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DESPERTAR CIUDADANO

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RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

Se podrá decir con cierta certeza que el pueblo de México sufre un letargo y que se encuentra adormecido por los programas asistenciales y las bondades que le dice el gobierno que aporta.

Lo constatan los resultados electorales de los tiempos recientes que han dado la victoria en las urnas al actual gobierno.

Existe, sin embargo, un lento despertar ciudadano que asoma tímidamente por algunos rincones del país, pero que amaga con crecer desmesuradamente en poco tiempo.

Acontecimientos recientes dan una muestra de ese lento, pero progresivo despertar que anima las conciencias de cientos de personas que no están de acuerdo con algunas políticas de la actual administración.

Hay de todo, inconformes por la abulia y desdén de las autoridades que no alertan sobre los fenómenos climatológicos y dejan todo al ahí se va. Productores molestos por los bajos precios de garantía para sus cosechas. Los más por la violencia e inseguridad que sigue prevaleciendo en la mayor parte del país.

Como esos hay otros elementos que vienen desgastando el proceso de la construcción del segundo piso de la cuarta transformación.

Se le puede añadir el descaro de algunos personajes de renombre dentro del gobierno federal y los otros poderes que han venido beneficiándose de los manjares que encuentran en su camino y que reciben recriminaciones y regaños, pero que no hacen caso.

La lista de agravios es larga, aunque una gran parte de la ciudadanía cierra los ojos ante lo que ven y prefieren voltear hacia otro lado.

Con todo y ello, la consciencia no deja en paz a los que sufren los agravios, los que manifiestan sus repudios ante las autoridades que, simplemente, los relegan.

Sucedió, apenas el domingo, en Michoacán con el gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, quien intentó acudir al sepelio del alcalde Carlos Manzo, asesinado en un sitio público ante decenas de ojos. La presencia del gobernador fue rechazada airadamente y se le exigió su renuncia. En Morelia se vandalizó el Palacio de Gobierno.

Antes en Sinaloa había pasado lo mismo, se exigió mediante marchas la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya y se vandalizó su oficina. Razones las mismas que en Michoacán, la inseguridad y violencia.

En Baja California se realizaron un par de carnes asadas para pedir la renuncia de la gobernadora Marina del Pilar Ávila.

Rocío Nahle fue recibida también con muestras de rechazó cuando acudió a constatar y supervisar lo ocurrido en el norte de Veracruz, debido a que no se alertó a la población sobre lo que se venía.

Los ejemplos abundan y la indignación ciudadana sigue creciendo, principalmente por la abulia y apatía de las autoridades, las mismas que cada vez que ocurre un asesinato de alto impacto, da la respuesta de siempre no habrá impunidad y se investigará.

………………….

Después de los asesinatos de un líder limonero (Bernardo Bravo) y del alcalde de Uruapan (Carlos Manzo), ahora sí se pondrá atención en lo que sucede en Michoacán, donde la violencia sigue siendo un gran reto para las autoridades.

Email: ramonzurita44@hotmail.com

Email: ramonzurita44@gmail.com

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