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Renuncias al PRI en Hidalgo, ¿aviso?

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POR MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN/ @msanchezlimon

Sin duda los cacicazgos en el Partido Revolucionario Institucional no solo sobrevivieron a la hecatombe electoral de 2018, se fortalecieron y son muestra de que algo grave ocurre en el otrora partidazo, una especie de apuesta premonitoria de su extinción en el proceso electoral federal intermedio del año entrante.

Una muestra de esta crisis que la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Viggiano Austria, no quiere ver o prefiere no involucrarse, aunque se trata de un problema en su tierra de la que ha sido diputada federal y funcionaria.

¿Sabrá Alejandro Moreno Cárdenas que a la renuncia al PRI en el estado de Hidalgo, de tres activos que ha seguido una campaña de linchamiento en redes por oficiosos seguidores de doña Érika Rodríguez Hernández, que se significa como el suicidio político del partido que hoy es gobierno en la entidad pero sería su última oportunidad?

¿Qué ocurre en el PRI en el estado de Hidalgo? ¿Dónde está el dirigente nacional?

Mire usted, el caso de la dirigencia que no la militancia tricolor en el estado de Hidalgo, tiene una enorme carga de cacicazgo, de un grupo que se ha apoderado del tricolor y cierra el paso a cuadros que tienen arraigo en la entidad, en los municipios donde está el voto, la sobrevivencia política del partido que se ha ido en dos ocasiones al tercer sitio en la preferencia electoral en el escenario nacional y, en suma, está sujeto al voluntarismo y la soberbia de quienes no se han percatado de esta realidad de ser oposición, pero sobre todo mala oposición.

El pasado 15 de este mes, Edmundo Ramírez Martínez, un cuadro destacado del PRI en Hidalgo, que ha sido desde militante y hasta cónsul de México en Seattle, Estados Unidos, también diputado federal y alto funcionario en, por ejemplo, la Secretaría de Desarrollo Social en la pasada administración federal, decidió renunciar a su militancia en el Revolucionario Institucional.

Pero, junto con él se fueron del tricolor Jaime Padilla Hernández, dirigente municipal de la CNOP, y Faustino Yerbafría Ibarra, dirigente distrital y municipal del Movimiento PRI, decía: tres activos que el tricolor tenía en el estado pero en especial en Ixmiquilpan, zona en la que el cacicazgo de Roberto Pedraza mantiene esa influencia en el decir y hacer.

¿Pesó esa influencia de Pedraza en la postura de la dirigencia estatal que ninguneó y despreció a la actividad de Edmundo, aspirante a la presidencia municipal de Ixmiquilpan? ¿A quién pretende beneficiar la licenciada Érika Rodríguez Hernández? ¿A quién apoya Manuel Valera Piedras, secretario general del PRI Hidalgo?

Porque, además de la jauría que se fue con todo contra Edmundo Ramírez Martínez, Valera Piedras lo acusó de no haber expuesto, junto con Padilla y Yerbafría, las verdaderas razones por las que renunciaron al tricolor y, en un exceso verbal dijo que nunca estuvieron convencidos en las filas del partido, sino que buscaron beneficios personales.

Igualito que el licenciado López Obrador en esto de acusar con una enorme facilidad, porque hasta donde se sabe, Edmundo Ramírez militó durante 33 años en el PRI, ¡33 años!, Manolito. Quizá el joven emprendedor Valera Piedras desconoce la carrera de Edmundo, quien fue indocumentado en Estados Unidos y llegó a la Cámara de Diputados donde hizo destacado papel, tanto que fue nombrado cónsul y luego alto funcionario de la Sedesol y también lo fue en el gobierno estatal.

