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AL PASO DE LOS HIDALGUENSES
Por Jorge Luis Pérez / @jorgeluisol
La estrategia de denostar la elección de aspirantes a jueces, ministros y magistrados del Poder Judicial federal, y en algunas entidades locales, en franca actitud hostil de políticos adversarios al régimen, y también de comunicadores y opinadores, no alimentan la democracia participativa, pero tampoco la desalienta, porque a tres días de la jornada electoral, primera en México de este tipo y única internacionalmente, hay ciudadanos de a pie preguntando cómo se va a votar y si es cierto que ese ejercicio encierra complejidades no superables.
Lo inédito siempre tiene sus dificultades. Lo inédito pasará a la historia, como pasó hace un siglo con la revolución armada, pero hoy esta revolución es en las urnas y por modificar un poder del Estado mexicano, el Judicial, que este régimen lo ha tildado desde siempre de “corrupto”.
Un poco de historia y contexto:
En 1935 Lázaro Cárdenas reformó al Poder Judicial, suprimiendo la subordinación que tenían la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y el Poder Judicial Federal (PJF) al expresidente Calles, quien en su reforma de 1928 se otorgó la facultad de nombramiento vitalicio de los ministros, con la ratificación del Senado.
Cárdenas consideró que la investidura vitalicia judicial confería un estatus de privilegio contrario a los valores revolucionarios y estableció un periodo de 6 años para ministros y jueces de alto nivel, coincidente con el sexenio presidencial. Esta reforma contempló la remoción de todos los magistrados y jueces, los cuales se sustituyeron por funcionarios que compartían su “espíritu revolucionario”.
Cuando menos, eso nos muestra que reforma ese poder no es tan nuevo. Y deja sentimiento de que siempre que se reforma algo es para mejorarlo. Y además, en la actualidad, muchos de los que compiten, son gente que no podía crecer por la burocracia en el poder judicial.
Por eso, lo que no se vale es incentivar a la gente a tirar a la basura el dinero, desalentándola a acudir a las urnas. Al fin de cuentas el presupuesto millonario aplicado por el Instituto Nacional Electoral (INE) para esta elección judicial, debe convertirse en inversión, no en gasto a barril sin fondo.
El primer paso ya está dado. No hay vuelta de hoja. Y el segundo paso viene en camino, porque el respaldo ciudadano a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en todas las encuestas queda de manifiesto.
Esperemos que solamente sean alarmistas los comentarios de opinión, los artículos de análisis, sobre puntos de vista que creen a pie juntillas, el Poder Judicial será sometido por el Ejecutivo, invalidándolo como un contrapeso en el Estado Mexicano, lo que también afirman los políticos del régimen anterior, llamados “neoliberales” o “prianistas”.
No se vale pues, si se trata de cambiar la percepción ciudadana de nuestros gobernantes defensores de la 4T, vociferar que “es una farsa esta elección”, que por eso no hay que acudir a votar, y coloquialmente hablando, permitir que nuestro dinero vaya a parar por la cañería de la política.
Lo mejor sería, desde nuestro punto de vista, otorgarles el beneficio de la duda a los ideólogos de que el Poder Judicial debe democratizarse, limpiarse de corrupción concediéndole a los ciudadanos el poder de elegir entre una muchedumbre para la mayoría desconocidos, en la que debe sin duda, haberse colado, y también que la colaron a propósito, podredumbre de la abogacía.
Pero también hay gente de fiar, como en Hidalgo lo son Rebeca Aladro, Mario Pffeifer, Iram González Pérez, entre otros, cuya trayectoria en el Poder Judicial local es relevante, y vienen ejerciendo desde los tiempos en que el hoy gobernador, Julio Menchaca, encabezó el Tribunal Superior de Justicia.
Además, ya lo dijo una candidata a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación en un evento realizado en Pachuca, este primer paso tendrá otros, encaminados también a elegir a quienes serán los fiscales, federal y estatales, los encargados de la seguridad ciudadana y de la seguridad penitenciaria…. Al tiempo veremos si tuvo razón o no.
Por tanto, la insistencia de no estar tirando el dinero a la basura (por todo lo que cuesta una elección constitucional), y mejor deberíamos alentar la participación ciudadana, pulirla, no juzgar antes de tiempo, otorgar el beneficio de la duda en la medida de lo posible políticamente hablando, y no abonar a un México más dividido de lo que ya está.
Ejemplo de abonar lo dieron los empresarios con la actitud tomada por el Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo, ente apartidista que no apolítico, y el cual en este tiempo de campañas de aspirantes a cargos en el Poder Judicial, recibió a 46 de ellos, otorgándoles foro para sus expresiones de ideas, contestar preguntas de la grey jurídica interesada en escucharlos y valorarlos.
O Como también lo hizo la Asociación de Abogados de Latinoamérica con sede en Pachuca, que a sus agremiados les trajo a más de diez aspirantes, y enriqueció sin duda su acervo.
La decisión final, pues, está en manos de los ciudadanos con credencial de elector. Y en su convicción de respaldar los ideales, hablando AL PASO DE LOS HIDALGUENSE, de los lideres López, Sheinbaum y Menchaca.