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AMLO cumple su amenaza militarizadora. Se rompe Va por México: las 5 chingaderas de la 4T

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por etcétera

Tristemente, pareciera que cada semana es peor que la anterior. Esta, AMLO tuvo tres triunfos políticos que significan sendos golpes para la democracia.

El más grave fue la militarización de la Guardia Nacional, aprobada en fast track tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Luego vino la propuesta del PRI de ampliar la presencia del Ejército en las calles hasta 2028, claramente impulsada por el propio AMLO.

Como consecuencia de lo anterior, llegó como un estruendo la ruptura de la alianza Va por México, quiebre que se antoja insalvable.

Además, cómo no, el presidente la emprendió a insultos en contra de opositores, sin importar que haya ganado. Insulta cuando pierde e insulta cuando gana.

Por si fuera poco, el INEGI anunció que la inflación está imparable, y como resultado, al presidente se le ocurrió atacar y culpar a los empresarios y amenazarlos con echarles encima a Hacienda. Es decir, su gran estrategia anti inflación es obligar a que los comerciantes sacrifiquen su ganancia, lo cual es un camino seguro para el cierre de negocios, la pérdida de empleos y la contracción económica.

1.- La Guardia Nacional ya es militar y solo la SCJN podría revertirlo (si quiere)

El sábado 3 de septiembre la Cámara de Diputados aprobó que la Guardia Nacional quede en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional. El dictamen pasó al Senado, en donde fue también aprobado el jueves 8 de septiembre.

En ambas Cámaras, por supuesto, las respectivas aprobaciones fueron obra de la mayoría morenista y sus partiditos satélites. Los votos de la oposición no alcanzaron en esta ocasión porque no fue una reforma constitucional que requiere mayoría calificada.

Se trata de una chingadera, porque la reforma es abiertamente inconstitucional. Consiste en una serie de cambios a leyes secundarias que contravienen la Constitución, lo que significa que solo un fallo en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación puede revertirla.

Pero, considerando que esta misma semana la SCJN mostró que AMLO ya la ha doblegado (el tema de la prisión preventiva fue cabal muestra) no es posible hacerse muchas ilusiones de que la Corte frene una medida a todas luces peligrosa.

2.- La mano de AMLO, detrás de la ruptura de Va por México

Una complicada saga, que comenzó con el rechazo de la reforma eléctrica por parte de la oposición, ha llegado a donde AMLO quería: a que la alianza Va por México se haya roto y no tenga muchas esperanzas de restañarse.

Luego de meses de persecución política en contra de Alejandro Moreno (mediante audios ilegales, carpetas de investigación y amenazas de desafuero), evidentemente el líder priista no pudo más y negoció con el gobierno una rendición más o menos disfrazada.

La diputada Yolanda de la Torre presentó una propuesta para que el Ejército continuara “coadyuvando” a la Guardia Nacional cuatro años más, es decir, que en lugar de dejar las calles en 2024, como señala la Constitución, lo haga en 2028.

AMLO de inmediato celebró que el PRI hubiera “rectificado”, el PAN y el PRD exigieron a Alito que retirara la propuesta, pero éste la defendió con fuerza y dichos partidos anunciaron una suspensión “temporal” de la alianza, mientras Moreno Cárdenas prácticamente suplicaba que la alianza continuara, pero sin retirar la propuesta militarizadora.

Así, las partes llegaron al lugar que el presidente quería. No creemos que Va por México se recomponga. Tal como lo dijimos en varias ocasiones, Alito fue dañino para la alianza.

3.- El discurso militarista, más descarado que nunca

Derivado del punto anterior, vimos cómo el gobierno transitó a una defensa aún más abierta de la militarización, aunque siempre asegurando que no hay tal.

Luego de que el PRI presentara y defendiera con toda su plana mayor la propuesta de reforma para que el Ejército siga en tareas de seguridad pública hasta 2028, se siguieron, como en cascada, las señales.

Primero, el mismo Alito Moreno que en dos ocasiones fue humillado por militares en la aduana del aeropuerto fue recibido en un desayuno por el mismísimo titular de Sedena, Luis Cresencio Sandoval, a cuya derecha se sentó.

