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EL OSCURANTISMO DE LOS INFLUENCERS

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Foto: https://www.economist.com/united-states

Tiempo de lectura aprox: 8 minutos, 33 segundos

POR EDUARDO EL CAPI GARCÍA GARCÍA

“Es espantoso que gente tan ignorante

tenga tanta influencia”

                   George Orwell (1903 – 1950)

El aterrador asesinato del activista estadounidense de extrema derecha Charlie Kirk el pasado 10 de septiembre, ante 3 mil estudiantes, ya marcó un antes y un después en la profunda violencia, miedo y polarización política en los Estados Unidos.

Para algunos, Kirk era uno de los influencer del ala conservadora más influyentes y provocadores del país del norte; para otros, tan solo un fervoroso fanático de Donald Trump.

En cuanto a su ideario, entre otros aspectos, era un defensor acérrimo de la economía de libre mercado y enemigo de cualquier ideología de izquierda. Se oponía al aborto, abogaba por un universo comandado por varones y rechazaba los derechos para las minorías sexuales y raciales.

Para él, Martin Luther King, el patriarca de los derechos civiles de la comunidad afroamericana en Estados Unidos, había sido un “mal hombre”. Además, profesaba un apoyo irrestricto a las leyes de posesión libre de armas.

El punto es que este joven de 31 años, tenía una gran presencia en medios de comunicación (transmitía un programa de radio ultraconservador con una audiencia de 500 mil y 750 mil radioescuchas), redes sociales, podcast y sus eventos atraían multitudes.

Además, junto con William T. Montgomery, fundó en 2012 la organización ultraderechista Turning Point USA, y fue un activo clave durante la campaña presidencial de Donald Trump en 2024, a través de su movimiento Make America Great Again (MAGA).

Paradójicamente, al momento de su asesinato, estaba respondiendo a una pregunta de un estudiante sobre la violencia y el uso de armas en ese país.

Este acontecimiento, terrible por sí solo, me llevó a explorar el mundo de los llamados influencers, también conocidos como “creadores de contenido”, esos personajes que, convertidos en “líderes digitales”, han logrado cautivar, persuadir e influir, para bien o para mal, a millones de seguidores en las redes sociales.

Admitiendo mi desconocimiento inicial sobre el tema, el cual solía rechazar, según yo por insustancial, el hecho es que existen muchos tipos de estas figuras públicas, las cuales ofrecen horas y horas de entretenimiento a sus seguidores.

Algunos de ellos emiten mensajes constructivos de los que incluso los menores de edad pueden extraer una enseñanza positiva (abordan temas sobre cocina, belleza, historia, espiritualidad, salud y estilos de vida “saludables”).

Otros, por desgracia, como Kirk, son nocivos pues basan su actividad en continuas consignas y acciones inmorales que, a veces, traspasan los límites de la legalidad y lo ético. Es decir, estos influencers suelen usar sus plataformas no solo para difundir odio, bullying, racismo y discriminación de todo tipo, sino para generar información errónea, engañosa o mal intencionada, lo que puede tener un impacto negativo y peligroso en la salud, el comportamiento o el bienestar de las personas.

La realidad es que las redes sociales han transformado la manera en que muchísimas personas, en especial los jóvenes aun carentes de un criterio propio, pueden alcanzar la “fama”, pues hoy en día, cualquier individuo con una cámara, algunos cachivaches tecnológicos y acceso a internet puede convertirse en una figura pública con miles e incluso millones de seguidores.

Sin embargo, la facilidad con la que consiguen la notoriedad también les ha traído una serie de problemas, ya que algunos de ellos han abusado de su estatus y han enfrentado escándalos legales.

En torno a ellos, tanto en el mundo como en México, existen temas de violencia, y abuso hasta delitos graves, demostrando que la “fama” en internet no siempre es sinónimo de éxito, ya que las redes, aunque les brindan la posibilidad de ganar grandes cantidades de dinero, ya sea monetizando o apoyando campañas publicitarias o políticas, pueden ser un arma de doble filo.

