Tiempo de lectura aprox: 11 minutos, 46 segundos
EDUARDO EL CAPI GARCIA GARCIA
Luego de leer la extraordinaria nota de Toño Ortigoza en torno a la violencia en México, da horror notar lo rutinaria que ya es para muchos de nosotros. Pero si la bruma de muerte, dolor y abandono propia del clima de violencia que ahoga al país envuelve de manera señalada a las mujeres, las bandas de delincuentes comunes y el crimen organizado elevan los niveles de bestialidad a extremos nunca antes vistos.
La guerra entre los múltiples cárteles, los feminicidios, la corrupción, las ejecuciones, las personas desaparecidas, los homicidios, las extorsiones, los cobros de piso, los secuestros, las fosas clandestinas, los asaltos, los robos de autos o sus partes, el tráfico de armas, el robo a casa habitación y el contrabando, entre muchos otros, están imparables.
Y aunque las autoridades locales y federales, instaladas en la autocomplacencia, insisten en decir lo contrario y lo celebran con pompa y circunstancia, todo pinta peor, o al menos esa es nuestra percepción, creada e incrementada por los medios de comunicación y las redes sociales.
Pero imposible que los periódicos, los telediarios y los espacios informativos no den cuenta del baño de sangre y violencia que cubre las calles del país. Aunque algunos exageran, sería irresponsable que no lo hicieran. El mensajero no es el culpable del clima con olor a sangre. Sí gobiernos, funcionarios, crimen organizado y sociedad en su conjunto que aportamos mucho a la actual pudrición social.
Y, por si fuera poco, en medio de toda esta catástrofe, nos encontramos la ciudadanía de a pie, que no solo sufrimos las consecuencias de esta descomposición social y política, sino que ya también formamos parte de ella. Y le agregamos más sal y pimienta.
El estado de odio y malhumor vigentes en México, a quien el actual gobierno ya le quitó la calidad de República, son muy perturbadores. Y las redes sociales han propiciado la propagación geométrica de una muy curiosa ferocidad: la de los ciber-ciudadanos, sabedores de que sus posts y sus videos van a ser leídos y vistos fatalmente por miles de ciudadanos y militantes del bando contrario.
Y una de las características más destacadas de los posts y videos cortos es que permiten a cualquier persona convertirse en “creador de contenido”. Sólo se necesita un celular inteligente y una conexión a internet. De tal forma que cualquiera puede grabar, editar y publicar su contenido. Esto ha llevado a una diversidad de voces y estilos que han enriquecido la experiencia del usuario y fomentado la creatividad.
Si a eso le agregamos el alto potencial que tienen de volverse virales al ser difundidos en las redes, ese efecto es un factor clave en su popularidad, al permitir a los creadores conectar con su audiencia a un nivel más personal.
El caso es que, gracias a estas peculiaridades, los creadores, ciudadanos comunes, tanto de videos como de posts, los hacen y difunden casi de manera instantánea y cruda (potenciados por el anonimato) y no se molestan ya en dispensarse en cortesías innecesarias, como las que antaño exigían una misiva de tu puño y letra redactada trabajosamente (y firmada, además, con tu rúbrica legal), sino que se sirven con la cuchara grande y sueltan las más agrias palabrotas, los más ofensivos insultos, sin considerar que ya todos somos vulnerables de ser video grabados, vía celular, y quedar expuestos por la eternidad en las redes sin posibilidad de negar lo ahí expuesto.
En ese sentido, las redes vibran y el ambiente se calienta. Y los niveles de agresión son verdaderamente inauditos, crueles, temibles (con razón y sin ella) y exhiben, sobre todo, a una comunidad de individuos muy iracundos, muy encabronados, indignados y, supongo, muy insatisfechos y con ganas de vomitar insultos por el mero hecho de que alguien, en algún lugar, haya expresado una opinión diferente a la tuya o por denunciar algún acto de impunidad. Y si un insulto es ingenioso, las hordas se vienen arriba y azuzan a las partes en conflicto.
Siguiendo esa ruta, casi todo es susceptible de acabar mal en la Internet. Ya se asume, y así sucede, que la gente pierde los nervios discutiendo de política, deportes, escándalos del mundo del espectáculo o sobre actos de corrupción e impunidad ciudadana.
