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Un planeta enloquecido…
EDUARDO EL CAPI GARCÍA GARCÍA
“El concepto del calentamiento global fue
creado para y por los chinos, para hacer que la
manufactura estadounidense sea menos competitiva”.
Donald Trump
El 25 de octubre de 2023, los habitantes de Acapulco despertaron con el rugido de los vientos más fuertes que han azotado la región en años. El huracán Otis, categoría 5, devastó todo a su paso con ráfagas de viento de casi 300 kilómetros por hora.
Se trató del huracán más poderoso que ha impactado México en décadas y sus efectos fueron desastrosos. Las playas, hoteles, hospitales y otras infraestructuras clave quedaron gravemente dañadas. La comunicación se interrumpió durante varios días, aislando a miles de personas. En total, este ciclón cobró la vida de 46 personas, y más de 800 embarcaciones quedaron hundidas. Algunas tripulaciones desaparecidas nunca fueron encontradas.
Los violentos incendios forestales que asolaron el área metropolitana de Los Ángeles, entre el 7 de enero y el primero de febrero de 2025, cobraron la vida de al menos 31 personas y devastaron más de 16 mil hectáreas, convirtiéndose en unos de los desastres naturales más letales en la historia reciente de California.
Las condiciones meteorológicas extremas, incluyendo vientos huracanados de Santa Ana y una sequía prolongada, exacerbaron la propagación de las llamas, particularmente en los incendios de Palisades e Eaton.
Entre el 4 y el 7 de julio de este año, Texas sufrió devastadoras inundaciones que dejaron un saldo de al menos 119 muertos. Además, se reportan más de 170 personas desparecidas, por lo que el número de víctimas puede acercarse a 300, incluyendo varias niñas del campamento de verano Camp Mystic, arrasado por la crecida del río Guadalupe que se desbordó en 45 minutos. Se trata del desastre más mortífero en el territorio continental de los Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005.
Con la llegada de la actual y furiosa temporada de lluvias y fuertes tormentas, a veces acompañadas de granizadas, la Ciudad de México, así como otras grandes urbes de nuestro país, se han visto muy afectadas, pues la basura, las aguas negras y los cráteres que abundan en la otrora ciudad de los Palacios, siguen provocando severas inundaciones, caos vehicular y complicaciones por todos lados.
De impacto son los múltiples videos y fotografías, viralizadas en redes sociales, que muestran vehículos atascados y arrastrados por el agua, árboles caídos y decenas de calles completamente anegadas. Estos estragos no sólo han afectados a toda la ciudad, sino al transporte público como el Metro, Metrobús y Cablebús. Las multitudes desoladas se agrupan por las calles inundadas sin forma de poder transportarse a su destino.
Con estos ejemplos, tan sólo algunos, no me queda duda que los últimos años el cambio climático ha demostrado, con todo su poder devastador, que es real, y que sus efectos están rebasando los pronósticos científicos; lo peor es que es absolutamente impredecible y sus consecuencias son más duraderas y catastróficas. En nuestro país, los daños causados por los desastres naturales se han triplicado desde el año 2000, ya sean pérdidas humanas o materiales.
De ahí que al cambio climático debemos verlo como una emergencia por las grandes y graves consecuencias que está provocando. De no enfrentarlo como una emergencia los costos seguirán elevándose y el sufrimiento humano será inevitable.
NATURALEZA DESBORDADA
Ningún ser humano advierte en su cuerpo una variación de escasos grados centígrados de temperatura. La Tierra, en cambio, el gigantesco, único e irremplazable planeta que habitamos, sí. Su inmensa masa que orbita alrededor del Sol demuestra tener una mayor sensibilidad que el más sensible de los humanos.
Poco más de un grado es lo que ha aumentado la temperatura global del planeta desde que, al calor -y nunca mejor dicho- de la Revolución Industrial, las selvas de gruesos troncos, frondosas copas e intrincadas junglas comenzaron a ser reemplazadas por bosques de chimeneas que no cesan de lanzar bocanadas de humo contaminante a las alturas.
Las consecuencias de este calentamiento afectan hasta el último de los seres vivos, sean sensibles o indiferentes, humanos o no. El 30 por ciento de los rayos del Sol que llegan a la Tierra es reflejado por la atmósfera; el resto llega a nuestro planeta y produce el milagro de la vida, en sus formas más elementales y más complejas.
