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Por Samuel Cantón Zetina
No puede ser que con 31 mil 500 contagios y un número de muertos que va de 3145 a 3650, Claudia Sheinbaum salga ahora con que “aumentará” las pruebas de COVID-19 en la Ciudad de México, y “rastreará” a los portadores asintomáticos del virus y sus contactos.
Por tres razones: primero, porque como ya hemos dicho muchas veces, el Continente Americano tuvo la bendición de que el COVID llegara dos semanas de atraso con respecto a Europa, y tres de Asia.
Segundo, porque México supo del brote en Wuhan -por parte de la OMS- simultáneamente al resto del mundo.
Y tres: nuestro país, y la capital de la República, no solamente tuvieron aquellos 15 días de ventaja para estructurar una gran defensa, sino todavía para algo más importante: aprender de las dramáticas experiencias de países desarrollados como Italia, Gran Bretaña, Francia y España.
No lo asimilaron.
Peor López Gatell, porque no “incrementa” los test -lo que hay es una vacilada-, tampoco rastrea a los potenciales dispersores del virus, y aunque (eso sí) sumó 100 apariciones en TV, no da una con sus proyecciones.
La falta de muestras y el sub diagnóstico ocultaron en México el alcance de la pandemia y la tasa de letalidad real.
Por cierto, la OMS ha pedido a los países que contabilice como muertes COVID tanto casos positivos como “sospechosos”, lo que elevará las cifras de todos.
Aquellas no fueron dos semanas de ventaja a secas; fue tiempo de tomar nota de lo que inevitablemente ocurriría aquí, para impedir a cualquier costo que se repitiera tal cual.
En la CDMX, y en el país, únicamente se pensó en aplanar la curva de contagios, en ralentizar el avance del COVID, en mitigar, para evitar el colapso de los hospitales.
¿O la gran intención primaria fue dejar suelto al patógeno para que cobrara su cuota “natural” de muertes, y lograr -con los sobrevivientes- la inmunización de manada?
Sheinbaum no hizo pruebas ni al inicio ni luego.
Anunciar que “incrementará” es igual a decir que empezará a hacerlas.
En una extensión territorial y poblacional como la de la CDMX, 500 mil muestras -ni remotamente llevan eso- no son nada.
Tendría que haberlos dispuestos desde enero y por volúmenes no inferiores a 26 millones, apenas 20% de los habitantes.
Lamentablemente, sucedió en la República entera.
¿Se acuerdan cuando Gatell dijo que por cada caso conocido había nueve más?
No se vale que la Jefa de Gobierno presente “nuevas acciones” como programadas para esta fase de la crisis, cuando -lo sabe bien- tuvieron que hacerse mucho antes, negligencia criminal que cobrará muchísimas vidas adicionales.
Y DE MAÑANA…
TABASCO (665) DEJÓ atrás en muertos a Argentina (632), Arabia Saudita (642), Hungría (542), Dinamarca (586), Bolivia (427), Finlandia (322), Israel (291), Irak (285), Honduras (248), Grecia (180), Bulgaria (160), y casi alcanza a Austria (672)…
