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* En lo que puede considerarse un verdadero insulto al sentido común y a la más elemental austeridad, el edil del empobrecido municipio se ha vuelto tendencia en redes sociales tanto del país como del mundo, por haber gastado dos millones de pesos en la fiesta de XV Años de su hija, todo un derroche para un municipio donde la mayoría de su gente es pobre, sin dejar de mencionar la contratación de El Komander, cantante de narcocorridos que de acuerdo a internet, cobra entre 2,5 y cinco millones de pesos por actuación; el tema ha alcanzado tal nivel de indignación, que el Contralor del Estado, Álvaro Bardales, ha dicho que se investigará el probable uso de recursos públicos en la fastuosa celebración
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
En unos cuantos días, el nombre de Febronio Rodríguez Villegas, alcalde del paupérrimo municipio de Tianguistengo, ubicado en la Sierra Alta de Hidalgo, ha cobrado fama y no precisamente por sacar del atraso social a sus 15 mil habitantes, 79% de los cuales viven en la pobreza –de acuerdo a cifras oficiales–, de esos número porcentuales, 52,4 se ubican en la pobreza moderada y 26,8 en la pobreza extrema; el edil se está haciendo tendencia en las redes sociales a nivel nacional e internacional, porque muy al estilo de la Ley de Herodes, hizo a su hija una celebración de XV Años a la que asistieron más de 800 personas, a un costo estimado de dos millones de pesos, contando con la presencia de El Komander, cantante de narcocorridos, cuyas presentaciones oscilan entre los 2,5 y 5 millones de pesos.
Tras aparecer en Facebook y Tik-Toks, la inusual celebración, el tema dio mucho de qué hablar y habrá de darlo, porque tal dispendio representa un verdadero insultó a una población que sencillamente no solo carece de servicios básicos, sino de todo. El burdo dispendio muestra de manera vergonzante cómo es que en las zonas apartadas del país, todavía subsisten caciquitos regionales que pueden hacer lo que les viene en gana, alardeando de riquezas de dudosa procedencia que, al menos de los salarios municipales, sencillamente son injustificables, a menos que Febronio se despache con la cuchara grande de los fondos municipales que deberían ser empleados para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
Rodríguez Villegas está en su segundo periodo como Presidente Municipal de Tianguistengo, el primero lo ejerció bajo las siglas del Partido Encuentro Social (PES) del 2016 al 2020 y ahora con Nueva Alianza. En no pocas ocasiones regidores de oposición han denunciado que el edil ha instalado a su familia en importantes cargos de su administración; su esposa Alejandra Rodríguez Escudero, por ejemplo, es síndica municipal; su cuñada maneja los fondos municipales y su concuño, Eli Reyes Fuentes, es nada menos que el tesorero. Entre el alcalde y su parentela manejan una nómina mensual que asciende a 90 mil pesos.
Si hipotéticamente la familia juntara esos 90 mil pesos de salarios de septiembre en que tomaron posesión a la fecha, sus ingresos apenas llegarían a los 720 mil pesos, insuficientes para organizar un festejo de tales dimensiones. Y si bien es cierto que en este país no se le puede prohibir a nadie gastarse su dinero de la forma que mejor le acomode –claro está, siempre y cuando tenga un origen lícito–, también lo es que el común denominador de muchos de estos caciquillos, es tomar de los recursos públicos para darse vida de reyes.
De manera conservadora se ha calculado en dos millones de pesos el festejo, pero habrá que agregarle otros gastos que podrían igualar o superar con creces tales estimaciones, como ya señalamos, de acuerdo a información de internet, El Komander cobra entre 2,5 y 5 millones de pesos por presentación.
El asunto es doblemente controversial porque la contratación del artista que se ha hecho millonario explotando la apología de los personajes del crimen organizado, se da precisamente en un contexto donde los excesos de estos músicos no tienen límites como es el caso de Los Alegres de la Barranca, grupo que en un concierto rindiera un homenaje en pantallas espectaculares nada menos que al “Mencho”, el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, capo que ha dejado una estela de sangre, violencia y miles de muertos en todo el país. A pesar de una reconvención presidencial, sus integrantes volvieron a exaltar hace unos días, al peligroso delincuente al que las propias agencias de inteligencia estadounidense califican de peligroso terrorista.
Es lamentable que en Hidalgo, esta narcocultura se haya arraigado desde hace años en políticos corruptos y violentos como fue el caso de los hermanos Chárrez Pedraza, Cipriano y Pascual, que por años controlaron el municipio de Ixmiquilpan. Vale pena citar lo publicado por este columnista el 2 de marzo del 2017, para que el lector dimensione la personalidad de estos alcaldes caciquiles y su afición a rendirle culto a El Komander, claro con dinero del pueblo.
Lea con atención:
En el verano de 2014, el hoy diputado local (Cipriano Charrez), dio una muestra de la falta de respeto a las tradiciones de un municipio compuesto por una población mayoritariamente indígena; durante las fiestas del Señor de Jalpan pasó por alto los reclamos de la gente sobre los artistas que participarían en las fiestas patronales de la región. Por sus merititas pistolas, llevó como invitado principal a El Komander, cantante que ha sido vetado en varias partes del país por cantarle a las hazañas de muerte y devastación de los narcotraficantes.
Lo peor vino cuando la alcaldía anunció que para salvaguardar la estancia del juglar de la muerte, serían desembolsados 300 mil pesos para su seguridad personal. Llegando al exceso de nombrarlo “embajador cultural del municipio”. Y aunque Cipriano Charrez y su clan nieguen nexos con el crimen organizado, la foto subida a las redes por su hijo, en mayo del pasado año refleja de qué manera ha permeado a la familia que se siente dueña absoluta del Valle del Mezquital la cultura del narco. Esos recursos que bien pudieron emplearse a rubros como la educación y la salud, terminaron llenando las cuentas bancarias de otros artistas como los integrantes de la Banda R-15.
Sí, leyó usted bien, 300 mil pesos se gastaron entonces, solo para garantizar la seguridad personal del artista mismo que, dudamos seriamente, haya acudido en calidad de “amigo” al festejo de la hija de Febronio: O sea, que haya actuado de gratis.
El asunto llegó hasta el gobernador Julio Menchaca, quien declaró que de haber denuncias por presunto empleo de fondos públicos, se procederá a investigarse el caso. El contralor, Álvaro Bardales, fue contundente respecto al escandaloso gasto, patentizando con sus palabras el compromiso de la lucha contra la corrupción del Ejecutivo Estatal.
Bardales, declaró a los medios: “Estamos obligados a revisarlo porque todos ustedes saben que todos los casos de posible corrupción que se pueda dar en los municipios, en las dependencias y los organismos que son públicos o son denunciados a través de los diferentes mecanismos a la Contraloría, los revisamos”.
El derroche de Febronio dará mucho de qué hablar porque el hecho mismo representa un verdadero insulto a la pobreza y marginación que agobian al municipio que gobierna; los Chárrez hace años destinaban solo para que El Komander no fuera molestado, 300 mil pesos en su seguridad –más el pago millonario de su actuación–, recursos que bien pudieron haberse empleado en atender las necesidades más apremiantes de la población indígena de Ixmiquilpan y del Valle del Mezquital.
Se comprobarse que el alcalde desvía el presupuesto para sus lujos y extravagancias personales y familiares, deberán procederse con todo el rigor de la ley. Ya estuvo bueno que haya gobernantes ricos e ignorantes, con pueblo pobre. En el caso de Tianguistengo, muy pobre…
