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* No obstante que serán mayoría en la próxima legislatura estatal, diputados locales y federales electos de Morena, encabezaron al lado de líderes del Grupo Universidad, un acto de provocación para impedir la última sesión parlamentaria; también presente en los hechos, el próximo coordinador federal, Abraham Mendoza Zenteno
Por Antonio Ortigoza Vázquez/ Fotos especiales-News Hidalgo
Especial de Expediente Ultra
Indudable que los Sosa Castelán encarnan al dedillo el significado de la familiar expresión: amenaza pública.
Por décadas han hecho del Grupo Universidad Hidalgo, un instrumento político de presión, aislado de toda transparencia que les ha permitido el manejo discrecional de recursos para saltar de un partido político a otro sin más ideología que la búsqueda del poder y el fuero con el fin de proteger sus intereses particulares.
¿Qué papel pueden desempeñar estos personajes en un estado que busca consolidar cambios en favor de una sociedad participativa, plural y en evolución como la de Hidalgo?
Ninguno. Son el arquetipo retrógrado de los viejos estilos de chantajes políticos en desuso que, para bien del estado, carecen de sustento social y están condenados a desaparecer.
Y para muestra, basta un botón: Ayer, 31 de julio, las tribus y hordas de Morena arribaron al Congreso del estado de Hidalgo, con tubos en mano, cadenas y llantas amenazaban en tomar por asalto la máxima tribuna del estado, siempre azuzados por Damián Sosa Castellan, el hermano del temible presidente del patronado de la Universidad Autónoma de Hidalgo; tan temible que, según los enterados, le habla de “usted” a su hermano de sangre.
La puerta de entrada desprendida, muebles y equipo de oficina destrozados, fue parte de la acción de militantes de Morena que invadieron el recinto cameral so pretexto de “solicitar” audiencia a la Comisión Legislativa de Seguridad Ciudadana y Justicia.
Fue un típico acto de violencia política organizado y financiado por dirigentes de este partido en la entidad para transportar a campesinos y ciudadanos de los municipios de Ixmiquilpan, Zapotlán, Tolcayuca y San Agustín Tlaxiaca, unas 150 personas aproximadamente, encabezadas por la diputada local electa del V Distrito, Lucero Ambrosio Cruz y el diputado federal electo por el II Distrito, Cipriano Charrez Pedraza. Ambos, obedeciendo órdenes de Damián Sosa Castelán (Del grupo porril Universidad mejor conocido como La Sosa Nostra), y del doctor Abraham Mendoza Zenteno, presidente estatal de Morena.
Los acontecimientos tuvieron lugar el pasado martes 31 de julio a las 09:00 horas, donde los participantes en el asalto al Congreso desprendieron la puerta de cristal de la entrada, hicieron destrozos en oficinas y colocaron cadenas y candados en los accesos para impedir la entrada, lo mismo de empleados y funcionarios que de legisladores que ese día deberían celebrar la última sesión ordinaria de la LXIII Legislatura del Estado.
“La cabra tira al monte”, fue el comentario de personas que analizan el comportamiento tradicional de políticos que por decenios han recurrido a procedimientos porriles como método de operación política: antes en el PRD, ahora en Morena.
Antes, porque resultaban derrotados; ahora, porque son triunfadores.
A LA CABEZA DE PORROS, EL VIRTUAL COORDINADOR FEDERAL EN EL ESTADO
Más grave aún: todo el desaguisado fue manipulado, en mancuerna con Damián Sosa, por el doctor Mendoza Zenteno, al parecer –por el momento- seguro Coordinador Federal en Hidalgo. Esto es: la persona que (según adelantó el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador) será quien controle todos los programas de todas las dependencias federales, los presupuestos, contratos y licitaciones. El poder paralelo –si acaso no por encima- al gobernador constitucional de Hidalgo.
A mayor abundamiento, el doctor Mendoza Zenteno aparece siempre al lado de Damián Sosa Castelán, hermano del todopoderoso cacique de la universidad estatal.
Para “echar montón”, también acudieron los diputados electos Humberto Veras Godoy, María Corina Martínez García, Susana Ángeles Quezada, Tatiana Ángeles Moreno, Fortunato Rivera Castillo, José Luis Muñoz Soto y Susana Montealegre Salvador.
Una foto de prensa captó las capacidades, digamos, acrobáticas, de la diputada electa Simey Olvera, en el momento que saltaba el alto enrejado que circunda el estacionamiento. Entre tanto, otro diputado electo, Cipriano Chárrez Pedraza, mediante órdenes recibidas en su celular, coordinaba los movimientos de la turba de acarreados, entre la entrada principal al Congreso y la parte correspondiente al estacionamiento.
Ante los medios de comunicación que acudieron al lugar, el diputado Miguel García Velázquez “fijó la postura” de los manifestantes: “Estamos contra el albazo por la modificación al artículo 98 de la Ley Orgánica del Congreso, eso es lo que ocasionó la inconformidad… también el tema de las mayorías (sic) para que Morena no domine el Congreso. Hoy llegó la ciudadanía en un movimiento pacífico, no hemos bloqueado, ni avenidas ni acceso principal, ni violencia, nada… no quieran espantar los medios irresponsables. Queremos decir que el movimiento es pacífico y estaremos aquí el tiempo que sea necesario, no vamos a permitir viles atropellos”.
Por su parte, el doctor Mendoza Zenteno señaló que “el Congreso está haciendo albazos, está exagerando el trámite, porque los tiempos dicen (sic) lo que tenemos qué hacer… están haciendo reformas sobre las rodillas”.
En suma, que Morena, por lo menos en Hidalgo, no decepciona: Genio, violencia y figura, hasta la sepultura.