienten con méritos a ser nominados. Son estos a los que la militancia y los cuadros del tricolor quieren cerrar el paso en la cercana asamblea nacional por el riesgo que representan de una derrota segura.

 

 

 

 

 

 

 

 

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