En la Red no solo se vociferan insultos más o menos graciosos o irónicos, también se amenaza de muerte, y se pone en juego el honor y el nombre de la gente. Existe un enorme desequilibrio entre los que dan la cara, y firman su blog o sus artículos, y los que actúan protegidos por el anonimato. Y hay gente que lo pasa mal. Es un hecho que a menudo se confunde el insulto, el acoso, las amenazas o calumnias, con la libertad de expresión. “Te voy a matar” o “te voy a partir la cara”, no son libertad de expresión.
Aunque se trata de prácticas ya cotidianas que son consecuencia directa de la creciente democratización de nuestras sociedades posmodernas, y pese a que se sigue pretendiendo controlarlas, no hay vuelta atrás. El derecho a decir lo que nos plazca ha dejado de ser el privilegio de quien contaba con una tribuna privilegiada -el columnista de un diario, el político sabelotodo, el empresario protagonista, el cura amenazador o los llamados influencers, personajes propios de la “era del vacío”, que proliferan por miles y que, en gran medida, son personajes banales y carentes de toda nobleza espiritual- y, por poco que cuente con un celular conectado a la red, cualquier hijo de vecino, informado o no, puede ya transmitir, urbi et orbi, sus más personalísimas opiniones, con un paquete de majaderías e injurias incluido gratuitamente en la oferta.
Tan sólo retomemos un caso específico, pero muy representativo, del odio derramado en las redes.
Recientemente, Ricardo Salinas Pliego, el polémico empresario mexicano, el tercer hombre más rico de México y dueño, entre otras empresas, de TV Azteca, dio de qué hablar.
En su cuenta de X (antes Twitter), publicó una serie de insultos dirigidos a la politóloga Denise Dresser, la abogada Vanessa Romero y la escritora Sabina Berman, que de inmediato se viralizaron en las redes.
La confrontación comenzó a principios de julio cuando Vanessa Romero publicó en el periódico Reforma un texto titulado “El antihéroe”, en el que lo calificó como “un millonario que ha vivido acurrucado bajo las faldas del Estado” y que ahora “lo muerde y se niega a colaborar”.
Un día después, Sabina Berman hizo lo propio en El Universal con un artículo encabezado: “Salinas y el Estado Profundo”, donde señaló que el empresario no solo evade impuestos, sino que no paga seguro social ni vacaciones a más de 150 mil trabajadores y que opera mediante empresas fantasma. Berman, además denunció la existencia de un entramado de poder que permite a ciertos empresarios operar fuera de la ley.
Ante estas críticas, Salinas Pliego respondió directamente en sus redes con insultos personales. A Vanessa Romero la calificó de “comunista/ feminista resentida” y de “textoservidora”, que, según él, escribe “al ritmo de los billetes” pagados por políticos corruptos.
A Sabina Berman le dedicó otro mensaje, llamándola “la momia”, “perr* hdp” y “lencha”, afirmando que sus textos son parte de una campaña pagada por el oficialismo para dañarlo. Además, descalificó su trayectoria periodística y recurrió a comentarios despectivos sobre su vida personal y su orientación sexual.
Y todo porque le acusaron de negarse a pagar los 74 mil mdp que ya debe de impuestos al SAT.
Frente a estos ataques, la politóloga y columnista Denise Dresser se pronunció públicamente en defensa de Romero y Berman. En su cuenta de X escribió:
“Mi solidaridad con @vannessarr y @sabinaberman ante los ataques violentos y misóginos de Ricardo Salinas Pliego. Una criatura creada por el Estado que ahora el propio Estado no puede controlar. Uno de los peores ejemplos del capitalismo de cuates. Y un hombre que va por México presumiendo su podredumbre sin que nadie lo pare. Celebro y apoyo a quienes intentan hacerlo”.
La reacción del empresario no se hizo esperar. A través de un largo mensaje, la llamó “bruja” y “metiche”, y la acusó de “soltar a las perr**”, escribió y termina usando expresiones como “chaspm usted también” para cerrar su arremetida.
