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Por Samuel Cantón Zetina / @SamuelCanton
A decir de Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, con “la indignación” de los mexicanos; y una explicación y disculpa de Felipe Calderón, todo queda zanjado con el ex presidente a propósito del caso García Luna.
En absoluto.
Si todo México aceptó como válido el involucramiento y juicio de Estados Unidos, la condena a 38 años de prisión, y el dicho de los gringos -en medida del poder del mal- de que García Luna equivale al Chapo Guzmán, el turno es de Calderón.
Ya ha dicho, a manera de “aclaración”, que desconocía las andanzas de su secretario de Seguridad Pública; que nadie -de dentro o fuera del país- le advirtió, y que cada quien sus consecuencias.
Para nada.
Es imposible que ¡en todo un sexenio!, el llamado Comandante Borolas ignorara que su colaborador trabajaba en realidad para un cartel del narcotráfico.
El ex mandatario pasó de elogiar públicamente “el gran trabajo” del falso Súper Policía, a decir -tras ser declarado culpable de 5 cargos criminales- que “no sabía”.
El pueblo no necesita aclaraciones ni disculpas.
Lo que exige, porque se lo merece, es que Felipe Calderón sea encarcelado por evidente traición a la patria.
Y aquí, en México, si su protegido tuvo que ser atrapado del otro lado del Bravo para poder ser castigado.
Declarar “la guerra” al crimen, mientras su jefe de policía repartía el territorio nacional a los capos, es una de las peores burlas que en la historia se ha hecho a la Nación.
Cabe recordar que incluso un ex titular de la Secretaría de la Defensa Nacional -con Peña Nieto-, el general Salvador Cienfuegos, estuvo preso en Estados Unidos por presuntos vínculos con los grupos delictivos.
Lo rescató el primer piso de la transformación.
También, sin demora ni titubeos, debe perseguirse y juzgarse con severidad a los cómplices de Calderón Hinojosa y García Luna, algunos de ellos -aunque usted no lo crea- todavía en el gobierno.
Basta de verle la cara a los mexicanos…