Muy famosos fueron los casos como el del popular músico español Naim Darreschi, quien promovía la práctica del sexo sin protección. O el del practicante del físico constructivismo, el también español Amadeus Lladós Fitness, que, con 1.7 millones de seguidores en Instagram y 2.8 en Tik Tok, además de jactarse de poseer mucho dinero y lujos (restaurantes, autos, joyas, mujeres), le encantaba despreciar e insultar a las personas con sobre peso y con escasos recursos económicos.

Acompañando sus declaraciones con su clásico “Fuck”, se refiere a ellos como los “panzas” y “mileuristas”. El punto es que, mediante la manipulación, defraudaba on line a sus seguidores.

En nuestro país hay muchos influencers negativos. Recordemos a Rodolfo el Fofo Márquez, condenado hace algunos meses a 17 años de prisión por tentativa de feminicidio. Fiel a su estilo, su sentencia se dio luego que se hizo viral un video en el que se le vio agrediendo brutalmente a una mujer en un estacionamiento de Naucalpan, Estado de México. Se le desdibujó su eterna sonrisa burlona. Era muy popular en sus redes.

Otro caso sonado fue el de la youtuber YosStop, quien fue apresada por haber difundido la violación de una menor de edad. Fue absuelta tras reparar el daño. Pero de que lo hizo lo hizo.

Pero hay otros peores, como el de Camilo Ochoa, conocido en sus redes como El Alucín, que fue asesinado en el baño de su casa de Morelos. Con su muerte, se sumaron al menos ocho influencers masacrados en medio de la creciente ola de violencia entre cárteles de la droga.

En su cuenta acumulaba 348 mil seguidores, donde abordaba temas relacionados con el narcotráfico y confesaba haber sido sicario del Cártel de Sinaloa.

¿Entretenimiento? Esta circunstancia me hizo reencontrarme con un par de libros que, considero, explican en cierta medida la existencia de estos personajes.

EL HOMBRE LIGHT

Hace años cayó en mis manos La era del vacío, un texto fundamental para obtener ciertos principios de lucidez sobre el devenir de las sociedades contemporáneas. Fue escrito en 1983 por el filósofo francés Gilles Lipovetsky.

Un tema que desde un principio me atrapó, lo que me hizo posteriormente devorar El hombre light: Una vida sin valores (1992), otro libro importante escrito por el psiquiatra español Enrique Rojas.

Pero volviendo a La era del vacío, sus capítulos iniciales concentran su atención en las características propias de la llamada posmodernidad, su efecto en la personalidad de nuestra sociedad y su relación con el individuo.

Pese a los años en que fue escrito, el diagnóstico que hace es fascinante: nuestra sociedad se encuentra conmocionada luego de la caída de los valores absolutos que fueron el resultado de la dinámica histórica del siglo XIX.

Según Lipovetsky, los grandes ejes de la sociedad moderna, como la razón, la disciplina, el laicismo, el trabajo y la libertad han sido abandonados y este vacío ha sido cooptado por una fuerza de personalización hedonista.

En este sentido, el autor explica que la sociedad moderna era conquistadora, creía en el futuro, en la ciencia, en la técnica, en la voluntad, en la necesidad de las revoluciones sociales.

Hoy día, nuestra posmodernidad ya no cree en el futuro, no intenta sacrificios en pos de un mundo mejor para los que vienen, lo que importa no es que mejore el mundo, sino que mejore “mi” mundo. Es decir, el placer propio por encima de todo, cueste lo que cueste.

Esta apatía ha generado individuos enamorados de sí mismos en donde cualquiera, mientras crea tener algún mérito, puede considerarse modelo de comportamiento. Este vacío en la estructura social ha arrojado un narcisismo de dimensiones descomunales, de tal manera que no importa tener talento o generar una lucidez sobre determinado tema.

Tampoco importa realizarse desde una lucha contra la injusticia o contra la ignorancia, lo que importa es ser visible desde un alto nivel de consumo que nos proveerá de una apariencia deseable la cual se replicará en miles de individuos igual de vacíos que el modelo original.   