Además, claro, de ponerse en el papel de víctima afirmando que “ellas me atacaron primero, lo que me da derecho a defenderme”.
El caso fue tan polémico y grave que la presidenta Sheinbaum, en su Mañanera del 9 de julio, se solidarizó con ellas.
“Toda mi solidaridad a Sabina, a Vanessa, incluso a Denise Dresser, que miren que no coincidimos en casi nada, pero no se puede llamar a una mujer de la manera en que esta persona se dirige, una misoginia, un machismo, terrible”, dijo en esa ocasión, además de advertir: “Pero van a pagar los impuestos”.
Ante este panorama, la actual titular de la Secretaría de la Mujeres, Citlalli Hernández Mora, revivió su controversial encontronazo con Salinas Pliego, al secundar a la presidenta Sheinbaum en su manifestación de solidaridad hacia las tres mujeres agredidas. Recordemos que hace un par de años, la entonces senadora, se enfrentó al dueño de TV Azteca por el mismo asunto de los impuestos, a lo que el empresario respondió:
“Holiiisss marrana, ¿oiga y rodó el Domingo pasado? Acá en Dubai todo bien, andamos viendo ponerla de portera de la selección para que no entren goles y ser campeones del mundo ya que con la lengua ustedes resuelven todo, pero luego se tienen que tragar sus palabras”.
El punto es que, después de que la presidenta Sheinbaum lo acusó de machista y misógino, Salinas Pliego cuestionó si es justo que por ser hombre deba “tolerar abusos de poder, insultos y linchamientos públicos”. Asimismo, dijo que las prioridades del gobierno de Sheinbaum son equivocadas, pues se enfocan en atacarlo y no en enfrentar las verdaderas crisis en México y enlistó las siguientes: Crecimiento del narco, contrabando y huachicol, desmantelamiento institucional y una economía debilitada por el derroche, entre otras.
¿Horrendo verdad? En lugar de debatir ideas, el empresario recurrió a los ataques físicos, calificativos humillantes y burlas misóginas.
El problema es que este caso, terrible en sí mismo, solo refleja una realidad cotidiana que se vive en las redes sociales entre “buenos ciudadanos” (en especial entre los jóvenes y adolescentes, el ciberbullying, por ejemplo, aunque se da entre todas las edades y estratos sociales) que a la primera provocación dan rienda suelta a su ciber ira e indignación exhibicionistas. La anterior confrontación, fue un evento público y directo, pero en la mayoría de los casos no es así.
Lo interesante es que todos podemos pasarnos al lado oscuro en un momento dado. ¡Es tan fácil y gratificante mentarle la madre a un fulano o fulana que te es desagradable por la razón que sea! Con las horas de internet que llevamos a las espaldas estamos abducidos por ese fenómeno que algún psicólogo definió como desinhibición online, una circunstancia exclusiva del medio digital y favorecida, ahora por la Inteligencia Artificial (IA), el anonimato, la invisibilidad, la pérdida de los límites entre los individuos y la ausencia hasta el momento de una jerarquía real en Internet (el número de seguidores).
Es decir, el anonimato hace que la gente se convenza a sí misma de que sus comportamientos online, por despreciables que sean, no le pertenecen y, por tanto, no son su responsabilidad.
Esto les concede carta blanca y explica de algún modo que se entreguen a determinadas conductas con total abandono e impunidad. En ese sentido, es impresionante la cantidad de “memes” misóginos e imágenes despectivas creadas con IA, por ciber opositores, para burlarse y demeritar no sólo el trabajo de la presidenta Sheinbaum (y otros integrantes de la 4T), sino para atacar su aspecto físico, lo cual es terrible, porque se amparan en el anonimato. Pero también se da en sentido contrario. El punto es descalificar y divulgar odio.
LA REPÚBLICA DEL ODIO Y LOS INSULTOS
Pero vayamos más allá. Si los ciber ataques a través de posts, boots (que simulan la interacción humana y generan comentarios o aumentan el número de seguidores en redes sociales) o memes no solo sirven para manifestar una opinión personal sino para insultar y amenazar han llegado para quedarse, en el caso de los videos de denuncia, todo parece complicarse.
