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* Parece que muchos resentidos en el SUTGCDMX no acaban de digerir el triunfo por más de 83 mil votos que logró el ganador en el distrito 22 de Iztapalapa; y lejos de apuntalar lo que será una voz en el Congreso Local del sindicato mayoritario con propuestas, buscan hacer grillas baratas cuando los antecedentes de su ex Jefe Político, Juan Ayala, no les favorecen en lo absoluto pues el corrupto ex líder, perdió en las dos ocasiones que fue lanzando como candidato a diputado por el PRD
Por Giusseppe Gatopardo
Especial para Expediente Ultra
Algunos grupitos de resentidos políticos en el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX (SUTGCDMX), buscan quemar sus últimas pólvoras en infiernitos y grillas baratas contra Juan Rubio Gualito, el joven candidato ganador de Morena, PT y Partido Verde en el Distrito 22 Local de Iztapalapa, nada menos que por 83 mil 218 sufragios, una de las votaciones más altas en los comicios chilangos del pasado 2 de junio.
Quienes buscan operar desde los meandros y las cloacas sindicales tienen aún pegado a la piel y su escaso IQ, el ADN perredista que les dejó impregnado su ex jefe político, Juan Ayala Rivero, ex dirigente que le lamió los zapatos por seis años al ex Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera y que a cambio de su ignominia y entrega en charola de plata de los derechos sindicales de sus agremiados, le dejó robar a sus anchas y hacerlo candidato a diputado por el PRD en dos ocasiones.
Como todos saben, el incapaz e impopular Ayala Rivero sufrió en sus dos intentos, sendas derrotas: la primera en el 2015, a mitad del ejercicio del poder de Mancera, cuando fue vapuleado en las urnas en el Distrito XV de Iztacalco por el hijo de Pancho de la Cruz, Felipe de la Cruz Ménez, que no solo le ganó holgadamente en el Campamento Dos de Octubre, sino en todas las colonias y barrios aledaños.
La segunda derrota se la propinó en el 2018, Alberto Martínez Urincho en el Distrito I de Gustavo A. Madero, sitio al que fue enviado Juan Ayala confiado en que en el feudo controlado por Nora Arias y Víctor Hugo Lobo, podría evitar otro descalabro mayúsculo. Pero los cálculos les fallaron y nuevamente la impresentable figura del entonces líder del Único y sus escasos discursos y capacidades intelectuales e ideológicas, lo hicieron un candidato repelente.
Ni con todo el apoyo del gobierno local y los ríos de billetes que se robó de las arcas del Único, pudo al menos tener un papel decente en las urnas.
Con estas derrotas contundentes, todavía serviles a Ayala Rivero como César Piña, quien encabeza el grupo de secretarios minoritarios, pretendieron ser tomados en cuenta en Morena para una candidatura, sin tener ni la fuerza moral ni sindical para ello.
El triunfo de Juan Rubio, les caló en lo más profundo de su mediocridad política pue seguramente de haber sido alguno de sus miembros el candidato del Único por Morena, júrelo, hubiera corrido la misma suerte que Ayala Rivero.
Además, hay elementos que los detractores de banqueta no están valorando como es el hecho de la labor política que desde hace más de un año vino desarrollando Gualito al lado de Hugo Alonso Ortíz, líder de la Sección Uno, a favor de la candidatura de la hoy presidente electa Claudia Sheinbaum, y la importancia de haber apuntalado en Iztapalapa su triunfo, a la par de la victoria de la hoy Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Lo que los resentidos grillos sindicales deberían valorar, si es que realmente les interesan su organización y el bienestar de los trabajadores, es que después de muchos años el SUTGCDMX tendrá en el Congreso Local un representante que eleve su voz en la tribuna parlamentaria, ligado ideológica y políticamente al partido mayoritario en la ciudad y en el órgano legislativo desde donde se habrán de tomar muchas de las decisiones que competen a intereses de los sindicalizados.
Hay una enorme diferencia entre el candidato que ganó en el Distrito 22 con más de 47 mil votos de diferencia a la alianza PRD, PAN y PRD, y anteriores diputados del Único como fueron los casos del priísta José Medel, cuyo paso por la Asamblea Legislativa dejó mucho que desear, pues el mercanchinfle líder solo se dedicó a aprovechar el cargo político y la dirigencia sindical, en velar por la prosperidad de sus negocios personales y no por sus agremiados.
Y ni qué decir del gris Emilio Fernández, que lejos de haber asumido una postura independiente y crítica siempre estuvo ligado al cordón umbilical que le impuso la dirigencia capitalina del PRD.
Esperamos que la materia gris de los confabuladores de chisguete les dé al menos para proponer temas y apoyar foros donde se comiencen a analizar las problemáticas no solo de los trabajadores del gobierno capitalino, sino de otras muchas áreas para que de estos encuentros, surjan propuestas serias y claras para las próximas administraciones tanto a nivel local como federal, con las que el diputado Gualito, tiene sólidos y bien ganados vínculos partidistas y políticos.
Por hoy aquí la dejamos y nos leemos, estimados lectores, en nuestra próxima ESQUINA DEL MOVIMIENTO…