En un maravilloso intercambio, ese regalo energético de las alturas es devuelto al espacio. Un uno por ciento de los gases que naturalmente pueblan la atmósfera basta para retener algo de esa tibieza solar que arropa -o arropaba- a la Tierra.
Este delicado equilibrio comenzó a ser alterado cuando, a los propios de la atmósfera, se sumaron los gases derivados del abuso de los combustibles fósiles (llamados gases de efecto invernadero: Bióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (NO2) y metano (CH4), entre otros) mantienen en constante trajín los engranajes de la industria, pero que se han convertido en verdugo de todos.
Los científicos prevén que si el planeta se calienta más de 1.5 grados centígrados (se calcula que andamos en 1.1), los ecosistemas podrían colapsar más rápido. No sólo se agravarán los fenómenos que ya vivimos, sino que también la humanidad experimentará efectos inimaginables.
La inestabilidad climática pondrá a miles se seres vivos en la lista de la extinción y sólo aquellos que se adapten a ambientes más hostiles podrán sobrevivir; otros morirán y algunos más se verán forzados a abandonar las tierras inhóspitas. Recuerden las tremendas olas de calor que últimamente hemos padecido.
Frente a la realidad que enfrentamos en un planeta que se calienta por la gran dependencia de los combustibles fósiles, a la poca voluntad política y económica de los gobiernos de acoger rápidamente las energías limpias, incluido el que encabeza Claudia Sheinbaum, y transferir tecnologías y recursos a países menos desarrollados, muchos jóvenes se movilizan masiva y pacíficamente, como la famosa activista sueca Greta Thunberg, de 22 años.
Si a eso sumamos la total indiferencia de la población ante este fenómeno, nuestra falta de educación y valores, así como la total inexistencia de conciencia social y ecológica, contribuimos a elevar el caos y a deteriorar los diversos ecosistemas.
Datos: en la Ciudad de México, 3 de cada 10 personas son fumadores, y el 56% de las colillas que utilizan terminan en el piso. Por ello no es extraño verlas tiradas por todas las calles. Pero el verdadero problema surge cuando desembocan en las coladeras por efecto de las lluvias. Y pues, además de causar estragos en el drenaje, llegan a ríos, lagos y mares, donde su efecto nocivo se multiplica contra el medio ambiente y la fauna.
Qué decir de las más de 12 mil toneladas de desechos que se generan diariamente en la ciudad y que una buena cantidad también se arrojan a las calles, de las cuales el 12% corresponde a plásticos y, de este último, el 1.5% representan bolsas de plástico. Como sabemos, en general, desde las botellas de refresco hasta los empaques de pasta dental y las bolsas, este material tarda muchísimos años en degradarse, por lo que permanecen en el planeta y lo contaminan.
Con todo esto, además de la urbanización desordenada que padecemos, la Ciudad de México, así como las grandes urbes de todo el país, se han convertido en lugares hostiles para vivir, dados los altos niveles de contaminación, basura acumulada, delincuencia, violencia callejera, desempleo, baches y socavones.
Y no ponemos nada de nuestra parte, pero eso sí nos quejamos de las lluvias torrenciales y la destrucción que están ocasionando, incluidas las atroces inundaciones.
Aun así, pese a las grandes tragedias naturales que padecemos, el calentamiento global, y, junto a él el aumento de los Tsunami, el hoyo de ozono, la desertificación y el derretimiento de los polos, en menos de 50 años tendremos que evacuar a 60 millones de personas asentadas en las costas y en las zonas árticas, en todas partes se impone la misma constante: el conocimiento de estas catástrofes y amenazas no incita a nadie a actuar.
SOMOS EL PROBLEMA Y LA SOLUCIÓN
Cada minuto los seres humanos emitimos 48 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Para evitar los peligros del cambio climático se deben recortar en 50% las emisiones a nivel mundial. Existen muchas opciones pequeñas que, si se multiplican, entre todos, nos permitirán cambiar, en cierta medida, nuestro desolador futuro.
Claro, además de que las autoridades educativas deben implementar en sus planes de estudio materias que incluyan la educación ecológica, también deben realizar amplias campañas dirigidas a la ciudadanía, cuyo objetivo no sólo sea sancionarla, sino crearle conciencia social y ecológica. De no hacerlo, nada cambiará.
Así que:
- Evitemos generar más basura. Separar los residuos en orgánicos e inorgánicos para facilitar su clasificación y reciclaje. NUNCA TIRARLA EN LAS CALLES.