Hoy en día, las redes sociales se han convertido en una poderosa y popular herramienta de denuncia que ha empoderado a los ciudadanos para compartir sus preocupaciones, visibilizar problemas, crímenes, robos o cualquier tipo de violencia y exigir responsabilidad. Este fenómeno, sin lugar a dudas, está redefiniendo la manera en que la gente se moviliza y cómo se abordan las cuestiones que afectan a la sociedad en su conjunto.
No solo las redes, sino los telediarios se han erigido en un referente para transmitir y difundir esta novedosa, a veces cobarde, pero muy efectiva forma de condenar virtualmente cualquier irregularidad en nuestro entorno, pues también está generando que nuestro comportamiento público no solo se exponga, a veces vergonzosamente, sino que se vaya dosificando. No sabemos en qué momento una cámara apostada en las afueras de una casa, en el interior de un auto, en el casco de un motero, o en el celular de alguien podrá videograbarnos para luego difundir nuestra imagen ante un acto indebido.
De esa manera, nos hemos enterado de lamentables y vergonzantes comportamientos ciudadanos. En la última década, una gran cantidad de videos de denuncia se han difundido y popularizado en las redes sociales, siendo sus principales estrellas, nefastos personajes captados en video a los que se les ha dado en apodar cariñosamente “ladies” y “lords”, quienes protagonizan momentos marcados por el abuso, el influyentismo, la prepotencia, el racismo, el clasismo, la intolerancia, la majadería, la borrachera o la agresión directa.
Lo que empieza en unos cuantos segundos de video, termina en el enojo, la bronca o la indignación digitales de miles de personas. Aunque este tipo de situaciones suelen ser motivo de burlas, es preocupante lo cotidiano que son, al grado que se han convertido en todo un fenómeno social, pues a diario surgen y surgen estas “celebridades”, que al final de cuentas reflejan la podredumbre y descomposición del entretejido social, así como la gran desigualdad que aún persiste en nuestro entorno y los anti valores que permean en nuestra sociedad.
Todo parece que se originó en el 2011, cuando aparecieron las primeras dos protagonistas que recibieron este mote. Un par de borrachas, fueron detenidas en Polanco, su respuesta fue una serie de insultos y comentarios violentos, incluso intentaron golpear a los oficiales de policía. El incidente fue videograbado con celular y luego difundido en las redes, lo que primero ocasionó indignación, pero que al viralizarse generó chacota cuando alguien las apodó “Ladies Polanco”.
A partir de ese momento, las “ladies” y los “lords”, se convirtieron en un fenómeno social, pues aparecieron por doquier. Le siguió Lady Profeco, la hija prepotente e impaciente del titular de esta institución: “no sabes con quien estás hablando”.
Y de ahí pa’lante. Las más recientes: Lady Racista, Lady Peruana, Lady Paso Peatonal y Lord Labio Leporino. Y los que se acumulen esta semana. En fin, fenómenos posmodernos que llegaron para quedarse, porque como sociedad no aprendemos a comportarnos, a respetar a los demás y a las leyes, pese a que varios de estos casos han sido denunciados legalmente. Pero en todos los casos, no pueden evitar ser el escarnio y la comidilla de los miles de cibernautas que gozan con despreciar e insultar a estos personajillos.
Este es el panorama actual y nadie se salva. A todos nos puede pasar y a cada quien nos tocará, fatalmente, su ración de mentadas de madre en video. Lo dicho, nunca había habido tanta democracia.
Así de simple.
PERLAS DE LA SEMANA:
NO SOMOS IGUALES, SOMOS PEORES
“Hoy damos otra derrota a los salvajes narcotraficantes criminales y a los cárteles que dominan México. Intento ser amable, pero tienen un fuerte control sobre México. Debemos hacer algo sobre eso, no podemos permitirlo. Las autoridades mexicanas están petrificadas, temen ir a trabajar porque los cárteles tienen el control sobre los políticos y los cargos electos”, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, poco después de que Ovidio Guzmán, el Chapito, abandonó la cárcel tras acuerdo alcanzado con las autoridades estadounidenses para declararse culpable de varios delitos de narcotráfico y resguardado en lugar secreto mientras continúa colaborando.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó estas declaraciones como “imprecisas” y aseguró que México realiza acciones firmes contra el narcotráfico y subrayó que el país “no es como antes”, enfatizando que “no somos iguales” a los gobiernos anteriores que, según ella, permitieron la infiltración del crimen organizado en instituciones de seguridad.
