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 Macuspana, la ira

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*AMLO comienza a perder algo más que poder.
*Javier Amador, su don, la simulación de redentor de la justicia social

Por Antonio Ortigoza Vázquez

  
Basta echar un vistazo a las escenas registradas en las tan desgastadas mañaneras que don López ha difundido desde el primer día de su gobierno, en donde él siempre es el protagonista central, así como las palabras dichas por él en las mismas, las cuales nos ofrecen para un retrato psicológico
  
Ese retrato, seamos sinceros y ¡digámoslo sin tapujos!, nos describe a un individuo que presenta patologías preocupantes no sólo para él, sino para todos aquellos que creyeron en sus discursos acuñados en la mente de 30 millones de mexicanos y quienes han visto en los últimos días como se disipa su esperanza ofrecida a quien pensaban sería su salvador.

Hoy, don Lopez aparece como un individuo amenazador, lo vimos y escuchamos en su pasada visita a su tierra natal, Mascupana, Tabasco, pues usa palabras de siniestra connotación, pues hoy pareciera que sus propósitos son los de amenazar, evadir y culpar a otros de una forma tan sutil que ha hecho de sus palabras, un arma repetitiva y que comienza a caer el desesperación personal.

Caso en punto: el del Poder Ejecutivo del Estado mexicano mostró en su rostro su ánimo de ira incontrolada. Era un rostro endiablado y la ira salió por su boca contra decenas de asistentes a un evento que encabezó, don Lòpez, en Macuspana, tierra que lo vio nacer y donde amagó con abandonar el evento si no detenían las rechiflas

Pero si bien los rostros son fieles al ánimo —a las emociones— de don Lòpez, su interpretación y reacción a las rechiflas de sus paisanos no deja de ser subjetiva. La mirada de don López era, ciertamente, de ira, de incontenible ira, de ese tipo de emoción que no tiene altibajos ni cimas ni simas, sin accidentes, sin contrastes.

Su ira del señor Lòpez Obrador, no pudo encontrar desahogo, sin una liberación catártica de energía, pues chocaba con la ira incubada y alimentada con devoción, desde hacía meses, sino es que años.

Esa percepción generalizada, creciente, en la sociedad mexicana acerca de don López ha provocado una caída significativa en las preferencias a su gobierno, pero alarmante es, que es notorio el sentimiento de desilusión, que no de hartazgo, del nombre de Andrés Manuel López Obrador. Pero con seguridad, dirá que ni cuenta se ha dado que todos se le está yendo de las manos.

JAVIER AMADOR Y SU OBSESIÓN DE PODER

No solo fue una antena de telefonía celular la que uso como método embaucador
para ganar más adeptos entre sus ex representados, sino también de poder y negocios disfrazados de justicia social.

Es hoy, Amador de la Fuente, un hombre solo. Engañado. Abandonado. Y aislado. Vive, incluso, enajenado con la presidencia municipal de Jacala de Ledezma. Desechado del círculo social/político de su ex jefe Francisco Olvera Ruiz, hoy busca simpatías entre un electorado que fue manipulado por sus apetitos de poder, otros dicen que fueron económicos, pero en esa región de la sierra gorda hidalguense, nuestro personaje vive en dos planos de realidad: la simulación y la obsesión política.

Los serranos, no olvidan aquellos tiempos de ostentación de poderío político de Amador de la Fuente, tampoco dejan de recordar aquellos aires de emoción social, cuando el ex diputado priísta, que de forma insoslayable, echaba campanas al vuelo de supuestos logros alcanzados por su arduo trabajo legislativo.

El ex diputado priìsta, ya ve, siente como sus posibilidades de alcanzar, tan anhelado poder, se desvanecen ante su pasado que lo persigue; nos referimos a los juramentos de lealtad a su mentor, el ex gobernador Olvera Ruiz.

Hoy quiere jugar con quien jugó con su voto, hoy todo indica que quiere volver a jugar como redentor de la democracia y justicia social… hoy, ya nadie le cree.

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