Estos modelos hacen de nuestra sociedad su casa, provocando que los llamados influencers se reproduzcan por miles, parasitando en la mente de individuos ansiosos de ser aceptados socialmente.

El peligro reside en la colonización que estos personajes realizan en la personalidad del espectador. Y el más dañino es aquel que busca su validación social basándose exclusivamente en su poder de consumo; son generalmente jóvenes (chicos o chicas) banales (aunque también hay hombres y mujeres de edad madura, y que son los más dignos de conmiseración) poco interesantes que intentan vender descaradamente un llamado estilo de vida con derivadas comerciales y los más torpes con derivadas pseudo místicas (la llamada espiritualidad al vapor).

El daño que producen es extraordinario, pues cuando logran que ciertos individuos se identifiquen con ellos, influyen de manera inconsciente en el pensamiento de su espectador para incorporarles actitudes, ideas y creencias (los psicoanalistas le llamarían introyección).

De esta forma presionan a su audiencia sus necesidades de aceptación, generando dinámicas de hiperconsumo que no tiene fin y desarrollando un culto a su personalidad que da como resultado una pobre visión de los proyectos de auto realización que cada quien pudiera anhelar.

Así identificamos múltiples impactos negativos como la promoción de productos nocivos, la difusión de desinformación, el refuerzo de estándares de belleza poco realistas, el fomento de una cultura de comparación dañina, la participación en prácticas de consumo engañosas y la presentación de importantes riesgos a la privacidad.

Estos personajes, carentes de toda nobleza espiritual y arraigados en un consumo bestial, se han convertido en una especie de micro héroes sociales: dan charlas masivas en las universidades (como lo hacía Kirk), se erigen como representantes de la creatividad, generan seguidores y realizan campañas de cualquier tipo (muchos han revolucionado el marketing, moldeando el comportamiento de los consumidores y han redefinido las estrategias de las marcas comerciales que los contratan).

Lipovestky explica este fenómeno como el exceso del juego de las apariencias que cautivan fácilmente a una sociedad sin convicciones, apática, desapasionada e ingenua. De esta manera, los influencers se convierten en una superstición contemporánea, en los nuevos hechiceros de la imagen que se inventan méritos mientras disfrazan su grandísima ignorancia lanzando una visión construida a base de consumo que los valida ante los espectadores más vulnerables intelectualmente hablando.

Este neo oscurantismo crece como una mancha en las redes sociales, intoxicando mentes y desposeyendo intelectualmente a una sociedad ya de por sí devastada.

Es verdad que vivimos en la era del vacío, sin embargo, es verdad también que nuestro tiempo ha generado personas de muchísima altitud espiritual que pueden servir como luminarias en esta fría noche de los tiempos: Gandhi, Luther King, Nelson Mandela, Facundo Cabral, José Mújica, entre muchos otros, nos lanzan la pregunta por la pasión.

Este nuevo oscurantismo atroz sólo será superado cuando entendamos que la ideas y la fuerza del pensamiento valen más que la infame tiranía de la apariencia.

El asesinato de Kirk como la presencia de los influencers aberrantes, seguirán actuando como oxígeno para avivar el profundo odio y polarización política, no solo en los Estados Unidos sino en otras latitudes como México. Al tiempo.

Todo cabe en un 69 sabiéndolo acomodar. Adieu.

PERLAS DE LA SEMANA:

DE VERACRÚ PA’ MARTE

La diputada local morenista, Victoria Gutiérrez, se viralizó en redes sociales, luego de que en tribuna del Congreso de Veracruz afirmara que estudiantes habían construido una nave espacial para ir a Marte.

La legisladora planteó que esa misma nave espacial fuera usada para esparcir en el espacio el aroma del café veracruzano.

“Porque aquí en tenemos en Veracruz grandes científicos que tienen un proyecto, han hecho una nave espacial con manos veracruzanas para el espacio, para Marte y ellos también, yo les pedía que los apoyen para demostrar que también en la ciencia y en el espacio también tiene que estar el aroma de nuestro café”.

