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Por Alejandra Escobar Atempa / @AleEsat
Especial revista Etcétera
Tal y como lo escribí hace unos días, lo de la nueva encuesta de Morena para elegir al candidato al gobierno de Guerrero era pura simulación. ¿Por qué? Porque desde el inicio la Comisión de Honestidad determinó, como si fueran jueces, que las denuncias de violación contra Félix Salgado Macedonio eran improcedentes e infundadas. ¿Con base en qué pruebas? Sólo ellos saben.
Por si hacía falta, Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador dejan claro que a las mujeres ni las ven ni las oyen, nos convertimos en el enemigo, y al enemigo, no hay que concederle nada.
Por eso el pasado 26 de febrero no me sumé a quienes entonces señalaron que el llamado #PresidenteRompaElPacto era triunfo de las mujeres y/o el movimiento feminista. La decisión era política, sólo era cosa de dejar pasar el #8M, y así sucedió.
La última palabra la tienen los guerrerenses, el voto es lo único que evitará que un presunto violador se convierta en gobernador.
Pero también el resto de los mexicanos tienen una prueba irrefutable de lo que en realidad significa la mal llamada Cuarta Transformación. Después de dos años ¡basta de ingenuidad! Nadie, absolutamente nadie que se diga progresista, feminista, de izquierda, defensor de los derechos humanos, puede apoyar a ese movimiento, y entre ellos evidentemente están todas las mujeres morenistas (también uno que otro legislador) que pidieron, clamaron, al presidente, al partido y al propio Salgado Macedonio renunciar a la candidatura.
Insisto, por convicción, si el compromiso es con las mujeres, deben renunciar, si su compromiso es con López Obrador, ojalá la sociedad aprenda a leer esa decisión.