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A cada paso que das, hay un ejército de mujeres velando por ti. Nunca estamos más lejos que el sudor de tus cejas o el polvo en tus dedos. Aunque camines por el valle de sombras de la muerte, no temas el mal porque estamos contigo.Edwidge Danticat, novelista.
Ilustradora: ARLETTE VAINILLA Perfil de Instagram: https://www.instagram.com/vaini.artle/
Autor: Fernando Díaz Naranjo Perfil de Twitter: https://twitter.com/fdodiaznaranjo
Co-autora: Nily Moreno Perfil de Twitter: https://twitter.com/NilyVane
“¡No estás sola!”. Lo escucha Julia, la mamá de Gertrudis, su hija, a quien desaparecieron hace meses. Un nombre entre los 2 mil 479 nombres de desaparecidas durante el 2022, en México.
Julia, camina desolada y llena de rabia, entre las calles de San Luis Potosí, mientras ocurre una marcha feminista, en donde podemos ver miles de jóvenes gritando al son de los vientos, – ¡No estás sola! -, mientras se abrazan, celebran, escrachean y se escuchan.
La mamá de Ger, hace la investigación que la Fiscalía no, se sumerge en fosas clandestinas o camiones de carga, únicamente para saber si su hija se encuentra ahí; también, se adentra en ruinas donde encuentran botes de basura metálicos, con cuerpos quemados. Y espera… aún falta más, en el proceso de búsqueda, secuestraron a su amiga periodista en la noche que viajaban en un camión de carretera. ¿Te suena familiar?
El filme de Ruido (2022), de la directora Natalia Beristáin, no solo desmenuza la violencia de género, sino, refleja un sistema descompuesto que funciona con gramajes podridos y oxidados. Dicho sistema que enumera, en lugar de nombrar o que revictimiza, en lugar de solucionar.
Ruido, no solo te adentra en el dolor de una madre que vive por encontrar a su hija, sino, te hace reflexionar sobre la importancia de que las personas, se unan en colectivos y con ello tejer redes de apoyo, para hacer menos doloroso el infierno por el que un familiar pasa en todo territorio mexicano.
Judith Butler, filósofa postestructuralista y feminista, en su obra, Cuerpos aliados y lucha política: Hacia una teoría performativa de la asamblea (2017), reconoce la importancia de corporeizar el espacio público para visibilizar la precariedad y contar los problemas existentes. Al luchar en asamblea o colectivo, estarás practicando un ejercicio fundamental y es el de la democracia.
El hecho de que un cuerpo que ha sido precario (con esto nos referimos a los cuerpos que han borrado en la sociedad), aparezca en un movimiento, es dignificarse contra un sistema que encasilla a los muertos o desaparecidos en un número dentro de un folder. Hablamos por esos cuerpos que son víctimas de feminicidios, desapariciones forzadas, trata de personas, crímenes de odio o discriminación.
Y lo podemos entender con la lluvia de frases y coros feministas, en las marchas del 8M , Día Internacional de la Mujer: Existo porque resisto; Ni una más, ni una asesinada más; #MeToo; Mi cuerpo, mi decisión; Estado feminicida; Vivas se las llevaron, vivas las queremos, etc…
La participación política de la mujer al marchar el 8M, es saberse existente y como diría Butler, hacerse una “vida más vivible”, reivindicándose entre millones de cuerpos que se han borrado, pero no todos se han borrado, quedan sobrevivientes de estos atroces delitos, madres, padres, hijes o amigues, que ya no permitirán, que se borren más cuerpos de los que hoy en día, el Estado los ha convertido en una cifra.
El derecho de aparecer en la lucha feminista, ha tenido grandes logros en México como la Ley Olimpia, legalización del aborto, derecho al voto, derecho a la educación, trabajo remunerado, participación política y nos falta más. Es por eso que, si vas al 8M, no solo te harás aparecer, sino representarás a las que ya no están y a las que faltan.
Fuentes:
-Película de Ruido (2022) por Natalia Beristáin.
– Cuerpos aliados y lucha política: Hacia una teoría performativa de la asamblea (2017) por Judith Butler.