No pos si…

LOS “NUEVOS HÉROES DE LA PATRIA”

El “Grito de Independencia” es uno de los rituales más representativos de México, una ceremonia solemne, aunque no para muchos, que recuerda el inicio de la guerra por la libertad.

Durante las celebraciones del 215 aniversario del inicio de esta gesta, distintos alcaldes cometieron “errores” al dar la arenga del tradicional grito.

Estos momentos quedaron registrados en video y se difundieron en redes sociales, generando diversas reacciones, entre ellas los enojos y las burlas. 

Por ejemplo, en Escárcega, Campeche, el alcalde Juan Carlos Hernández Rath, en aparente estado etílico, confundió el nombre de la heroína Josefa Ortiz de Domínguez y gritó: “¡Viva Josefa Ortiz de Pinedo!”.

El mismo error se repitió en Jaral del Progreso, Guanajuato, por parte del presidente municipal Daniel Cimental Barrón, lo que derivó en burlas y comparaciones con el apellido del comediante Jorge Ortiz de Pinedo.

Por su parte, el edil de Ciudad Madero, Tamaulipas, Erasmo González Robledo, cometió el error de confundir el nombre, ¡otra vez!, de Josefa Ortiz de Domínguez, a quien arengó como: “¡Viva Josefa María Morelos y Pavón!”.

Lo mismo sucedió en Zaragoza, Coahuila, cuando el alcalde Evelio Vara, del PT, proclamó un inesperado: “¡Viva Josefa María Morelos y Pavón!”.

Una más, en Jiutepec, Morelos, el alcalde Eder Rodríguez Casillas elevó el nivel de caos al gritar: “¡Viva María José!”, al referirse al Siervo de la Nación.

El momento se viralizó rápidamente creando “memes” que lo convirtieron en un “cover” de la cantante pop María José, superponiendo su voz al grito.

Por si fuera poco, la presidenta Sheinbaum incluyó en sus arengas a las heroínas y héroes de la Independencia, algo extraordinario, pero en su afán de darle mayor renombre a la corregidora de Querétaro, Sheinbaum se refirió a ella con su nombre de soltera: Josefa Ortiz Téllez Quirón.

Sin embargo, su nombre de nacimiento completo era María Natividad Josefa Ortiz Téllez-Girón.

Por último, el gobernador de Puebla, rebautizó a la heroína Leona Vicario como “Leonorio Vicario”.

Jajaja.

Pese a todo: ¡Qué Viva México!

NOTA DESVERGONZADA DE LA SEMANA:

La jefa de Gobierno de la heroica y castigada Ciudad de México, Clara Brugada, anunció la “creación” de un Comité de Solidaridad, el cual se encargará de recibir y administrar donativos (monetarios, claro) que la gente desee depositar a las víctimas de la tragedia ocurrida el pasado 10 de septiembre en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, que, tristemente, al momento ya ocasionó 28 muertos.

“Como sabemos, no solo es una ayuda de un momento, sino que tendrán consecuencias a lo largo de sus vidas”, explicó, cuando hasta el momento no ha aclarado nada respecto a quienes son los responsables de la explosión y de qué forma resarcirán el daño provocado.

Gracias a su incapacidad y burocratismo, tanto de ella como de la fiscal de la ciudad, aún no se completan las carpetas y los peritajes para que las aseguradoras hagan los pagos correspondientes.

De inmediato surgieron una ola de reacciones negativas en torno a su “propuesta” como si no recordáramos que, tras los sismos del 2017, se juntó una lanísima para el apoyo a los damnificados, incluso enviada desde el extranjero, y cómo la hicieron de jamón para dar las ayudas.

El caso es que no hubo total transparencia en el manejo de ese varo y se sabe que hubo muchos beneficiados de su partido, menos los damnificados. Pura ¡corrupción! Y en ese comité estuvo su ahora colaborador César Cravioto, que salió a defenderla.  

¡Ni vergüenza tienen!

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