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*Lobos vestidos de corderos, han exprimido a “Ecatepunk”
*Sueldos mayores que el del gobernador y el Presidente, juntos
*Un alcalde alquilaba “su” helicóptero a narcos; asesinó enemigos
*Aquí, el obispo de los millonarios”, dizque robo a los Azcárraga
Joaquín Herrera
Ecatepec podría cambiar su suerte si el Papa le lanza algunas bendiciones a esta localidad. La tierra dominada por caciques no ha visto la suya: Agustín Hernández Pastrana (de los “Amigos de Fox”, que aportaron dinero a la campaña presidencial del guanajuatense), el primer acalde no priista, en el año de Fox (que no de hidalgo) se asigno un salario de casi medio millón de pesos (hace quince años).
Esto equivalía al sueldo del Presidente, Ernesto Zedillo y Arturo Montiel, entonces, juntos.
La familia de este alcalde panista fue descubierta como defraudadora con venta de terrenos y autos robados.
Fueron tiempos en que la voz de la iglesia, el obispo Onésimo Cepeda de esta localidad –con fama de ser amigo de poderosos y famosos- jamás alzó la voz contra esos abusos. El “Obispo de los millonarios”, en cambio, fue acusado de un robo a la familia Azcárraga, cuyo poder no le valió para hacer valer la ley. Así de fuerte era el prelado que, en años recientes, El Vaticano jubiló y se quitó una mancha de tantas como las que le han lastimado tantos sacerdotes, obispos y hasta cardenales.
Salió el PAN y entró el PRD y fue peor
Ecatepec regresó al PRI y nuevamente a la oposición, en 2006-2009, ahora con el PRD: José Luis Gutiérrez Cureño, formado en el partido Mexicano de los Trabajadores, de Heberto Castillo, parecía una garantía. Fue diputado en 1997 y avanzó hasta ser alcalde.
La nómina de familiares fue más abundante de la de los panistas y sus amigos, aliados y cómplices de pillerías. Una de las más conocidas en Gutiérrez Cureño, fue el colmo: alquilaba el helicóptero que, como buena parte de los ediles de oposición llegaron en esos primeros años de este siglo, compraron para “emergencias”. Pero el alquiler no fue a una empresa o a un millonario, sino a carteles del narco. La PGR, calló, pero el partido de este alcalde, perdió el control y las elecciones. PAN y PRD, sufrieron su peor vergüenza: tener que regresar ese codiciado municipio (el de mayor número de votos para elegir gobernador) y regresárselo al PRI. En ambos casos al entonces recién doctorado Eruviel Ávila, hoy gobernador.
La alcaldía también fue coto de poder de Onésimo Cepeda, “el obispo de los millonarios”, al que El Vaticano terminó por separarlo, so pretexto de su jubilación, como expongo en mi libro “EL Efecto Peña Nieto” (2009) que vino a limpiar este horizonte.
El hoy alcalde de salida –el cambio de mando se dará como resultado de las elecciones en junio reciente, en enero- Pablo Bedolla, sigue la senda del nepotismo y deja a un Ecatepec, acosado por diez bandas criminales del narcomenudeo, que ha obligado a meter tropas de marina y el ejercito; deja a una entidad, lejos del proyecto de convertirla en “la Tijuana” (única ciudad de México que la ONU considera de primer mundo) del Altiplano y nada.
Ojalá y la visita papal, regrese la esperanza a Ecatepunk, como llaman los “chavos banda” en forma afectiva a su terruño. Por cierto, “Eca” está ubicado a unos kilómetros a espaldas de la Basílica de Guadalupe, que también visitara el Papa Francisco.
