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* Parece que el ex Presidente del Único sigue haciendo de las suyas al ubicar en cargos de regular nivel a sus personas más cercanas en alcaldías como Cuauhtémoc; no conforme con haber traicionado a los trabajadores al no revisar las Condiciones Generales de Trabajo, ahora hay visos que sigue marcando líneas a los secretarios pertenecientes a la corriente de Los Rojos, lo que coloca en un serio brete a toda su organización, al poner en riesgo los acuerdos alcanzados con el gobierno de Claudia Sheinbaum
Por Giuseppe Gatorpardo
Especial para Expediente Ultra
Si los afiliados al Sindicato Único de Trabajadores al Gobierno de la CDMX (SUTGCDMX), pensaron que con la llegada de un nuevo comité, el ex presidente Juan Ayala Rivero pasaría a los asuntos del archivo muerto, lamentamos decirles que están muy equivocados.
El defenestrado ex dirigente que se puso de tapete al hoy senador Miguel Ángel Mancera y sus funcionarios, sigue ejerciendo algo así como un liderazgo moral entre algunos prominentes miembros de la corriente de los rojos –cuya cabeza es César Piña, uno de los vicepresidentes del Único– que parecen no entender la dimensión de los alcances políticos pactados con la administración de Claudia Sheinbaum.
De otra manera no puede explicarse cómo es que Ayala Rivero esté logrando posicionar en cargos de regular nivel a gente cercana a sus intereses económicos y hasta sentimentales. A LA ESQUINA DEL MOVIMIENTO, llegó información en el sentido de que Karla Avelina Mendoza Pastor –persona ligada emocionalmente al ex líder y con quien tiene un hijo–, fue nombrada JUD de Enlace Administrativo en la Dirección General de Cultura, Recreación y Educación en la alcaldía de Cuauhtémoc.
Comentan las fuentes que la recomendación con la inestable e irascible Sandra Cuevas, vino de parte de un influyente personaje de los rojos, con quien Cuevas y su mecenas político, Ricardo Monreal, ya están pactando acuerdos muy turbios para comenzar a tejer grillas en contra de la Jefa de Gobierno.
Parece que Juan Ayala sigue manteniendo atados a su cordón umbilical a muchos secretarios de esta corriente a los que en el pasado pedía de tres a cinco comisiones sindicales, al grado de que llegó a tener comisionado a todo el personal que laboraba en su domicilio particular, con lo que desde el chofer hasta su ama de llaves cobraban en la nómina del gobierno capitalino. Ahora, el ex líder de marras siente que es momento de volver a pedirles favores o, mejor dicho, a meterlos en cintura.
Como se recordará, Ayala Rivero se la pasó quemando incienso y lamiendo las suelas al ex Jefe de Gobierno y funcionarios como Miguel Ángel Vázquez y el Secretario de Gobierno, Héctor Serrano. Y tan ocupado anduvo en estos quehaceres que no tuvo tiempo para revisar las Condiciones Generales de Trabajo (CGT), por lo que muchas prestaciones se ralentizaron o de plano se congelaron, afectando a la economía familiar de miles de trabajadores.
El “maestro” como le llamaban sus aduladores a éste consumado pillo, llegó al extremo de inventar supuestos cobros de piso al hotel de Acapulco para embolsarse durante años 60 mil pesos mensuales.
Sucede que cuando llegó la dirigencia provisional a mediados del 2019, se encontró con una lista de pagos pendientes donde aparecía esta cantidad que debía entregarse religiosamente para no tener problemas con la “maña”.
Cuando los nuevos administradores se presentaron con los susodichos “señores” para entregar lo que según Ayala y su gente debía reportarse sin retraso para evitar problemas y riesgos al citado inmueble ubicado en Puerto Márquez, se llevaron la sorpresa de que no había tal cobro piso.
“¿Dinero?, sí a nosotros lo que nos sobra es dinero”, respondieron despreocupados estos “señores” ante la entrega de los 60 mil pesos. El acuerdo, al parecer, era la ocupación de fijo de varias habitaciones, pero no dinero.
Es fácil deducir a los bolsillos de quién fueron a parar por varios años esos 60 mil pesos.
Pero “el profesor” parece no tener llenadera y ahora vuelve a apretarles las tuercas a sus ex secretarios seccionales para que se reporten con él. Y todo fuera como eso, pero el problema es más delicado porque Ayala Rivero sigue prendiendo sus veladoras al probable retorno del PRD y sus aliados, el PRI y el PAN, al poder.
Y eso, aquí y en cualquier punto del globo terráqueo se llama TRAICIÓN, sobre todo al gobierno de la Claudia Sheinbaum que volvió a otorgarle a Piña y a su gente, un nuevo voto de confianza, como al resto de los dirigentes.
Bien haría el gobierno capitalino en revisar con lupa las comisiones de la corriente de los rojos, no vaya a ser que el impresentable Juan Ayala, vuelva hacer otra vez de las suyas.
Todavía hay diversas secciones que deberán renovar sus comités y si los incondicionales del ex líder ya comenzaron a mostrar el cobre, es el momento exacto de meterlos al orden o, en su defecto, reabrirles muchas carpetas de investigación que aún pesan contra muchos de ellos.
Como dicen en el rancho: No se vale mamar y dar de topes.
Nos leemos en nuestra próxima ESQUINA DEL MOVIMIENTO.