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DE FRENTE Y DE PERFIL
POR RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Ocho décadas duró la existencia del Grupo Atlacomulco cuya génesis se gestó con Isidro Fabela quien llevó de la mano a su pupilo Alfredo del Mazo, cuyo nieto es el enterrador de la mítica congregación.
Alfredo III supo tener paciencia para alcanzar el rango de gobernador que tuvieron su abuelo y su padre, sin importar las consecuencias de ese hecho, sabedor de su carencia de empatía, de conocimiento político y sin la madurez necesaria, eso sí guiado de la mano de su padre. Ellos sabían que el parentesco los beneficiaría, aunque tuvieran que esperar seis años.
La muerte de su padre y la exhibición de sus cuentas en Andorra, aunado a la amenazante guadaña de revisar sus cuentas e investigar a sus hermanos surtieron efecto y Alfredo III simplemente se convirtió en un muñeco de trapo.
La alianza de Va por México confió en él y dejó en sus manos la candidatura, la que decantó en favor de Alejandra del Moral, una joven política con formación, arrojo y algo de carisma, la que sin embargo no contó con los instrumentos adecuados para confeccionar una buena estrategia electoral.
Su equipo de campaña compuesto por pura chatarra, oxidada la mayoría no supo contrarrestar la estrategia que les diseñaron a la candidata de MORENA y sus aliados.
Mientras Alejandra veía como sus cercanos en el entorno familiar, sus amigos del pasado y los impuestos por un gobernador que solamente opinó para sembrarle a sus operadores que resultaron un desastre y nunca dieron pie con bola.
Los priistas nunca pudieron recomponer y reagrupar a sus simpatizantes y militantes, mientras veían los desfiguros de Alejandro Ozuna, Erwin Lino, Ricky Arango, Paco Sarmiento, Roberto Trad, Carlos Mandujano, los estrategas y consultores que fracasaron rotundamente. Capítulo aparte merece el ineficiente Jorge Pérez quien fue denunciado por Horacio Duarte por manejos de la campaña de Alejandra desde la dirección de Comunicación Social del gobierno mexiquense y fue reubicado como el estratega de medios, desde la sombra.
Ahora a la alianza no les queda más que recordar los viejos episodios del Grupo Atlacomulco y prepararse para la debacle que se avecina en 24.
Alfredo III simplemente cumplió con su papel, sus cuentas pendientes quedaron expiadas y seguramente será recompensado. Su timidez, su tibieza, su falta de oficio político quedaron evidenciados.
Delfina será gobernadora seis años después de cuando le correspondía y experimentó dos cosas con Alfredo III, primero le cerró el camino en 2017 y en compensación le abrió la ruta hacia el triunfo del 23.
El escenario mexiquense dejó una gran lección para la alianza de va por México que deberá ponerse las pilas e iniciar en forma acelerada su recomposición si es que quieren presentar frente de batalla en 24, de otra forma se pueden dar anticipadamente derrotados.
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Se sabía con antelación el resultado de los comicios en Coahuila y Estado de México. El primero victoria para la alianza y el segundo para MORENA y filiales.
Manolo Jiménez y Delfina Gómez ganaron con amplia ventaja. La otra gran triunfadora fue Claudia Sheinbaum quien sigue adelante como prospecto presidencial de MORENA.
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