Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 27 segundos
* Al conocerse las listas de los delegados al evento nacional del tricolor, causó indignación entre la militancia de la Ciudad de México la reaparición del defenestrado ex líder, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre quien, al final, terminó doblegando a Mariana Moguel con la complicidad de funcionarios del CEN, al permitir que la imposición y la antidemocracia pisotearan la voluntad de las mayorías; el partido, se dice, es realmente manejado por el Secretario de Movilidad, Héctor Serrano, a favor de las aspiraciones del Jefe de Gobierno
Por La Redacción
Especial de Expediente Ultra
Al conocerse las listas de los delegados del PRI-CMDX que asistirán a la XXII Asamblea Nacional, se comprueba que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre sigue montado sobre los escombros de un partido al que ha llevado a la ruina electoral y que lejos de apuntalar a su candidato a la presidencia en 2018, servirá de tapete a los intereses del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, cuyo operador político y Secretario de Movilidad, Héctor Serrano, mueve a su antojo las piezas del priísmo capitalino a través de incondicionales como el diputado local, Israel Betanzos.
Señalado en abril del 2014 de operar una red de explotación sexual en sus oficinas de Puente de Alvarado, Cuauhtémoc Gutiérrez debió abandonar la dirigencia del PRI local inmerso en un creciente descrédito que le costó a su partido perder 400 mil votos en las elecciones intermedias del 2015.
Al relevo del líder de “Los Rojos”, llegó Mauricio López Velázquez quien poco pudo hacer para desmantelar la estructura sembrada por el heredero del trono de los pepenadores en Iztapalapa; algo similar ocurrió con el arribo de Mariana Moguel, impuesta en la dirigencia partidista con el objetivo de minar el poder interno de Gutiérrez de la Torre.
La hija de Rosario Robles, titular de la SEDATU, se mostró apática y sin oficio político; la diputada local terminó cediendo terreno a cambio de permanecer ilegítimamente en el cargo que debió abandonar por estatutos desde diciembre.
En las elecciones para el Constituyente del pasado año, el PRI acabó desfondado en un vergonzoso cuarto lugar con apenas 90 mil votos a su causa; la hecatombe fue tal que en delegaciones como la Cuauhtémoc, apenas arañó los 3 mil votos. Mariana sumó su fracaso al de López Velázquez.
Bajo esta óptica, la permanencia en el control real del priísmo citadino de Cuauhtémoc Gutiérrez no es obra de la casualidad sino de las alianzas tejidas con altos funcionarios del gobierno central. Para militantes y líderes de opinión hay poderosas manos e intereses que protegen al defenestrado líder; en julio de 2015 fue absuelto por la Procuraduría capitalina de los delitos imputados en su contra.
Este halo protector se hizo extensivo al dictamen emitido por el Instituto Electoral del DF, en septiembre de 2016 que le devolvió intactos sus derechos partidistas. De esta forma, el que se presumía era un gavilán de garras extendidas se transformó en una blanca paloma. Una finísima persona.
Ahora que el listado de los delegados capitalinos ha trascendido, resulta indudable que el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y sus órganos internos, dieron su aval para que el estilo antidemocrático y gangsteril del enquistado dirigente se impusiera por sobre la decisión de la golpeada y reducida militancia.
Hace más de un mes, y con miras a la XXII Asamblea Nacional diversos grupos del PRI capitalino exigieron a funcionarios de su partido, acatar la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), para renovar el Consejo Político y la Dirigencia local; en un evento realizado a las puertas de la sede nacional de Insurgentes, se admitió por parte del CEN que el Consejo Consultivo armado por Mariana Moguel para maquillar la imposición de los delegados a la Asamblea, era ilegal.
Al final todo resultó una promesa fallida de retornar a la aplicación de los estatutos que ordenaban el relevo de Mariana Moguel y de los integrantes del Consejo Político. El acuerdo de la Comisión Nacional de Procesos Internos del CEN, emitido el pasado 12 de julio, valida las aparentes elecciones delegaciones de donde emanaron los nombres de los asistentes al cercano evento.
