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Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
En vez de Alito hay que decirle Meteorito, porque está acabando con los dinosaurios del PRI.
A decir verdad, está acabando con el partido.
Pero, bueno, lo interesante es que tuvo la genial idea de soportar su ambición de apoderarse de lo que queda del tricolor, en una declaración de guerra contra la vieja guardia.
Vivo como él solo, el ex gobernador de Campeche acusado por la misma gobernadora Layla Sansores de ladrón, presentó su reelección como el triunfo de las nuevas generaciones sobre los fósiles de la era Mesozoica, en una grotesca “refundación” del cadáver revolucionario.
Fueron los dinosaurios los que acabaron con el PRI y lo traicionaron aliándose con sus enemigos.
Es el relato de Alito, y le funcionó…
De allí que aunque todo México crea que puro corrupto lo ratificó, existen militantes que en realidad lo ven como una especie de salvador, y confían en que inaugurará otra etapa de esplendor del Institucional.
Alguna vez, filosófico -presumía de ser el presidente más culto que hasta su momento tuvo el país-, José López Portillo reflexionó en público sobre quién era.
No faltó el ocurrente que le ayudó a conocerse: ratero, inútil, frívolo, farsante…
Aunque esa, como dice la viejita, es otra historia…
Sin embargo, si Alejandro Moreno Cárdenas no es dinosaurio, pero sí tiene las mañas de los de muy antes, ¿qué es?
Transa, mañoso y simulador, como los tyrannosaurus rex, sí lo describen.
Décadas atrás se habló harto en el edén perdido de los bebesaurios, o sea jóvenes idénticos de tramposos y sucios que los ejemplares que un meteorito -los yucatecos juran que les tocó- borró de la faz de la Tierra.
El tiempo dirá si Alito es Mesías o enterrador de los suyos…
…de los últimos…