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Sosa Castelán tiene los días contados en la UAEH

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Aquellos años maravillosos. (Foto especial)

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SILOGISMOS

Un amparo incidental, recurso desesperado

 

Por Antonio Ortigoza Vázquez/ @ortigoza2010

El círculo de la justicia federal comienza a cerrarse en contra de Gerardo Sosa Castelán, cacique de la UAEH, tomando en cuenta los pronunciamientos públicos del presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado día 12 de marzo, en el sentido de que “las autonomías universitarias no pueden significar cotos de poder, no pueden ser islas dominadas por caciques, trátese de un sindicato, de una universidad o de cualquier organización gubernamental, aunque sea autónoma”  .

Sosa Castelán es un poderoso que comienza a perder poder en forma acelerada, como sucede cuando se desmoronan las alianzas tejidas, principalmente con la presidencia de la República.

Un síntoma inequívoco de que la fortuna se vuelve en su contra es, `precisamente  recurrir a la justicia federal para lo que se conoce en el argot judicial como un amparo buscador, una solicitud de protección contra alguna orden de parte de una autoridad judicial en su contra.

Una vez aceptado el recurso, el juez solicita información a la Fiscalía, jueces federales, estatales, los que deben responder en los plazos fijados por los ordenamientos procesales.

Con eso, el solicitante gana tiempo, y nada más. En el caso de que haya la intención de someterlo a un proceso penal, una vez concluido el desahogo de pruebas, si las hay con solidez, el juez niega la protección y el solicitante sólo puede optar por huir al extranjero, de donde se somete a un juicio de extradición, o se entrega a las autoridades.

EL OCASO DE UN PODEROSO

Peldaño a peldaño, Gerardo Sosa Castelán fue escalando poder en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Y una vez constituido en el cacique absoluto en la presidencia del Patronato Universitario, ha extendido su influencia hacia la política del estado y por otro lado, con la creación de entidades de negocios que le proveen de fondos que maneja a su libre albedrío, o lo que es lo mismo: como le dé la gana.

Comenzó como líder estudiantil. Después, como dirigente sindical. Dio el salto hacia la rectoría y para consolidar la continuidad en el poder, se instaló como presidente Ad Vitam del Patronato Universitario, posición que le dio grandes poderes gracias al obsequio de una legislación a modo por iniciativa del entonces gobernador Francisco Olvera, donde señala que todo lo relativo al ejercicio de los fondos universitario será manejado por el Patronato.

Fiel a su esencia, Sosa Castelán estuvo ejerciendo el poder en forma prepotente, con signos exhibicionistas y con descaro en cuanto al aparato personal que desplegaba para hacer notar su presencia.

Cuando consideró necesario romper con el PRI, Sosa Castelán no dudó en sumarse al carro de Morena y se unió al elenco de personajes escasamente recomendables asimilados por AMLO en su campaña, como Manuel Bartlett, Napoleón (“Napito”) Gómez Urrutia, Gerardo Fernández Noroña, Félix Salgado Macedonio, Alfonso Durazo, entre los más notables.

Pero todo comenzó a derrumbarse con el anuncio de Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda (UIF), de que se procedía a congelar las cuentas de la UAEH, al descubrirse un trasiego de 156 millones de dólares de origen desconocido, desde el banco “Credit Suisse”, a cargo de 22 cuentas en el mismo número de países, todo con el conocido procedimiento de blanqueo de fondos.

A la estupefacción inicial ocasionada en la cúpula de la universidad, con declaraciones del rector Pontigo Loyola en forma atropellada, confusa  poco coherente, vino después el pánico

Se dio la impresión de que esperaban con ansia una rectificación de parte de AMLO –como había sucedido antes en ocasiones similares- pero en cambio estalló otra bomba, con  la denuncia de un grupo de militantes de Morena, de que Sosa Castelán había entregado 50 millones de pesos para la campaña de AMLO, a cambio de candidaturas para diputaciones federales y estatales, para los incondicionales del cacique.

Todo apuntó, a partir de entonces, que el único camino que le quedó a AMLO fue romper y perseguir legalmente a quien era su aliado electoral, para no quedar involucrado en un arreglo que de entrada olía muy mal.

De ahí sus declaraciones: “Hay universidades con influencia política, incluso vinculadas a partidos políticos y a las comisiones de educación en el Congreso manejadas por representantes de universidades, diputados, senadores, pero al mismo tiempo, ex rectores o integrantes de grupos que manejan universidades y tienen mucha capacidad de gestión y obtienen muchos fondos… la queja es que el dinero no se aplica bien… ya conocemos lo que sucedió con la famosa estafa maestra y los maestros de asignatura, en cambio, están muy mal pagados”.

EL IMPERIO DE SOSA: NEGOCIOS PRIVADOS CON FONDOS DE LA UAEH

Una parte poco conocida acerca del poder de Gerardo Sosa Castelán –en peligro de irse al suelo- es el control de 21 empresas que generan recursos para manejo político y personal del cacique y su grupo íntimo.

Así, funcionan bajo control del Patronato Universitario, Productora Universitaria de Lácteos (Prounilac); Rancho Universitario; Centro de Convenciones Universidad; Centro Deportivo Ceuni; Transporte Universitario; Garza Shop; Garza Gas; Poliforum Carlos Martínez Balmori; Seminarios & Hotel Universitario; Club Universitario Real del Monte; Centro de Negocios Universidad; Centro de Electrónica y Desarrollo de Aplicaciones Inteligentes; Estacionamientos Universitarios; Hospital Universitario; Plaza Pabellón Universitario; Uni Mueble; Restaurante Socavón; Editorial Universitaria; Librería Caráter; Centro de Calidad; Orquesta Sinfónica y el periódico “El Independiente”, este último, es otra historia. Al tiempo.

 

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