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Por Samuel Cantón Zetina / @Samuelcanton
Javier May Rodríguez rinde hoy protesta como gobernador de Tabasco, y lo primero que tendrá que hacer, para sentar buenas bases de sexenio, es imponerse.
No para legitimarse, como lo hizo Salinas bazukeando al líder petrolero Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, o Zedillo, al meter a la cárcel por tráfico de influencias a Raúl, “hermano incómodo” del orejón (tras una década preso, EPN le devolvió completo el botín).
May triunfó abrumadoramente en las urnas, y posee toda la legalidad.
¿Entonces?
Necesita imponerse para verdaderamente tomar las riendas del estado.
Tabasco experimenta una especie de desgobierno que jamás -ni con Manuel R. Mora- había vivido.
El resultado, inconfundible, es desorden, desobediencia y anarquía.
Como lo que se ve a diario en calles y carreteras.
May mantendrá una gran cercanía con la gente. No será -proyectado por él mismo- un mandatario autista, indiferente, déspota o insensible.
Dará mañaneras tres veces por semana, y los martes recorrerá municipios para supervisar avances con alcaldes.
La exposición que se dispone hacer de su trabajo y del quehacer del gobierno, personalmente y a través de los medios, contrasta radicalmente con el gris Tabasco que cierra hoy capítulo.
Pero no va a ser suficiente para devolver la viabilidad al edén perdido, y para que él logre el control, sobre todo, cuando ninguno de los nuevos funcionarios, incluyéndolo, va al principio a marcar raya con los antecesores.
Si May va a cumplir su promesa de “devolver la paz a Tabasco” -la hizo al ratificar al titular de Seguridad Pública-, tendrá que imponerse antes y advertir de algún modo a los delincuentes que acabó la complacencia.
Talento, valor y capacidad requerirá para concretar sus 50 compromisos y construir el segundo piso de la 4T.
Crucemos los dedos para que gobierne con firmeza y sabiduría.
Y DE MAÑANA…
CLAUDIA SHEINBAUM Pardo se convertirá mañana en la primera presidenta de México en más de 200 años de vida independiente…
