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* El ex gobernador y actual diputado del PRI en San Lázaro, se ha convertido en un furibundo y acérrimo crítico de la nueva Ley de Aguas Nacionales, acusando a Morena de traicionar y robar al pueblo, pero oculta que en su Estado, su clan privatizó de manera encubierta el sistema de agua potable de Saltillo, otorgando el control a una empresa española que durante más de dos décadas ha ganado miles de millones de pesos, imponiendo abusivos cortes al servicio y tarifas excesivas a la gente de escasos recursos; es decir, todo lo contrario que ahora dice defender este farsante que ha contagiado de su demagogia al líder local del PRI, Marco Mendoza
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Al asumirse como redentores de los núcleos campesinos y pueblos originarios en el tema de la aprobación de la nueva Ley de Aguas Nacionales, los priístas dan los últimos martillazos a los clavos de su ataúd político, porque fueron ellos al lado de sus cómplices socios de Acción Nacional, los que transformaron las concesiones de agua en millonarios negocios, al pervertir el derecho humano al vital líquido en un asunto de alta rentabilidad privada.
Veamos dos clavos de muestra que sellan el cajón de muerto del nauseabundo tricolor:
Marco Mendoza, líder estatal del PRI en Hidalgo, dijo al respecto:
“Morena le ha robado al pueblo de México. Le robó la paz y la tranquilidad, le robó la justicia, le robó la democracia, le robó la esperanza y ahora le roba el agua. El Congreso de la Unión acaba de aprobar la nueva ley de aguas con la que Morena podrá hacer uso discrecional de las aguas que son propiedad del pueblo de México.
Ahora Morena dictará quién puede ser propietario, quién puede heredar. Y esto impacta principalmente a los ejidos y a los campesinos, porque Morena tendrá el control sobre cómo usar discrecionalmente las aguas, el vital líquido que es un patrimonio de todas y de todos los mexicanos”.
Le hizo segunda el infamante Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila, cónyuge de la Secretaría General del PRI, Carolina Viggiano Austria, y actual diputado federal del Revolucionario Institucional en San Lázaro.
“La nueva legislación en materia de aguas es ilegal, autoritaria y dañina para millones de mexicanos, especialmente para los campesinos, productores y pueblos originarios…” … “es una ley que nació sin consultar a quienes debía proteger…” “Morena dice una cosa y hace otra. Hablan de ayudar a los pobres, pero esta ley les clava la espada. Dicen defender a los pueblos originarios, pero ni los consultaron. Son farsantes”, dijo Moreira.
Desmenucemos los desatinos de ambos personajes. En primer lugar hay que recordarles que los responsables de haber liquidado la esencia del ejido fueron en su momento priístas que servilmente apoyaron la privatización de esta célula social del agro con las modificaciones al artículo 27 constitucional del espurio Carlos Salinas de Gortari.
En efecto, Marco Mendoza, antes de que usted apague la luz y cierre la puerta de lo que queda de sus tétricas y huecas oficinas, le pedimos que investigue si tras 6 sexenios neoliberales el agua era todavía patrimonio de los mexicanos.
Preguntémonos, ¿por qué este par de demagogos, no hacen un recuento histórico de las fechorías de sus ex presidentes y muchos de sus ex gobernadores, referente a la “privatización” del agua?
Y va un cuestionamiento directo:
¿Son farsantes los legisladores que aprobaron la nueva ley, en San Lázaro, señor Moreira? Vaya, vaya con su cinismo.
Pero digamos que es y será entendible para todos los hidalguenses, los mexicanos, incluidos sobre todos sus paisanos coahuilenses, las razones de su enfado y rabia, porque la nueva disposición dotará de armas legales para luchar por su derecho al agua a miles de habitantes pobres de municipios como Saltillo y Ramos Arizpe a los que usted junto con su hermano Humberto y corruptos subordinados como el ex alcalde de la capital de su Estado, Oscar Pimentel, habilitado por usted al asumir el gobierno de Coahuila, como Secretario de Gestión Urbana, Agua y Ordenamiento Territorial, les han robado el vital líquido por más de 20 años en complicidad con la empresa española Agbar (Aguas de Barcelona), a la que otorgaron el manejo del 45 por ciento del caudal del ayuntamiento saltillense, y a la que renovaron la concesión hasta el 2034.
Habla usted y su correligionario de un “manejo discrecional” del agua con la nueva ley aprobada en la Cámara de Diputados, y dice que Morena se las clava en la espalda a los pobres, pero es recomendable que antes de abrir la boca para hablar del tema, comience por decirle a todo el país, si no es actuar como un consumado farsante, el defender algo que precisamente usted, su hermano Humberto y la caterva de pillos que le son incondicionales en su Estado, privatizaron permitiendo que una empresa extranjera les corte el agua a la gente de escasos recursos por estar imposibilitados de pagar las tarifas que imponen de manera arbitraria cada año, llegando al abuso de que al adeudar un mes, debe pagar tres para su reconexión.