En esa reunión hablaron de la propuesta que tanto alegró al presidente. Al día siguiente, en la mañanera, el general Sandoval defendió extensamente el que el Ejército ampliara sus labores en seguridad pública cuatro años más. Según él, esto será para “tutelar” la Guardia Nacional. Somos muy necesarios, dijo varias veces.

Respecto a la militarización, viene bien recordar lo que durante el debate en el Senado dijo la senadora Lilly Téllez: AMLO militariza al país bajo el pretexto de combatir la delincuencia, pero lo que en realidad busca es más margen de maniobra para que los militares controlen las elecciones, como ocurre en gobiernos dictatoriales como el de Cuba.

4.- Por la elevada inflación, AMLO amenaza a empresarios con persecución fiscal

Luego de que la inflación tocara un nuevo máximo, AMLO encontró en los empresarios un culpable, pues los acusó de abusar de la crisis y advirtió que Hacienda les pedirá “una explicación”.

Desesperado y rebasado por la espiral inflacionaria, el inepto presidente se puso a buscar culpables y no encontró mejor idea que amenazar (tanto en privado como en la mañanera) a los productores de harina de maíz, pollo, atún, huevo y a las cadenas comerciales como Soriana, Chedrui y Walmart.

Montado en su discurso de los “ricos son malvados”, aseguró que los elevados precios se deben a que los comerciantes están abusando, queriendo obtener ganancias extraordinarias en tiempos de crisis.

Obviamente, nada dijo del papel que su gobierno juega en esto: los miles de millones que destina a obras faraónicas, dinero que podría estar subsidiando la tortilla, por ejemplo. O el desastre que está hecho el SAT, lo cual incide en una menor recaudación.

Lo que AMLO quiere es que los empresarios reduzcan sus ganancias, lo cual suena muy bien para quien es ignorante en economía, pero a quien tiene una mínima noción le es evidente la estupidez: obligar a reducir ganancias mediante el control de precios llevará inevitablemente al cierre de negocios y a recortes masivos de personal, con lo que a la inflación se sumaría un alza en el desempleo.

5.- Cuando pierde, AMLO insulta, y cuando gana… pues también

Ya lo dijimos. AMLO esta semana ganó un round y de los importantes. Ambas Cámaras del Congreso de la Unión aprobaron que su querida Guardia Nacional quede bajo el manto protector (y opaco) de la Sedena.

Luego de eso, dio las gracias a los legisladores que (sometidos), aprobaron la iniciativa. Pero el sujeto tiene tantos problemas de contención emocional que en lugar de quedarse ahí, la emprendió a insultos en contra de todos los que no apoyaron que la GN se militarizara.

Les dijo hipócritas, que su nivel de cretinismo (traducción: les dijo pendejos) lo tenía anonadado, que eran contumaces defensores de la violencia y el autoritarismo… En fin, lo que ya le hemos oído.

Por cierto, en el paquete de los cretinos, hipócritas y todo eso metió al senador Ricardo Monreal, quien durante la votación en el Senado se abstuvo.

AMLO, el señor de las chingaderas.


LO CHINGÓN

1.- La abstención de Ricardo Monreal. Una señal de inconformidad muy clara que molestó profundamente a AMLO. Es importante la señal, pues proviene de un especialista en Derecho.

2.- La postura firme de Marko Cortés, de rechazo a la propuesta militarizadora del PRI. Mostró congruencia, lo que no hizo Alito Moreno.

3.- La elegante y mesurada crítica de Cuauhtémoc Cárdenas a la estrategia de seguridad de AMLO. Sobrio, pero sin ambages, dijo que López Obrador está haciendo exactamente lo mismo que sus antecesores, lo que niega esa aseveración suya de que “no somos iguales”.

4.- El discurso incendiario de Lilly Téllez durante el debate en el Senado. A los senadores morenistas les llamó “súbditos del pejelagarto” y les advirtió que la justicia alcanzará a AMLO.

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