Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 6 segundos
Por Samuel Cantón Zetina
A estos gringos ya se les está haciendo costumbre politiquear con México en campañas politicas.
Donald Trump es el que más ha lucrado electoralmente con el recurso de embestir al vecino.
Ahora fue el turno del gobernador de Florida, Ron DeSantis, precandidato a la presidencia de EEUU en enero del 2025.
Dijo el tipo que de ganar los comicios, cerrará la frontera con nuestro país y concluirá el muro iniciado por el magnate del peluquín volador.
No se trata de sobredimensionar la importancia de DeSantis: al fin y al cabo, no es más que uno de los 50 gobernadores de la Unión Americana, ni -entonces- lo dicho por él.
Quiere la Casa Blanca, y yendo muy debajo de Trump en el Partido Republicano, intenta trepar a como dé lugar.
Por eso se radicaliza al máximo en búsqueda de votos.
Aunque tampoco es para soslayarlo por completo, por dos razones: el discurso contra México le gusta a una enorme cantidad de estadunidenses, lo que confirma -en esa cuantiosa franja de su población- racismo, xenofofia y discriminación (no se puede ser indiferente al histórico sufrimiento de los paisanos y latinos en general del otro lado del Bravo).
Oficialmente, sin embargo, DeSantis y los politicos de su país dicen que simplemente combaten la migración ilegal.
¡Sí, Chucha!
Por otra parte, el gobernador en campaña alega que cerraría la frontera tambien para acabar con el trafico de drogas, principalmente fentanilo (¿no entra por Florida?).
“Haremos que los cárteles rindan cuentas”, afirmó fantoche.
Pero hay una pregunta a propósito del tema que “los líderes del mundo libre” evaden permanentemente: ¿por qué si están tan interesados en la cordura y salud mental de su gente -niños y jóvenes drogados protagonizan cada semana tiroteos locos- no someten a los grupos de narcotraficantes de su propio territorio y frenan el envío de armas a México?
¿Cómo van a meter en cintura a los criminales de acá si ellos mismos los empoderan vendiéndoles los “fierros”?…