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Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
En Tabasco, también este año debe haber precandidato a gobernador para la elección del 2 de junio de 2024.
La efervescencia marchará al paroxismo con el final de la Feria.
Si el método de selección ya fue determinado: encuestas, entonces la ventaja es de los que más “suenan”, y una vez entrado en el conocimiento, la opinión favorable que eventualmente pueda tener de ellos el electorado.
El peor resultado que un aspirante puede tener desde ahora es un elevado rechazo ciudadano (casi equivale a la descalificación).
Por cierto, resulta paradójico que el factor mediático -a través del que la gente conoce a los prospectos- resulte clave en un sexenio de severa redimensión de la importancia de la prensa.
En ese entendido, la presencia de los “gallos” y “gallinas” guindas en redes sociales, por ejemplo, y la aprobación popular a sus mensajes y posiciones, influye fuerte en los sondeos.
Como quiera que sea, hay temas que antes tendran que resolverse, como el de la paridad de género.
¿Toca a Tabasco mujer?
Si nos atenemos a cómo se desarrolla la sucesión presidencial en MORENA, la primera encuesta en el antiguo edén -en unos meses más- determinará a los tres mejor posicionados.
Ahí serán “cruzados” con los precandidatos líderes de oposición, para obtener la información de si el segundo o tercer lugar tienen posibilidades de triunfo.
De no ser así, el primer lugar iria directamente a la candidatura.
Con dos o tres opciones capaces de vencer, las negociaciones se aprietan en cuaquier partido.
Mario Delgado, como siempre, tratará de evitar rupturas abriendo espacios de consolación a los perdedores, a partir de ofrecer alcaldías (Centro) y curules federales.
Existen muchos grupos e intereses disputando la nominación, aunque lo que contará por último -así son las reglas- es lo que concluyan los tabasqueños.
Por lo que respecta al presidente López Obrador, nacido en Tabasco, no hay manera de que pueda perder con ningún anotado.