- Cuidemos el agua como a nuestra vida. Usarla de manera moderada y racional al lavar los trastes y bañarnos, así como hacerlo de manera rápida y recogerla en una cubeta para reusarla.
- Consumir sólo los alimentos necesarios, sanos y nutritivos. Evitar su desperdicio.
- Utilizar focos ahorradores, así como apagar y desconectar los equipos electrónicos que no se utilicen.
- Antes de comprar analizar el origen y el impacto de los artículos en el medio ambiente.
- Las plantas embellecen los espacios. Hacerlas florecer por doquier.
- Evitar los productos plásticos de un solo uso y sustituirlos por productos plásticos biodegradables y compostables.
- No tirar chicle en las calles, pues tarda hasta cinco años en descomponerse. Se gastan millones de pesos en limpiar las gomas de gastar de las aceras, estaciones del metro, parques y otros espacios públicos. Esta goma pegajosa es muy difícil de eliminar y requiere de herramientas espaciales.
- Usar transporte público, bicicleta, patines… o mejor caminar.
Como hemos visto, la cadena es inmensa, y en esa cadena todos y nadie somos responsables; todos deambulamos con nuestro auto, consumimos indiscriminadamente energía y tiramos basura sin sentirnos culpables del desastre que provocamos, vivimos y que sobrevendrá, pero que por la inmensidad de su proporción nos es imposible imaginar. Sólo nos quejamos.
¿Qué hacer frente a ello? No lo sé. Además de lo anterior, hacer visible el mal, con las implicaciones catastróficas que contiene. Estamos destrozando el equilibrio ambiental y nosotros mismos somos un producto más de nuestras bárbaras agresiones a la naturaleza.
Me siento indigestado de felicidad. Au revoir.
PERLAS DE LA SEMANA:
ANDY ANDABA EXTENUADO
“Mis adversarios mandaron espías a mis vacaciones de Japón”, Andy López Beltrán, respondiendo a sus críticos por su escandaloso viaje a Tokio, acusándolos de “hampa del periodismo y espías conservadores”.
En un comunicado, dijo que siempre valdrá la pena “pagar una cuota de humillación cuando se lucha por una causa justa” y en contra de los opresores del pueblo.
El secretario de Organización de Morena también reiteró que además de haber pagado el viaje con sus propios recursos “no somos iguales y nosotros no somos corruptos”. Baratón y extenuado salió el Andy.
“No voy a entrar en discusiones… el poder se ejerce con humildad”, comentó la presidenta Sheinbaum al respecto y reiteró la petición a los militantes de Morena de mantener la austeridad como uno de los principios de su movimiento.
LA ZOPILOTA
Rocío Nahle, la desgobernadora de Veracruz, dijo que hay una “temporada de zopilotes” contra la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y que a la vez hay una campaña de desprestigio en contra de su “gobierno”, pues el neoliberalismo “se niega a morir”.
Para la señora Nahle, los ataques de la oposición son infundados. Como si el motín en el Centro Penitenciario de Tuxpan, que dejó siete internos muertos, así como once lesionados, no hubiese sucedido.
Como si los cuerpos destazados que aparecieron en la carretera Poza Rica-Cazones que aparecieron el lunes 4 de agosto, hubieran sido un invento de los neoliberales.
Un caso de violencia que, al parecer, podría estar vinculado con los taxistas y el caso de la maestra jubilada y taxista Irma Hernández, recién fallecida de un “paro cardiaco”.
LA BUCHONA MAYOR
“A todos los que llaman nacos son bienvenidos aquí conmigo, a todas las que llaman buchonas son bienvenidas aquí, todas las madres solteras son bienvenidas aquí”, dijo la ex alcaldesa de Cuauhtémoc Sandra Cuevas al anunciar su regreso a la política nacional al incorporarse a México Nuevo, Paz y Futuro, organización del polémico ex gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz.
NOTA SERIA DE LA SEMANA:
POLIAMOR
En los últimos días se hizo tendencia el video que muestra a dos policías (un hombre y una mujer) de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, en pleno acto sexual mientras se encontraban a bordo de una patrulla nueva de la corporación, lo cual de inmediato comenzó a generar polémica entre los y las usuarias de la plataforma X. La SSC identificó a los oficiales y confirmó que además de separarlos del cargo les abrió una carpeta de investigación. Qué exagerados son.






