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* En su afán por politizar y encubrir un ilegal financiamiento electoral, Gerardo Sosa Castelán, cabeza del Grupo Universidad que controla desde hace décadas a la máxima casa de estudio del estado, sale en defensa de Gabriela Mejía alegando violación a los derechos humanos e intimidación a los votantes pero no explica el por qué sus huestes intentaron desaparecer el dinero que se encontraba en la camioneta de la funcionaria universitaria, involucrada en un incidente de tránsito, y que supuestamente era para el pago de albañiles
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Gabriela Mejía Valencia, Coordinadora de Administración y Finanzas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue detenida el pasado viernes 15 de junio en un retén de la policía estatal debido a un incidente de tránsito. En una revisión inicial, se encontraron un millón 400 mil pesos en efectivo, distribuido en sobres y la funcionaria universitaria alegó que eran “el pago de la nómina de albañiles” de un edificio en construcción.
Todo ocurrió en las inmediaciones de Pachuquilla, en la carretera Pachuca-Tulancingo, donde la policía ha instalado retenes a raíz del súbito incremento de la delincuencia, como ha sucedido casi en todo el país en las últimas semanas.
Pero la acción de la autoridad, que pudo ser en cierta forma rutinaria, se vio complicada, primero porque otro automóvil, con placas del Estado de México, chocó con la de la detenida. Pero casi simultáneamente, arribó al lugar un nutrido contingente de la Sosa Nostra (nombre con el que se conoce popularmente a células de golpeadores organizados hace décadas por el cacique mayor de la universidad, Gerardo Sosa Castelán), los que rodearon a los policías destacados en el retén, los golpearon, trataron de apoderarse de las cajas repletas de dinero –que se presentaron como evidencia ante el Ministerio Público- y siguieron a los agentes a la Dirección de Tránsito, a donde fue conducida la funcionaria, para realizar manifestaciones violentas contra las autoridades.
Pero no se trató de un episodio más de tensiones entre la autoridad estatal y el “Grupo Político Universidad”, que maneja como líder máximo Sosa Castelán, sino que, por circunstancias singulares de la campaña presidencial, los hampones universitarios ahora se jactan de fuero político.
Durante muchos años, Sosa Castelán y su grupo fueron exhibidos y repudiados por partidos y organizaciones periodísticas de izquierda. Aún mejor: El mote de Sosa Nostra (referencia a la mafia siciliana de Nueva York, la Cosa Nostra) la acuñó el ya finado periodista oriundo de Hidalgo, Miguel Ángel Granados Chapa.
Pero cuando el candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador comenzó a reclutar el cascajo priista (o quizá, algo más hediondo) como los célebres casos de Napito Gómez Urrutia, Manuel Bartlett, Nestora Salgado, El Cártel de Tláhuac con el narcodelegado Rigoberto Salgado), a nadie podía asombrar la machincuepa exhibida por Sosa Castelán, al pasarse “con armas y bagaje” del PRI a Morena, con varios candidatos de su clan a diputados y alcaldes.
Sosa Castelán ahora organiza, patrocina y apoya con dinero de la tesorería universitaria los mítines de AMLO con el acarreo de muchachos de secundaria y preparatoria, con camiones, camionetas, banderolas, suéteres de color morado y las siglas de Morena.
CÓMO SE UTILIZAN LOS “DERECHOS HUMANOS”
Y por eso mismo, se fabricó en cosa de minutos todo un caso de “derechos humanos”, “violaciones a la libertad electoral”, “la libertad de expresión” y los “derechos de la mujer” y muchos otros rollos, inconexos con los motivos de la detención de la encargada de los cuantiosos dineros de la UAEH.
Y por circunstancias, como dicen los abogados, “supervinientes”, el escándalo se agrandó con la intervención de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo.
Sucedió que ante la autoridad policiaca, se apersonaron Elsa Ángeles Vera y Layla Chávez Arteaga, las que a su vez fueron detenidas porque presumieron ser “visitadoras” de la Comisión Estatal de Derechos Humanos”, situación que no pudieron acreditar, incurriendo en una usurpación de funciones.
Elsa Ángeles Vera resultó además ser la jefa de prensa (encargada de propaganda) de la candidata a diputada federal por Morena, Lidia García (líder sindical de la UAEH), quien es la madre de un ex agente del MP, Isaac Téllez, recientemente fue detenido en posesión de kilo y medio de droga, quien por increíble que parezca, el M.P Federal lo dejó en libertad.
