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Por Samuel Cantón Zetina
Urge detener el deterioro ambiental y la contaminación de ríos y lagunas.
Un caso: en Paraíso, sedimentos extraños aun no identificados (como ovnis) envenenaron los cauces del Río Seco y la Laguna Mecoacán.
Las extrañas tonalidades de los afluentes alertaron del peligro a la población -decenas de familias-, y confirmaron a la vista el daño.
Peces muertos, grave afectación al sustento diario de miles de productores ostrícolas, olores fétidos, y enfermedades gastrointestinales y de la piel, son algunas de las consecuencias.
De allí la lógica prohibición para comer ostión crudo o al tapezco.
A tal grado es alarmante la situación, que la diputada Soraya Pérez exigió a la Secretaría para el Desarrollo Energético (SEDENER) presentar cuanto antes un informe al Congreso.
Por otra parte, ya hay voces que empiezan a culpar a la refinería Olmeca, pero hay que tener cautela: hay que investigar primero, y que se determinen con seriedad las causas.
No vayamos a resucitar -sin justificación- a la Industria de la Reclamación contra PEMEX de hace muchos años.
Mejor prudencia…
Pero no es solamente eso.
Allí mismo, en Paraíso, la compañía Global Water (de los priistas que hasta hace muy poco dirigieron al partido en el estado) continúa vertiendo al aire libre -sin ningún tratamiento- el material contaminante que PEMEX extrae del mar, y por lo que factura millones de pesos.
Hace apenas unos días, habitantes de 12 comunidades bloquearon por 8 horas la carretera Villahermosa-Nacajuca, a la altura del fraccionamiento Tenerife, en contra de la empresa PETAC por el igualmente irresponsable vaciado de residuos contaminantes en las lagunas.
Y el reclamo de siempre de los villahermosinos: que se frene -de una vez por todas- los rellenos ilegales de la Laguna de las Ilusiones.
Sheila Cadena, adelantada por el gobernador electo Javier May como futura titular de Medio Ambiente, tiene mucho con qué entretenerse…