Y en un auténtico robo a lo que dice “es propiedad del pueblo”, dígale a la gente, señor Moreira, por qué está descarada privatización solo surte a los habitantes de las colonias pobres de Saltillo con un solo día de agua a la semana, pero eso sí, apoya la instalación de plantas de empresas trasnacionales como Coca-Cola, a la que no le faltara el agua como tampoco a otras más como General Motors, cuyo directivos forman parte del Consejo de Administración del organismo que maneja el surtimiento de agua potable, donde el pueblo nunca ha tenido voz y voto, como ahora se queja usted de la falta de consulta con la ciudadanía, con la nueva ley.
Este modelo de asociación pública-privada que solapó su hermano de su antecesor, Enrique Martínez y que usted fortaleció, curiosamente, ha permitido que la empresa española –ahora asociada con la firma francesa SUEZ Concesiones México–, se llevara de ganancias del 2016 al 2022, cinco mil millones de pesos; es decir, durante el último año de su gestión y en el sexenio del empleado que usted dejó como empleado de despacho con funciones de gobernador, Miguel Ángel Riquelme.
Si tanto ladra y vocifera contra el nuevo ordenamiento es pertinente que explique cómo es que mientras las multinacionales que manejan el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, se llevan tan altas ganancias, al ayuntamiento de Saltillo apenas y le dieron en el 2012, solo 56 millones de pesos de ganancias, migajas de lo que estas empresas se llevan a sus bolsillos.
Señor Rubén Moreira, usted critica el voto mayoritario de los diputados en San Lázaro a la nueva Ley de Aguas, pero recuerde que en el 2007, su queridísimo Hermano Humberto, permitió cambios al artículo 84 de la Constitución de su Estado, para que se autorizara la suspensión del servicio de agua a quienes no pagaran sus recibos, en clara violación a los Tratados Internacionales y a la propia Constitución de México, que establecen el acceso al agua como una garantía fundamental y un irrenunciable derecho humano.
¿Por qué cuando llegó al cargo en un claro abuso de nepotismo, no derogó esta infamia legislativa resarciendo el daño contra el pueblo de Coahuila?
Y se ve que el negocio de la encubierta privatización del agua en Coahuila es un venero de riqueza malhabida de su clan que dejó endeudado por más de 30 mil millones de pesos a las futuras generaciones de coahuilenses, porque ahora bajo el gobierno de otro de sus chalanes impuestos en el cargo, Manolo Jiménez, el cabildo de Saltillo junto con el Congreso Local –al que desde hace casi dos décadas controlan usted y su hermano–, aprobaron la extensión del contrato al consorcio ibérico-galo, hasta el año 2034.
Por eso su rabia y preocupación de que la agraviada sociedad ahora cuente con herramientas legales para cancelarles el negocio del control del agua en su Estado a usted, su parentela y cómplices, porque además de estar ya en posibilidad de echarles abajo el cochupo, pueden meterlo a la cárcel a usted y a la runfla de bribones que han robado el vital líquido a su legítimo dueño: el pueblo de Coahuila.
Señor Moreira, no se confunda ni contagie de su cínica actitud al menguado líder de su partido en Hidalgo, Marco Mendoza, a quien su esposa Carolina está haciéndole creer que puede ser el candidato a gobernador por su agonizante partido, porque Morena no se está robando nada, los que se robaron el agua fueron gente de su partido como el ex gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien contraviniendo la ley construyó una presa privada e ilegal, en su rancho “El Saucito”, ubicado en el municipio de Balleza, donde para regar sus 4 mil 700 hectáreas y alimentar a sus cientos de cabezas de ganado, almacenaba 3 millones de metros cúbicos, dejando sin agua al resto del municipio.
La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), dio cuenta del abuso y le canceló su auto concesión, la cual, dijo, era por herencia familiar. Pero como este caso hay otros de personajes de esta lista de farsantes como el ex presidente panista, Vicente Fox, quien posee 14 concesiones para obtener 3 millones 144 mil 936 metros cúbicos de agua por año. Pero eso sí, llora y clama justicia porque Andrés Manuel López Obrador le canceló, al igual que a los ex presidentes, su pensión de más de 240 mil pesos mensuales. Ladrones y cínicos, que ni qué.
Hay muchos antecedentes que seguirán saliendo a la luz, sobre estos huachicoleros del agua que ahora lloriquean por los negocios que se les viene abajo. Y de pena ajena que los priístas como los ya mencionados quieran defender un tema del que lejos de ir por lana van a salir trasquilados. Y ya ni moverle al tema del ejido que ellos mismos desarticularon con Carlos Salinas de Gortari y que provocó, entre otros males sociales, la migración de miles y miles de campesinos a los Estados Unidos tras la firma del TLCAN, donde los campesinos mexicanos llevaron todas las de perder.
Señor Moreira y Marco Mendoza, harán bien en no subirse a un ring del que solo bajarán vapuleados y exhibidos como lo que ustedes tanto critican: ¡Consumados farsantes!






