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* Pues sí: Fue… ¡Siete por ciento!
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
¿Por qué fue que el pueblo no salió, masivamente, a votar en la consulta el domingo primero de agosto?
La pregunta está en el aire, pero aquí haremos un esfuerzo de razonamiento para hurgar en ese misterio.
Algo muy interesante, quizá, demostró la consulta: que «el pueblo bueno y sabio» no cree, en forma alguna, que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenga «un doble discurso». No acepta, en definitiva, que por un lado vaya su palabra y por el otro, los hechos.
Y no porque los millones de «fans» del primer mandatario hayan leído el interesante artículo de Raymundo Riva Palacio, donde sostiene que ¡realmente! López Obrador sí dice lo que piensa y que lo que sostiene en las «mañaneras», también —para desesperación de sus colaboradores— lo dice en las reuniones de su despacho privado.
Por eso, cuando el «pueblo bueno y sabio» escuchó, repetidas veces, decir al presidente de la República que «yo no voy a votar, o si me encuentro por ahí alguna casilla, votaré en contra», entonces el pueblo entendió que ¡en realidad! no debía acudir a las urnas a depositar su voto.
Porque el presidente mismo había manifestado su rechazo a ese ejercicio. Y si lo había dicho, era que así lo pensaba realmente.
Para el pueblo «bueno y sabio», el presidente no tiene y no puede tener «doble discurso». No es retorcido, como muchos políticos; no ha intentado jamás burlarse del pueblo, diciendo una cosa y haciendo otra.
Para el pueblo «bueno y sabio» el presidente es de una pieza, porque no puede ser de ninguna otra manera.
Por eso no acudió a las urnas el domingo primero de agosto. Porque siguen puntualmente las orientaciones del presidente López Obrador.
Porque el poco más del siete por ciento que acudió a votar fue por los «acarreos» que hizo Morena de grupos despistados.
¿O acaso habrá otra explicación?
Por nuestra parte, en Expediente Ultra, hacemos una reclamación formal por oootro plagio —aunque involuntario, es plagio— de uno de los más queridos clásicos grecorromanos: Esopo.
¿Sin darse cuenta? El señor presidente se tomó la libertad de plagiar la fábula de la zorra y las uvas verdes. Al caer la tarde del domingo en Nayarit, cuando tomaba rumbo a la base naval para subirse al helicóptero (dijo que ¡jamás! viajaría en helicóptero) para recorrer la sierra, unos reporteros le alcanzaron con la pregunta sobre sus primeras impresiones del resultado de la consulta, y con aire un tanto agrio les dijo: «No me ocupo de eso».
¡Por favor!
SIN INCIDENTES… ¡Y SIN VOTANTES!
Cosas muy curiosas generó el resultado de la consulta ciudadana del domingo pasado: Una fue que dos periódicos emblemáticos, uno de la oposición al gobierno y otro del apoyo total a la 4T, coincidieron en sus titulares principales de primera plana: el primero planteando «el fracaso» y el segundo, festejando un «triunfo».
Y los dos ¡tuvieron razón! «Reforma» tituló: «Fracasa consulta: vota apenas 7%”; y «La Jornada»: «Votaron casi siete millones».
En la columna «institucional» de «Reforma», los sarcasmos estuvieron a la orden del día: «El ejercicio democrático de AMLO tuvo menos ´rating´ que un programa cuatroteísta de Canal 11».
Más adelante especula en que «… las cifras finales de la consulta deben haber causado molestia y, sobre todo, preocupación en Palacio Nacional. Molestia, porque el fracaso es una medalla de plomo en el pecho de López Obrador. Y preocupación, porque las estructuras pro-AMLO, sus youtubers, las figuras morenistas y hasta sus fieles seguidores estuvieron promoviéndola con fervor.
Queda claro que la realidad no está en las “redes sociales».
La nota ridícula del día: El productor de «narcodramas» telenoveleros, Epigmenio Ibarra, con cara de furia la misma noche del domingo, anunció, junto con sus peones, la creación de «una comisión de la verdad».
¡Éjele!
