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La mortalidad violenta es uno de los fenómenos que crecen cuando las condiciones de criminalidad de una sociedad se expanden. En México, el crecimiento que tuvo el número de homicidios asociados a los cárteles ha llevado a la mayoría de los análisis a destacar, sobre todo, a las entidades de la República con mayor número absoluto de personas asesinadas, o cual tiene pleno sentid, pues en este caso, cada muerte representa una pérdida absoluta.
Sin embargo, la medición relativa permite poner en perspectiva la magnitud del fenómeno, respecto de la magnitud demográfica. Normalmente, este tipo de mediciones se presenta para dimensionar cuántas personas son asesinadas, por cada 100 mil habitantes en un territorio determinado.
La tasa de homicidios en los últimos 11 años
De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la tasa de homicidios ha tenido importantes fluctuaciones en los últimos 11 años para los que se tiene información comparable. En el 2015, la tasa fue de 14.61 homicidios por cada 100 mil habitantes; en 2016 fue de 18.24; en 2017 subió a 23.13; en 2018 subió a 26.78; en 2019 llegó a su máximo histórico, con 27.29; en 2020 inició un descenso continuo. Ese año la tasa fue de 26.97; en 2021, de 2586; en 2022, de 23.84; en 2023 bajó nuevamente a 22.67; en 2024 se mantuvo en un nivel prácticamente similar, con 22.73 casos, mientras que en 2025 registra el mayor descenso logrado e el periodo pues se ubica, de forma preliminar, en 15.07 homicidios por cada 100 mil habitantes. Este dato deberá ajustarse con la información que se agregue en diciembre, pero será definitivamente la mas baja en los últimos 11 años.
Es importante destacar que la distribución territorial de las mayores cifras relativas ha tenido cambios muy importantes. En efecto, analizando de manera venal los datos, se encuentra que, en 2015 los cinco estados con mayor tasa de homicidio doloso fueron, en orden de mayor a menor: Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Baja California y Morelos. Para 2017 los estados más violentos fueron: Colima, que llegó a 111 homicidios por cada 100 mil habitantes; seguida de Baja California Sur, Guerrero, Baja California y Chihuahua. Para 2019 las cinco entidades con mayores tasas fueron: Colina, Baja California, Chihuahua, Guanajuato y Guerrero.
Para el año 2021 hubo una nueva ordenación de los estados con mayor violencia: Zacatecas se colocó en el peor lugar del país, seguido de los estados de Baja California, Colima, Sonora y Chihuahua. Para 2023, Colima se ubicó nuevamente como el estado con mayor tasa, seguido de Morelos, Baja California, Zacatecas y Chihuahua. Finalmente, en 2025, Colima sigue como la entidad con mayor tasa de homicidio, seguido de los estados de Sinaloa, Morelos, Chihuahua y Baja California.
La realidad atroz del feminicidio
El otro dato que es fundamental analizar a la par del anterior es el del feminicidio, pues la tasa también creció de 2015 a 2019 al haber pasado de 0.69 feminicidios por cada 100 mil mujeres a 1.5 entre ambos años; se mantuvo relativamente en el mismo nivel entre los años 2020 (1.49) y 2022, (1.48) con ligeros descensos entre 2023 (1.27) y 2024 (1.26). De acuerdo con la tendencia registrada en 2025, se espera que sea también el año con menor tasa de feminicidios en los últimos 11 años pues hasta noviembre de 2025 la tasa era de 0.88.
