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Por: Samuel Cantón Zetina/@SamuelCanton
Tabasco parece estar conteniendo bien el “coletazo” de la primera oleada de coronavirus, razón por la que deja el rojo del semáforo epidemiológico, pero no puede bajar la guardia. Si nos atenemos a lo observado de marzo a la fecha, lo que pasa en Europa se repite en México con semanas de retraso.
Y lo que hoy viven en el Viejo Continente es una segunda oleada, después de que el primer embate dio la impresión de estar prácticamente sofocado, con múltiples rebrotes y la novedad de que contagiados con COVID-19 se reinfectaron al cabo de meses.
La inmunidad y los anticuerpos que pudieron adquirir la primera vez, no les duró mucho. Por eso el Edén debe estar atento a la evolución de la pandemia, cuando incluso ya se empezó a hablar de casos -no confirmados- de reinfección aquí mismo y en la CDMX.
No iba a ser posible exterminar al virus, y antes éste hubiera liquidado la economía de los países -“en 2021, México vivirá la crisis más fuerte desde 1932”, se atribuyó decir al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en un audio filtrado-, de allí que no haya vuelta atrás en la apertura del comercio y de las actividades productivas, en espera de que Marcelo Ebrard (esperanza de la 4T) consiga cuanto antes una vacuna que sirva.
En el trimestre abril, mayo y junio, la economía nacional cayó 18.7%, y Herrera vislumbra que el PIB pueda desplomarse al cierre de año en 7.4%.
Hay algo que Tabasco puede hacer de manera preventiva, dado que sucede en España: controlar al extremo el llamado “ocio nocturno”, dado que allá los nuevos infectados son jóvenes de 40 años -al principio fueron mayores de 60- que en bares, terrazas y “botellones” se contagian entre sí y circulan irresponsablemente el virus.
Y DE MAÑANA…
AMLO RECIBIÓ efusivamente a Mónica Fernández, la felicitó por su segundo informe y le pidió tomarse una foto junto a la silla presidencial, en merecido reconocimiento por sus dos espléndidos años como presidenta del Senado.
