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Por la redacción
En este sexenio, la educación ha sido uno de los temas torales del debate público. La creación de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), ha sido aún más polémica y ha caído en una percepción ideológica.
Mientras que algunos sectores la consideran un paso adelante hacia un mejor sistema de educación, otros la critican por ser un ejercicio “neoliberal”.
Sin embargo, es necesario recordar que la reforma constitucional en el tema educativo por el actual gobierno fue aprobada por la mayoría en el Congreso hace apenas seis años atrás.
En contexto general, las evaluaciones parecen responder al mandato establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Disposición Constitucional de la Ley Reglamentaria del Artículo 3º. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
A fin de cumplir este mandato constitucional, Mejoredu diseñó un nuevo Modelo de Evaluación Diagnóstica, Formativa e Integral (MEDFI), que en su esencia se aleja de las propuestas anteriores. Sin embargo, como se argumenta ampliamente, esta nueva ”evaluación” fue criticada y generó preocupaciones; varios críticos sostienen que la evaluación educativa no solo puede sino no se puede utilizar como una herramienta para justificar ajustes presupuestarios y promover la privatización de la educación.
Se afirma que no debe utilizarse como un instrumento estigmatizador contra los docentes y los estudiantes que no alcanzan los aprendices.
Por otro lado, los defensores de la evaluación educativa argumentan que es necesaria para garantizar la calidad de la educación y detectar áreas de mejora. Además, se sostiene que la evaluación puede identificar problemas de infraestructura, carencias de recursos y requerimientos de formación docente.
Es tiempo de crear un debate fundamentado y constructivo acerca de la evaluación educativa en nuestra nación, pero se debe resaltar que: “Estas aplicaciones son el último reducto de la evaluación educativa que conserva el país, por lo que no se puede renunciar a estos ejercicios, que son el único elemento para dar cuenta del estado que guardan los aprendizajes de las y los alumnos de educación básica, para contar con elementos que permitan fortalecer la política.”
La educación es un tema demasiado importante para dejarlo en manos de ideologías e intereses políticos.
Hoy es imperativo situar a los estudiantes y profesores en el centro de la discusión, se debe prestar atención a sus opiniones e inquietudes, para así colaborar en la creación de un sistema educativo que sea equitativo, justo y de calidad para todos.