Por eso, sobra razón a Edmundo cuando en su carta de renuncia, con copia al licenciado César Jiménez Ortiz, presidente de la Comisión de Justicia Partidaria del CDE del PRI, puntualiza:

“Por el actuar de unos cuando, me refiero a la dirigencia y no a los miles de militantes, el PRI ha dejado de representarlas causas sociales. Los altibajos y las derrotas no sirvieron como experiencia para recuperar la esencia que le dio grandeza (…)
“Esa actitud demuestra que el PRI cuenta con una dirigencia que le tiene un gran desprecio a los militantes y a los ciudadanos, cerrado opciones transparentes para una verdadera participación democrática. Razón por la cual y conforme al Artícullo 60, fracción XIII de los estatutos, presento mi renuncia al partido y a mi militancia (…)”.

¿Qué ocurre en el PRI nacional? ¿Le creemos a Alejandro Moreno que se asume líder del tricolor pero no tiene la información de la crisis que priva en el partido en el estado de Hidalgo?

Porque, veamos, antes de esta significativa renuncia de un cuadro con amplia influencia y arraigo en la región de Ixmiquilpan, porque el PRI dejó de representar las causas social, estuvo la de José Luis Lima González, secretario general del CDE en el PRI del municipio de Pachuca y, en diciembre del año pasado, la de Roberto Núñez Vizzuett, quien se desempeñaba como dirigente del Frente Juvenil Revolucionario.

También sume usted la renuncia con fecha 15 de agosto de 2019 de Ricardo Crespo Arroyo, cuando fungía como dirigente estatal del PRI. O la de José Luis Lima Morales, quien fuera auditor superior, quien se fue del tricolor en junio del año pasado y, antes, el 22 de febrero de 2018, el presidente del Patronato Universitario de la UAEH, Gerardo Sosa Castelán, en tanto el 15 de marzo de ese año, hizo lo propio el ex diputado federal y local Canek Vázquez Góngora, quien fuera dirigente del sector juvenil del CEN priista.

¿Se vale el linchamiento de quienes decidieron buscar otras latitudes políticas porque se enfrentaron la soberbia y el voluntarismo de una dirigencia estatal que atiende a temas caciquiles? Mal para el PRI, mal para Moreno Cárdenas y su discurso que implica ir en pos de la identidad perdida. Por de pronto, Edmundo se va al PAN, con quien Marko Cortés tiene un enorme activo político en Hidalgo. Conste.

COMO ME LO PLATICARON. En 2020, se intensificarán las disputas por los contratos colectivos de trabajo entre el viejo Sindicato Minero, de Napoleón Gómez Urrutia, y las 10 agrupaciones de la Unión Nacional de Sindicatos Minero-Metalúrgicos y Metal-Mecánicos de México (UNASIM), que agrupa nada menos que a 100 mil obreros.

Los líderes de los sindicatos de la UNASIM, Carlos Pavón, Ismael Leija Escalante, Tereso Medina y Javier Villarreal, entre otros, tienen como objetivo crearle un boquete mayor a la membresía del napismo, que empezó a reducirse a partir de que Gómez Urrutia huyó a Vancouver, Canadá y trató de manejar a su agrupación de larga distancia, entre 2006 y fines de 2018, en un intento desesperado para frenar la desbandada de mineros, pero sin muchos resultados.

La disminución en la representación gremial de Gómez Urrutia aumentò, pero sus datos son falseados, porque incluye a la Confederación Internacional de Trabajadores, que creó, pero en el que cuenta a obreros de Estados Unidos y Canadá que no tienen nada que ver con México.

Sólo entre 2016 y 2017, el Sindicato Minero de Gómez Urrutia perdió tres recuentos sindicales que le costó perder a casi 8 mil trabajadores que se salieron de su agrupación para irse con el Sindicato Minero Democrático, liderado por Leija Escalante, que cuenta con una afiliación de alrededor de 14 mil trabajadores, que dejaron de pagar cuotas a Napito.

A los trabajadores del Sindicato Minero Democrático, Napoleón nunca les regresó estímulos laborales por 16 millones de pesos que debió entregarles y que quedaron en las cuentas bancarias del ahora senador de Morena. Digo.

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