EN PLENA PUTREFACCIÓN
“Ahí está saliendo toda la pudrición, hasta donde se tenga que llegar, a tope. El compromiso de Javier May (gobernador tabasqueño) es con los ciudadanos, no con delincuentes ni con la mafia”, José Ramiro López Obrador, hermano de AMLO conocido como “Pepín” y actual secretario de Gobierno en Tabasco, al afirmar, según él, que la orden de aprehensión contra Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública durante la administración del actual Cenador Adán Augusto López, y ligado al grupo criminal conocido como “La Barredora” revela la “pudrición” que había en la entidad.
Por supuesto, Adán Augusto, actualmente agazapado, pues según él, “no está acostumbrado a dar entrevistas”, ha mantenido un silencio sepulcral sobre el tema e incluso, la presidenta Sheinbaum confirmó que “no hay ninguna investigación” en su contra (que debería haberla), además de que otros morenistas impresentables como Gerardo Fernández Noroña han salido a defenderlo. Se viene fuego amigo al interior del partido en el poder.
LADY DATO PROTEGIDO
“He enfrentado violencia política en mi contra, la revictimación por personas desinformadas o con interés político, incluso he recibido amenazas físicas, pero la violencia no se calla ni se minimiza.
“Si eso amerita linchamiento, estoy lista. Resistiré cualquier intento de silenciarme. Por el futuro de todas seguiré luchando.
“Muchas agresiones digitales han terminado en feminicidios…”.
Videodeclaraciones de la diputada del PT, Diana Karina Barreras, al “denunciar” revictimación en su contra luego de recibir múltiples crítcas y cuestionamientos por la exesiva sentencia del Tribunal Electoral que obliga a la ciudadana sonorense Karla Estrella Murrieta a ofrecerle abusivas disculpas públicas durante 30 días por supuesta violencia política en razón de género en contra de la legisladora.
La diputada, esposa de un diputado morenista federal, aseguró estar a favor de la libertad de expresión, pero pidió no confundirla con volencia hacia las mujeres. Ahora resulta que la victimaria, a quien Karla Estrella tiene que referirse como “Dato Protegido” en su disculpa pública, es la víctima.
NOTA SURREALISTA DE LA SEMANA:
UNA MÁS DE LADY CENSORES
La jueza de control interina de Campeche, Ana Maribel de Atocha Huitz May, prohibió al periodista Jorge González Valdez opinar o publicar sobre la “gobernadora” Layda Sansores y ordenó que un “censor” o “interventor judicial” revise y apruebe cada publicación que él y el diario Tribuna realicen sobre la censora estatal.
Esta nueva resolución, al mejor estilo de la era dictatorial franquista en España, contrasta directamente con la decisión judicial emitida apenas la semana pasada impuesta contra el periodista en el mismo caso, en la que le prohibían a González Valdez ejercer el periodismo durante dos años y la orden de dar de baja la plataforma digital de Tribuna. El proceso legal se inició por una denuncia de Lady Censores contra el periodista por “el presunto delito de odio” y para “proteger la dignidad de la víctima”.
Sin lugar a dudas, se trata de un caso polémico y abusivo sin precedentes en nuestro país en la historia del control político sobre la prensa mexicana. Para diversos analistas, esta resolución, a todas luces anticonstitucional, representa un retroceso preocupante en materia de libertades democráticas y de derechos a la libertad de expresión.
Pero eso sí, la desgobernadora, de 79 años de edad, desde su transmisión semanal El Martes del Jaguar, puede seguir atacando a sus contrincantes políticos, incluso de su mismo partido, como es el caso de Ricardo Monreal, que, pese a que ganó un amparo en contra de las declaraciones de Layda, ella se da el derecho de seguir intimidándolo.