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Por Samuel Cantón Zetiba/@CantonZetina
Si Manuel Bartlett tuviera un poco de respeto por el presidente, y por él mismo, ya habría renunciado a la CFE.
Es más: jamás hubiera aceptado.
No solamente por la lista de propiedades, con valor de $800 millones, que le publicaron -más la de empresas posterior-, sino porque operó la “caída del sistema” que en 1988 robó la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas, e hizo monarca a Carlos Salinas, y porque (no hay para donde hacerse) es un dinosaurio del viejo régimen. Bartlett encarna -al frente, con Deschamps y Elba Esther– todo lo malo que la 4T dijo que combatiría.
El saurio “favorito” del Tomandante Borolas está haciendo daño a AMLO, que aunque no lo defiende propiamente -lo remite a que dé la cara por él mismo-, tampoco lo corre.
No lo iba a cesar, sin embargo, se entiende, para no sucumbir ante el golpeteo de Loret.
“Yo no estoy protegido por el presidente. Sé que él es implacable contra la corrupción”, aseguró el ex secretario de Gobernación. Hasta Calderón (Borolas) se fue contra el caudillo del trópico en víspera del Grito, preguntando -venenoso- si daría un “¡Viva Bartlett!” ¿Por qué el también ex gobernador de Puebla no se retiró con su fortuna y gigantesco descrédito?
¿Qué necesidad tenía de que le sacaran a balcón la porquería que acumuló con el PRIAN?
En su desesperación por mantenerse con “hueso”, hasta en problemas conyugales se metió, al negar primero su relación con Julia Abdalá, a cuyo nombre puso un sinfín de mansiones.
Bartlett es lastre -momias del Jurásico priista- que AMLO arrastra sepa Dios por qué.
Y DE MAÑANA…
HUBO VANDALISMO en la marcha pro aborto -condenable a todas luces-, pero las mujeres tienen razón: Las que interrumpen embarazo, son criminalizadas, aunque en la iniciativa de Ley de Amnistía ya se contempla la liberación de las presas por ese delito. México registra altos índices de violencia sexual; muchas mujeres o niñas son preñadas en agresiones, y -todavía-forzadas a dar a luz…