Con gran celeridad, y sin siquiera haber revisado los expedientes de esos casos, la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo exigió la liberación inmediata de las señoras detenidas.
Lo más sorprendente es que la organización internacional “Artículo 19” se sumó a la exigencia de la liberación inmediata de Ángeles Vera y Chávez Arteaga, al considerar su caso como “violación de la libertad de expresión” (¡!), pero las identificó como “activistas”, no como periodistas (lo que ostensiblemente no son). Pero quizá confirmó sospechas de que para ciertas organizaciones “civiles”, basta una charola de Morena para que cualquier personaje en entredicho resulte, en automático, puro e inmaculado.
El periódico “El Independiente” de Pachuca (identificado como “el brazo armado periodístico de Sosa Castelán y la Sosa Nostra) estuvo publicando notas con información fraccionada, presentando siempre a las detenidas como víctimas, y con una nota donde se informa de un comunicado conjunto de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la organización “Artículo 19”, “Comunicación e Información de la Mujer (Cimac) y la “Red Nacional de Periodistas”, con un llamado al gobierno del estado y la procuraduría “para liberar de inmediato a las activistas”.
Pero del dinero encontrado en la camioneta, un millón cuatrocientos mil pesos en efectivo, ni una palabra, ninguna referencia, pese a las múltiples especulaciones desencadenadas en torno a ese hecho, y una de ellas, que era dinero para gastos de las campañas de Morena en Hidalgo.
“CLIMA DE TERROR”… ¡POR NOTAS PERIODÍSTICAS!
Por su parte, el rector de la UAEH, Adolfo Pontigo Loyola, ante reporteros locales, habló extensamente de la detención de la directora de administración de la casa de estudios y denunció: “La comunidad de la universidad condena el clima de terror generado por el gobierno estatal contra miembros de la comunidad universitaria (redundancias en el original de la transcripción) y de los partidos políticos que han decidido promover un cambio y la sana alternancia en ejercicio de su derecho a votar y ser votado en el actual proceso electoral”. (El rector mostró sus capacidades adivinatorias: acusó a las autoridades estatales de impedir el voto, cuando este ejercicio aún no se lleva al cabo, sino que tendrá lugar el primero de julio).
En la sesión de preguntas, un reportero inquirió acerca del “clima de terror” señalado, pero el rector no tuvo empacho en contradecirse y citó supuestas informaciones que así lo señalan.
Dijo, con toda frescura: “No estoy diciendo que vivamos en un estado de terror (¿en qué quedamos entonces, señor rector?), sino que estoy ilustrando con las notas de ustedes en los medios”.
ENTRE LA GRILLA Y LA POLÍTICA
En otra parte de la conferencia de prensa, tuvo otras ocurrencias que en sí mismas se contradicen:
“Nunca dije que no soy político, dije que no me dedico a la política (¡Ah!, qué bien) Soy académico, aquí no tiene nada qué ver con ningún partido, pero si me quiero afiliar ¿no tengo derecho a hacerlo? La política no debe confundirse con la grilla. Yo lo entiendo como una actividad encaminada a la conducción de una meta… la universidad no participa con Morena, participan las personas”.
MILLÓN Y MEDIO… ¡PARA PAGO DE ALBAÑILES!
Gerardo Sosa Castelán, el verdadero jefe de la UAEH, quien para usos oficiales se presenta como Presidente del Patronato Universitario, a su vez, aclaró que en cuanto al dinero encontrado en la camioneta de Gabriela Mejía Valencia, que se encuentra resguardado en el Ministerio Público, pero que la fuerza por el grupo de golpeadores de la Sosa Nostra, intentaron sustraerlo. dijo:
“El recurso era para el pago nominal (sic) y los albañiles no tienen cuentas bancarias por lo que no se pueden quedar sin sueldo. Cobran cada ocho días, los sábados y a veces los viernes. Se tiene qué llevar el recurso, por esa razón se transportaba. Eran un millón 400 mil pesos en sobres etiquetados, no hay nada que esconder.” (Pero nunca se mostró la nómina con los nombres de albañiles).
Y agregó que “hay una persecución política de Omar Fayad para intimidar a los ciudadanos y generar miedo para que la gente no salga a votar. También hago responsable de cualquier daño que llegue a causar a mi familia”.
Y concluyó: “Yo les digo a mis compañeros que han decidido participar en Morena que no tengan miedo, yo no tengo miedo y tampoco mis compañeros candidatos, sólo así se va a lograr el cambio”.
