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TIZAYUCA: LAS HERMANAS ÁNGELES CONSERVAN EL PODER CON UN “NEPOTISMO” A TRASMANO

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*  A pesar de, supuestamente, ya no estar en el poder, la ex alcaldesa Susana Ángeles Quezada y su hermana, Adriana, ex titular del DIF del Municipio, siguen controlando el ayuntamiento; Adriana es la Secretaria Municipal y desde ese cargo maneja la parte medular de la estructura administrativa, lo que demuestra que a trasmano también se puede ejercer un nepotismo, igual de eficaz que el de consanguineidad

Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010

Especial de Expediente Ultra

El nepotismo que busca ser combatido desde el pináculo de la 4T, no necesariamente implica temas consanguíneos; la herencia del poder suele darse de otras formas no menos eficaces. Tal es el caso de Tizayuca, municipio que presume alternancia y “continuidad institucional”, pero su estructura política y administrativa sigue bajo el control de las hermanas Susana y Adriana Ángeles Quezada, quienes han convertido al Ayuntamiento y al DIF municipal en el eje de su permanencia y de su influencia dentro de Morena.

Tres años, tres observaciones: un mismo patrón

Los datos no mienten.  De acuerdo con los informes de la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH), el Sistema DIF Municipal de Tizayuca ha sido objeto de observaciones en tres ejercicios consecutivos: 2021, 2022 y 2023.

En todos los casos, las auditorías financieras y de cumplimiento detectaron irregularidades en el manejo de recursos públicos etiquetados para programas sociales y alimentarios, cuya finalidad debía ser apoyar a personas en situación de vulnerabilidad.

En el ejercicio 2021 la ASEH observó más de 1 millón 240 mil pesos sin comprobar en programas de apoyo alimentario y ayudas asistenciales. Los montos fueron ejercidos sin contar con la documentación justificativa correspondiente y, en algunos casos, sin evidencia de la entrega física de los apoyos.

El informe destaca además la falta de un padrón de beneficiarios debidamente integrado, lo que impide verificar el destino de los recursos.

Además, durante el ejercicio 2022, nuevamente el órgano fiscalizador emitió observaciones por aproximadamente 980 mil pesos, correspondientes a transferencias etiquetadas para el fortalecimiento de los programas de asistencia social.

El DIF no presentó comprobantes fiscales válidos ni actas de entrega-recepción de los bienes adquiridos. Se detectó también duplicidad de beneficiarios y falta de control interno.

De igual forma en el año 2023 (Informe preliminar), las irregularidades persisten. Según los hallazgos de la ASEH, el DIF Tizayuca no acreditó el destino de más de 1.3 millones de pesos destinados a la compra de despensas, paquetes de higiene y material didáctico.

La auditoría señala expresamente que “no se proporcionó evidencia documental que demuestre la entrega de apoyos a la población objetivo ni el registro de inventarios”.

En conjunto, los tres ejercicios revelan un patrón sistemático de omisiones y discrecionalidad, donde los recursos destinados a los más pobres se diluyen entre papeleo incompleto, entregas sin testigos y comprobaciones inexistentes.

El rostro detrás del control

Durante los ejercicios observados, Adriana Ángeles Quezada fungió como presidenta del DIF municipal y, posteriormente, como secretaria general del Ayuntamiento, cargo que hoy conserva y desde el cual —según fuentes internas— mantiene el control operativo de las decisiones más sensibles del gobierno local.  Su hermana, Susana Ángeles Quezada, fue alcaldesa durante gran parte de este periodo y actualmente ocupa un puesto federal como Directora General de Relaciones Interinstitucionales, Participación Política y Social en la Secretaría de las Mujeres del Gobierno de México.

Ambas niegan injerencia directa en la gestión actual, pero sus nombres aparecen de manera recurrente en la documentación administrativa y en los procesos de solventación ante la Auditoría.

“Todo pasa por la oficina de la secretaria. Nada se autoriza sin el visto bueno del grupo”, asegura un funcionario del Ayuntamiento que pidió mantener el anonimato por temor a represalias.

La presidenta invisible

A pesar de que la actual presidenta municipal encabeza los actos públicos y firma los comunicados, en la práctica su margen de decisión es mínima.  La mayoría de las áreas estratégicas —Desarrollo Social, Tesorería, DIF y Comunicación— siguen respondiendo al mismo grupo político, lo que ha llevado a diversos sectores de Morena en Tizayuca a considerar que la alcaldesa es solo un parapeto de continuidad, una fachada que permite a las hermanas Ángeles mantener su influencia bajo una nueva apariencia.

De primero los pobres a mis intereses primero

El lema de Morena, “Por el bien de todos, primero los pobres”, se diluye cuando se contrastan los discursos con las cifras. En los informes de la ASEH se observa que los recursos observados corresponden precisamente a fondos de carácter social: apoyos alimentarios, atención a grupos prioritarios, y programas de desarrollo familiar.

Es decir, dinero que debía mejorar la vida de los más necesitados y que hoy sigue sin comprobación, sin padrón y sin destino claro.

“Se habla mucho de honestidad, pero los informes oficiales son contundentes: en Tizayuca se repite el mismo esquema de opacidad año tras año”, señala un ex integrante del Comité de Transparencia municipal.

El discurso de la 4T como escudo

Mientras tanto, las hermanas Ángeles siguen utilizando la narrativa de la Cuarta Transformación como manto político de protección.

En eventos públicos, apelan a la militancia en Morena, al liderazgo femenino y a la “defensa de los valores de la justicia social”. Sin embargo, las auditorías cuentan otra historia: una donde la gestión pública se convierte en instrumento de control y autopromoción, y donde los recursos del pueblo sirven para mantener una estructura de poder, no para romperla.

Rendición de cuentas pendiente

Las observaciones de la ASEH no son conclusivas aún; varias se encuentran en proceso de solventación. Pero lo cierto es que ninguna ha sido desmentida y que los hallazgos de tres ejercicios consecutivos constituyen evidencia sólida de un manejo deficiente y posiblemente irregular de los recursos públicos.

Mientras la ASEH continúa su revisión, el grupo de las hermanas Ángeles se mantiene atrincherado en el Ayuntamiento, presentando su permanencia como “estabilidad política” y su control como “continuidad de gobierno”.

Pero en Tizayuca, la gente lo sabe: la verdadera transformación sigue pendiente. Y ni qué decir de los pobres, pues de acuerdo a las auditorías, siguen esperando los recursos que han ido a parar a algo así como la dimensión desconocida, porque en los hechos, los beneficios no les llegan.

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