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* Ana Karen, en gran forma para el Maratón
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Si acaso no algo parecido a buenas cuentas, Ana Karen Parra Bonilla, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo, sí en cambio, mostró una excelente condición físico-atlética, que le permitió salir a toda carrera desde el recinto del Congreso a su auto en el estacionamiento. Nadie, ni reporteros ni activistas, la pudieron alcanzar.
Con anterioridad, Ana Karen había manifestado «temor» ante las reclamaciones de activistas y víctimas de violaciones de sus derechos humanos, de que no atiende sus demandas de justicia y que solo se limita a enviar los expedientes a CDMX, por lo que exigen su renuncia o destitución a cargo del Congreso estatal.
Todo ocurrió el pasado jueves, cuando un nutrido grupo de manifestantes cerraron la calle aledaña al edificio del Congreso, a donde ocurrió la que se supone defensora de los derechos humanos para su informe oficial. Era una sonora protesta, paradójicamente, contra la misma funcionaria que solo tiene como tarea defender a las personas y colectividades víctimas de violación de sus derechos.
Entre las omisiones de la Ombusperson, las mujeres que protestaron señalaron que «envía todo a la CDMX, lo que vulnera nuestros derechos, ya que eso obliga a los quejosos tener que viajar a la capital expresamente para exigir justicia, pero sucede que en la Comisión Nacional del ramo, como es conocido, tampoco hay mucho entusiasmo en velar por los derechos de persona que padecen la injusticia.
Esta situación creada por la inacción de Parra Bonilla, va contra todo el espíritu de gobernabilidad desarrollada por el gobernador Julio Menchaca, que procura en todo momento poner acento en la protección de los derechos humanos, como la esencia de la tarea de gobierno.
En el colmo de la situación que se vive en la CDHEH, sucede que un ex empleado de la institución interpuso una queja contra la mismísima presidenta Parra Bonilla, por discriminación.
El incidente del pasado jueves protagonizado por la funcionaria que dio una notoria exhibición del poder de sus piernas, confirmó entre las quejosas, indignadas por el desprecio que exhibe, en la cuarta vez que reclaman colectivamente por sus derechos, de que «sigue como siempre, con aires de Rockstar, y nunca escucha, nunca atiende».