Versión desmentida por la legítima militancia que denunció eventos cerrados con no más de cincuenta asistentes.
En las listas aparecen los nombres de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, enlistado en el lugar 177, y su hermana Norma, en el sitio 35.
También figura en el lugar 166, el ex líder y actual director del Instituto para la Educación de los Adultos (INEA), Mauricio López Velázquez y de igual forma sus incondicionales, Gloria Sotelo Salazar, ex Subsecretaria de Evaluación y Estrategia del PRI local, envuelta en el escándalo de los fondos perdidos a los promotores del voto en la Casa del Agrarista, y Alicia Téllez Sánchez, ex diputada local y delegada del INEA en la Ciudad de México.
De los delegados del PRI únicamente asistirá a la XXII Asamblea, Fernando Mercado Guaida, de Magdalena Contreras pues como es sabido el titular de la demarcación en Milpa Alta, Jorge Alvarado Galicia, no mantiene relaciones cordiales con Mariana Moguel; el de Cuajimalpa, Miguel Ángel Salazar, se bajó de la contienda por indicaciones de su jefe político, el diputado local Adrián Ruvalcaba, quien evalúa permanecer en el PRI o buscar nuevos horizontes políticos.
CUAUHTÉMOC Y SUS ALIANZAS CON MANCERA
La inclusión de Cuauhtémoc Gutiérrez prueba que el inamovible líder que ha llevado al priísmo local a su cercana extinción, sigue ordenando y mandando, no con objetivo de fortalecer a su instituto político sino de utilizarlo como moneda de cambio ante los operadores políticos de Miguel Ángel Mancera con quienes lleva una excelente relación, como es el caso de Héctor Serrano Cortés. El Secretario de Movilidad se ha mostrado muy cercano al jefe de “Los Rojos” y su grupo.
Siendo todavía Secretario de Gobierno, Serrano abandonaba sus actividades oficiales para acudir a eventos sociales como el cumpleaños del ex asambleísta Tonatiuh González Caze, departiendo en franca camaradería con Cuauhtémoc Gutiérrez, allá por los rumbos de Coapa; apenas en noviembre pasado, la Fundación Colosio, y a instancias del diputado local, Israel Betanzos, le organizó a Serrano una tertulia en el Club de Banqueros donde fue tratado con muy especiales deferencias.
El funcionario aprovechó para destaparse como candidato al Senado y futuro coordinador de la campaña presidencial de Mancera. Dijo sentirse como “pez en el agua” con sus viejos amigos priístas, pero marcó su línea divisionaria y sus intereses políticos hacia el PRD.
Apenas el pasado cinco de julio, Israel Betanzos organizó un foro sobre el Delito y la Seguridad Pública en conocido hotel de Paseo de la Reforma. Diversos ponentes como el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, desfilaron por la pasarela estelar. Por su participación se hicieron merecedores a un reconocimiento.
No pasó desapercibido que en su calidad de Presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la ALDF, Israel Betanzos honró con tal distinción a Héctor Serrano, sin haber tenido participación alguna.
Si nos remitimos a que en política “la forma es fondo”, resulta indiscutible la alianza pactada entre Cuauhtémoc Gutiérrez y el Jefe de Gobierno, con miras a la elección presidencial del 2018. Y siguiendo el hilo conductor de las atenciones especiales dispensadas al Secretario de Movilidad, es entendible que no fue mera casualidad la exoneración de Gutiérrez de la Torre por parte de la procuraduría capitalina ni del Instituto Electoral del DF.
Lo cuestionable de esta nueva imposición, señalan las bases priístas, es que desde el CEN no se haya percatado que al líder de “Los Rojos” lo que menos le interesa es el futuro del PRI en la Ciudad de México. Sus intereses y afinidades no son tricolores. Triste panorama le espera a un partido sumido en el sotanero cuarto lugar de las encuestas con el renacer de Gutiérrez de la Torre.
